El hombre de las riendas
La historia deportiva de Fernando Amado, ex jinete panamericano y campeón nacional de adiestramiento.
Diputado hace dos legislaturas, líder de un sector propio y uno de los principales referentes del Partido Colorado con 35 años. La historia de Fernando Amado no parece tener lugar para mucho más, pero sí, tiene una faceta deportiva y en el ciclo de abril de PDA Radio conversamos con él para descubrirla.
Fernando Amado era jinete, se especializó en adiestramiento ecuestre y en esa disciplina hizo una carrera corta, pero no exenta de varios logros. "El Panamericano fue el momento más alto", opina Amado, en referencia a los Juegos de Winnipeg en 1999.
Sus inicios en este deporte se remontan a la niñez. "Era hijo de militar y empecé a montar en un cuartel en el Cerro, cuando estaba en quinto de escuela", recuerda. Al principio fue un simple hobby, pero luego un amigo del padre le ofreció entrenar para competir y ahí la cosa se puso seria.
"El adiestramiento no es para ansiosos", explica sobre su disciplina, "es mucho más cerebral, de una gran contracción al trabajo y al método". Atrás en el tiempo había quedado su etapa en el baby fútbol, donde admite que "era puntero derecho, pero muy malo, comía banco como loco", y hasta su pasasje por el karate.
Para su carrera, Winnipeg 1999 "marcó un antes y un después". Amado, como todo deportista joven, soñaba con ser campeón olímpico, pero estos Juegos "fueron un golpe de realidad". Luego quedó cerca de ir a los Juegos de Río en 2007, y desde ese año nunca más volvió a subirse a un caballo.
"Estoy convencido que voy a volver a entrenar, el tiempo dirá cuándo", sostiene. Habrá que esperar el dictamen del tiempo para que la faceta deportiva de Amado vuelva a salir a la luz.
Escuchá la entrevista completa acá:
Fernando Amado era jinete, se especializó en adiestramiento ecuestre y en esa disciplina hizo una carrera corta, pero no exenta de varios logros. "El Panamericano fue el momento más alto", opina Amado, en referencia a los Juegos de Winnipeg en 1999.
Sus inicios en este deporte se remontan a la niñez. "Era hijo de militar y empecé a montar en un cuartel en el Cerro, cuando estaba en quinto de escuela", recuerda. Al principio fue un simple hobby, pero luego un amigo del padre le ofreció entrenar para competir y ahí la cosa se puso seria.
"El adiestramiento no es para ansiosos", explica sobre su disciplina, "es mucho más cerebral, de una gran contracción al trabajo y al método". Atrás en el tiempo había quedado su etapa en el baby fútbol, donde admite que "era puntero derecho, pero muy malo, comía banco como loco", y hasta su pasasje por el karate.
Para su carrera, Winnipeg 1999 "marcó un antes y un después". Amado, como todo deportista joven, soñaba con ser campeón olímpico, pero estos Juegos "fueron un golpe de realidad". Luego quedó cerca de ir a los Juegos de Río en 2007, y desde ese año nunca más volvió a subirse a un caballo.
"Estoy convencido que voy a volver a entrenar, el tiempo dirá cuándo", sostiene. Habrá que esperar el dictamen del tiempo para que la faceta deportiva de Amado vuelva a salir a la luz.
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