El juego de la paciencia.
Una mirada sobre Holanda a través de los ojos de Bruno Silva.
Bruno Silva
Entrevista realizada por el programa Música al Ángulo de M24
Dentro de Uruguay, un país donde la primera acepción de Ámsterdan no es la ciudad, sino una tribuna; donde el gol puede ser a tres toques (sí, saca el golero, peina un delantero y otro compañero define), en ese contexto, quisimos hablar de la capital holandesa y de un fútbol más paciente.
“Si tenía la pelota y estaba apretado por el rival, me apoyaba con el arquero, nadie protestaba”. Y lo mismo pasa en el tránsito. Es lo que nos cuenta el ex lateral Bruno Silva, quien jugó en el Groningen entre 2005 y 2008, y defendió la camiseta del Ajax desde el 2008 al 2012. Porque si el fútbol es parte de la cultura y la cultura tiene que ver con el juego que se desarrolla, nos preguntábamos qué sucedía en las calles, en las canchas holandesas, esas por donde Luis Suárez aprendió a ser algo más paciente mientras paseaba en bicicleta.
¿Cómo fue pasar de un fútbol tan vertical y ansioso como el uruguayo a pasar a un fútbol holandés más paciente para conquistar el gol?
Sí, es diferente. Un poco de la cultura, de cómo se vive, de cómo sienten las cosas, cómo proyectan es un poco eso lo que se transfiere al fútbol. Pero me fue bien, al principio como todo cuesta un poquito, pero el jugador de fútbol tiene que ser inteligentes y adaptarse lo más rápido posible a dónde le toque estar porque es más fácil que uno se adapte a treinta que treinta a uno. Cuando llegué allá estaba sólo, era el único latinoamericano y debía adaptarme rápido.
¿Es cierto que en Holanda está la escuela del fútbol?
No sé si la escuela, sí te digo que aprendí muchísimo. La paciencia que tienen para jugar es la paciencia que tienen para preparar a los jugadores y soltarlos cuando están prontos. Trabajan muy bien, lo comentaba cuando Gastón Pereiro se fue a Holanda, fue un acierto porque es joven y allá seguramente lo van a terminar de preparar para luego ‘largarlo’ a otros países.
Pereiro es un jugador para Bélgica u Holanda, un jugador que acá es calificado como ‘frío’, y puede aprender para luego dar salto a grandes ligas en cifras multimillonarias
Sí, esa es un poco la idea. Por ejemplo en el Ajax, en el tiempo que estuve, se vendieron muchísimos jugadores por cifras increíbles. Al llegar se fue Wesley Sneijder al Real Madrid, a los seis meses a (Klaas-Jan) Huntelaar, luego al poco tiempo se fue Luis (Suárez) y después Vertonghen y Eriksen al Tottenham. La mayoría producto de las inferiores; trabajan muy bien, tienen mucha paciencia, eso desde mi punto de vista es la base, los esperan, les enseñan, y les inculcan un aspecto cultural, de que el jugador ya tiene una rutina y el futbolista sabe que deben llegar una hora antes para ir al gimnasio y lo hacen sin que nadie los controle. Ya les inculcan el profesionalismo desde una edad muy temprana.
¿Y el resto de la sociedad ya tiene esa paciencia para pensar en largos plazas?
Exactamente. Cuando llegué al Groningen (2005) jugábamos en un estadio viejo, que después lo tiraron abajo, y estaban proyectando el estadio donde juegan ahora. Me mostraron ese proyecto espectacular y al poco tiempo estaba pronto, y luego, mucho tiempo después, en el 2014, Groningen ganó por primera vez la Copa de Holanda. Son proyectos a largo plazo que después dan resultados.
La gente también tiene su grado de paciencia por las calles, es un lugar muy bonito
Sí. En general, Holanda es un país hermoso, me siento un privilegiado de haber estado ahí tanto tiempo y aprender tantas cosas. El tránsito está todo organizado; y si sos el primero en el semáforo, cambia a luz verde y te cuesta arrancar, nadie te toca bocina, te esperan. Andan todos en bicicletas, es algo normal, hacíamos cenas con el equipo y aparecían compañeros en bici. Holanda es muy lindo.
¿El fútbol holandés es parecido a lo que te inculcaban en Danubio? Danubio trata de ser paciente al elaborar el juego
Sí, tiene un poco de eso. En la época de Danubio fui dirigido por (Jorge) Fossati, luego Gerardo Pelusso y después Gregorio (Pérez), y siempre jugábamos con línea de tres. Yo jugaba como volante por afuera e intentábamos abrir la cancha y jugar. Cuando llegue a Holanda me pedían un poco eso, subir y jugar, todo con paciencia, dentro de un orden que tienen. Quizás lo de Danubio me ayudó a adaptarme más rápido
¿Su sistema es un 4-2-3-1?
La mayoría de los equipos en la Liga juega con 4-3-3. Pero en ese sistema, los que juegan por afuera defienden mucho, yo como lateral siempre tenía un puntero enfrente y al subir me seguía, me marcaba.
¿Cómo fue la llegada de Luis Suárez al fútbol holandés, un jugador muy vertical?
Él llegó muy joven. Si bien todo se lo ganó por mérito propio, por quedarse a entrenar y querer mejorar, le costó muchísimo al principio. Los primeros tres, cuatro meses fueron muy difíciles. Jugaba en la tercera y no lograba entrar en juego, quizás porque se exigía mucha técnica, tenía que apoyarse bien, y él era un jugador que buscaba el arco todo el tiempo.
Pero luego se amoldaron unos a otros
Sí. Pasa que estamos hablando de un jugador diferente, por encima del resto. Con el tiempo se fue dando cuenta, inculcando muchas cosas que por ser muy joven por ahí no se daba cuenta y al poco tiempo explotó y desde el primer partido que lo pusieron en el Groningen empezó a hacer goles y hasta el día de hoy no paró.
Dentro de Uruguay, un país donde la primera acepción de Ámsterdan no es la ciudad, sino una tribuna; donde el gol puede ser a tres toques (sí, saca el golero, peina un delantero y otro compañero define), en ese contexto, quisimos hablar de la capital holandesa y de un fútbol más paciente.
“Si tenía la pelota y estaba apretado por el rival, me apoyaba con el arquero, nadie protestaba”. Y lo mismo pasa en el tránsito. Es lo que nos cuenta el ex lateral Bruno Silva, quien jugó en el Groningen entre 2005 y 2008, y defendió la camiseta del Ajax desde el 2008 al 2012. Porque si el fútbol es parte de la cultura y la cultura tiene que ver con el juego que se desarrolla, nos preguntábamos qué sucedía en las calles, en las canchas holandesas, esas por donde Luis Suárez aprendió a ser algo más paciente mientras paseaba en bicicleta.
¿Cómo fue pasar de un fútbol tan vertical y ansioso como el uruguayo a pasar a un fútbol holandés más paciente para conquistar el gol?
Sí, es diferente. Un poco de la cultura, de cómo se vive, de cómo sienten las cosas, cómo proyectan es un poco eso lo que se transfiere al fútbol. Pero me fue bien, al principio como todo cuesta un poquito, pero el jugador de fútbol tiene que ser inteligentes y adaptarse lo más rápido posible a dónde le toque estar porque es más fácil que uno se adapte a treinta que treinta a uno. Cuando llegué allá estaba sólo, era el único latinoamericano y debía adaptarme rápido.
¿Es cierto que en Holanda está la escuela del fútbol?
No sé si la escuela, sí te digo que aprendí muchísimo. La paciencia que tienen para jugar es la paciencia que tienen para preparar a los jugadores y soltarlos cuando están prontos. Trabajan muy bien, lo comentaba cuando Gastón Pereiro se fue a Holanda, fue un acierto porque es joven y allá seguramente lo van a terminar de preparar para luego ‘largarlo’ a otros países.
Pereiro es un jugador para Bélgica u Holanda, un jugador que acá es calificado como ‘frío’, y puede aprender para luego dar salto a grandes ligas en cifras multimillonarias
Sí, esa es un poco la idea. Por ejemplo en el Ajax, en el tiempo que estuve, se vendieron muchísimos jugadores por cifras increíbles. Al llegar se fue Wesley Sneijder al Real Madrid, a los seis meses a (Klaas-Jan) Huntelaar, luego al poco tiempo se fue Luis (Suárez) y después Vertonghen y Eriksen al Tottenham. La mayoría producto de las inferiores; trabajan muy bien, tienen mucha paciencia, eso desde mi punto de vista es la base, los esperan, les enseñan, y les inculcan un aspecto cultural, de que el jugador ya tiene una rutina y el futbolista sabe que deben llegar una hora antes para ir al gimnasio y lo hacen sin que nadie los controle. Ya les inculcan el profesionalismo desde una edad muy temprana.
¿Y el resto de la sociedad ya tiene esa paciencia para pensar en largos plazas?
Exactamente. Cuando llegué al Groningen (2005) jugábamos en un estadio viejo, que después lo tiraron abajo, y estaban proyectando el estadio donde juegan ahora. Me mostraron ese proyecto espectacular y al poco tiempo estaba pronto, y luego, mucho tiempo después, en el 2014, Groningen ganó por primera vez la Copa de Holanda. Son proyectos a largo plazo que después dan resultados.
La gente también tiene su grado de paciencia por las calles, es un lugar muy bonito
Sí. En general, Holanda es un país hermoso, me siento un privilegiado de haber estado ahí tanto tiempo y aprender tantas cosas. El tránsito está todo organizado; y si sos el primero en el semáforo, cambia a luz verde y te cuesta arrancar, nadie te toca bocina, te esperan. Andan todos en bicicletas, es algo normal, hacíamos cenas con el equipo y aparecían compañeros en bici. Holanda es muy lindo.
¿El fútbol holandés es parecido a lo que te inculcaban en Danubio? Danubio trata de ser paciente al elaborar el juego
Sí, tiene un poco de eso. En la época de Danubio fui dirigido por (Jorge) Fossati, luego Gerardo Pelusso y después Gregorio (Pérez), y siempre jugábamos con línea de tres. Yo jugaba como volante por afuera e intentábamos abrir la cancha y jugar. Cuando llegue a Holanda me pedían un poco eso, subir y jugar, todo con paciencia, dentro de un orden que tienen. Quizás lo de Danubio me ayudó a adaptarme más rápido
¿Su sistema es un 4-2-3-1?
La mayoría de los equipos en la Liga juega con 4-3-3. Pero en ese sistema, los que juegan por afuera defienden mucho, yo como lateral siempre tenía un puntero enfrente y al subir me seguía, me marcaba.
¿Cómo fue la llegada de Luis Suárez al fútbol holandés, un jugador muy vertical?
Él llegó muy joven. Si bien todo se lo ganó por mérito propio, por quedarse a entrenar y querer mejorar, le costó muchísimo al principio. Los primeros tres, cuatro meses fueron muy difíciles. Jugaba en la tercera y no lograba entrar en juego, quizás porque se exigía mucha técnica, tenía que apoyarse bien, y él era un jugador que buscaba el arco todo el tiempo.
Pero luego se amoldaron unos a otros
Sí. Pasa que estamos hablando de un jugador diferente, por encima del resto. Con el tiempo se fue dando cuenta, inculcando muchas cosas que por ser muy joven por ahí no se daba cuenta y al poco tiempo explotó y desde el primer partido que lo pusieron en el Groningen empezó a hacer goles y hasta el día de hoy no paró.