Polvo de estrellas

Comenzó la temporada de polvo de ladrillo y repasamos los puntos altos que se esperan.

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Foto: EFE-Sebastien Nogier
Después de una larga espera volvieron los puntos largos. El pasado lunes 9 de abril se puso en marcha la temporada de polvo de ladrillo en el planeta tenis, la cual se prolongará hasta el 10 de junio cuando se dispute la final del tradicional Roland Garros, segundo grand slam del año. Durante sesenta y un días la fina vestimenta de los tenistas se manchará con esa tierra anaranjada en la que Rafael Nadal levantó más copas que nadie, la misma en la que un brasileño llamado Gustavo “Guga” Kuerten se consagró como Rey de Paris en tres ocasiones. Un terreno no apto para ansiedad ni apresuramiento, en el que gallegos y porteños se han destacado históricamente. Las ciudades de Houston  y Marrakech dieron el puntapié inicial a esta trascendente época de la temporada; mientras en suelo estadounidense hubo festejo local gracias a Steve Johnson, en Marruecos el español Pablo Andújar volvió a ganar un título oficial tras cuatro años de sequía. Dos humildes torneos 250 que abren paso al Masters 1000 de Montecarlo, donde se empieza a cortar el bacalao.   

Superficies lentas para mentes rápidas, peloteos interminables, físicos puestos a prueba, culto a la estrategia, período bimestral en el que reinan los contrastes. Esperado con ansias por aquellos que juegan desde el fondo  cuya principales armas son paciencia y regularidad; no deseado por los que prefieren el vértigo y la resolución rápida, un saque a la T, un drive incontestable o una subida a la red definitiva. Momento clave para Nadal, quien defiende 4680 puntos (títulos en Montecarlo, Barcelona, Madrid y Roland Garros, cuartos de final en Roma) obtenidos en un 2017 de ensueño; fase prescindible para Federer, quien al igual que un año atrás se salteará la gira completa, dándole prioridad al cuidado de su cuerpo con una ineludible cita llamada Wimbledon asomando en el horizonte. 
La lista de los más ganadores en este tipo de canchas la encabeza  nuestro hermano rioplatense Guillermo Vilas con 659 triunfos, seguido por el español Manuel Orantes con 501 y un Terminaitor austríaco llamado Thomas Muster (422), zurdo que estuvo cuarenta partidos invicto sobre este polvo sagrado. El propio Muster, el argentino Gastón Gaudio o los españoles Carlos Moya, Juan Carlos Ferrero y Albert Costa son dueños de una solitaria consagración en campeonatos grandes y como no podía ser de otra forma, ella llegó en el mítico Bouis de Boulogne, la cima del universo para cualquiera que se haya criado y formado en la popular tierra batida. 

Bendición para algunos devenida en karma para otros; ejemplo de ello los legendarios Boris Becker y Pete Sampras, ambos números uno del mundo en la década del noventa. El alemán, dueño de 49 títulos en el circuito, jamás pudo gritar campeón en esta clase de courts (disputó solo cuatro finales); mientras que la perpetua novia esquiva del yanqui (ganador de 14 grandes) fue Roland Garros, que le impidió coronar el póker más soñado. En lo que respecta a los uruguayos no hay dudas de que esta ha sido, es y será la superficie por excelencia; los 12 certámenes ATP ganados por raquetas compatriotas (seis de Pablo Cuevas, cinco de Marcelo Filippini y uno de Diego Perez) sucedieron en La Tierra Elegida.                

En el presente existe un hombre de otra galaxia que convive con el resto de los mortales. 391 victorias, solo 32 derrotas, 53 títulos y una decena de Rolanga es la estadística demoledora que avala el favoritismo de Rafa en su piso favorito, donde a pesar de las recientes lesiones no parece haber enemigos de fuste para disputarle la supremacía. Menos aún con Novak Djokovic y Stan Wawrinka sin confianza y muy lejos del nivel necesario para destronar al mejor jugador de arcilla de todos los tiempos. El austríaco Dominic Thiem (en buenas condiciones físicas) parece el otro auténtico especialista capaz de amenazar con destronar al mallorquín del eterno reinado en el Estadio Philippe Chatrier de la ciudad luz, también conocido como el patio de su casa. Grigor Dimitrov, Alexander  Zverev el coreano  Chung y el propio Juan Martín Del Potro son otros retadores que corren de atrás; sin embargo, desde el 2005 hasta hoy, esta etapa de otoño montevideano y primavera balear parece estar hecha a medida de un zurdo inoxidable cuya extensa travesía todavía no concluye.