Antes de ser diputado y dirigente sindical, Óscar Andrade fue futbolista. Jugaba de 5. "Era como el Pelado Peña, pero un poco más rústico", se define. Más claro echale agua.

Jugó en Juanicó y Huracán Progreso, en el fútbol del interior. Recuerda especialmente el romanticismo de este último cuadro, donde costaba juntar plata hasta para pagarle al juez.

"Me gustaban todos los deportes", dice, tanto que tiene algunas pasiones que pueden no coincidir con su estereotipo, por ejemplo el tenis. "Hincha de Nacional y en básquetbol de Aguada", marca territorio rápido si le preguntan por sus cuadros predilectos.

Para él, la de 1988 de Nacional fue "la final de una Intercontinental más memorable ganada por un uruguayo" y  hay prioridades que tiene claras: "Peñarol contra el chancho: el chancho".

Óscar Andrade tiene su lado deportivo y en PDA Radio charlamos un rato para conocerlo.

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