Cuando el fútbol no fue solamente un juego
Un periodista argentino mirando un Ajax-Schalcke 04 se pregunta qué relación habrá entre el Nazismo y el fútbol. Tiempo después nace la muestra: No fue un juego.
Foto: Liana Rodríguez/ ANCCOM
Entrevista realizada por el programa Música al Ángulo de M24
En la tele de un bar porteño juegan Ajax ante Schalke 04 por los Cuartos de Final de la UEFA Europa League 2016-2017; el productor y periodista argentino Leonardo Albajari le pregunta a un amigo si conoce la relación de esos dos equipos con el régimen nazi. La respuesta es no, y lleva a una segunda pregunta: ¿cuántos saben qué roles ocupó la pelota durante el nazismo?
Albajari se juntó con Gustavo Asmus, Guillermo Ibarra y German Roitbarg y comenzaron a investigar. Llegaron a treinta historias, de las que eligieron once para la muestra ‘No fue un juego’, muestra itinerante que viaja por distintos clubes (actualmente en el Museo de River) y que sueña con cruzar al Uruguay para también de este lado del charco decir presente. Por el momento, una llamada telefónica acorta distancias y una charla con Germán Roitbarg nos acerca las once historias y la historia de la muestra.
¿Cuándo te llega la propuesta de Leonardo Albajari el interés te surge inmediatamente?
Sí. Desde un principio fue muy motivante, interesante hacer algo así, sobre todo para poder educar a las generaciones futuras. Porque a nosotros esta temática también nos sirve para hablar de cosas que siguen sucediendo en el fútbol como la violencia, el racismo, la discriminación, la xenofobia, el antisemitismo, cosas que queremos combatir y para ello nada mejor que la capacitación, el mostrarlo, hacer charlas con divisiones menores, con estudiantes de periodismo deportivo, estudiantes de dirigencia deportiva. Que la gente se entere de lo que pasó, de lo que sigue pasando para que no vuelva ocurrir.
Qué tarea linda y a la vez difícil la de investigar fútbol y holocausto
Sí, fue una tarea grande de investigación entre cuatro personas, una investigación que realmente no se consigue buceando por internet, buscando por Google. Tuvimos mucho contacto con investigadores, historiadores, sociólogos, para poder unir el fútbol desde esa perspectiva que nos parecía novedosa y nos parece importante para que muchos futboleros se acerquen a nuestro deporte desde otro punto de vista que no había sido tratado.
Encontraron treinta historias entre fútbol y holocausto y luego eligieron once para la muestra. Historias muy diferentes entre sí
Debimos seleccionar y hacer como Sampaoli o Tabarez por esta época y dejar afuera alguna que está en el banco de suplentes. Elegimos once por el equipo titular, y tenemos otras resguardadas para ir apoyando a la muestra en algún otro momento. Son historias diversas: tenemos historias de clubes beneficiados, clubes perjudicados por el nazismo, historias de fútbol dentro de un campo de concentración, la historia de una de las figuras del equipo más fuerte de la época, el equipo austríaco Wunderteam (fue el nombre dado al equipo nacional de fútbol de Austria de la década de 1930). En este último caso, se trata del futbolista Matthias Sindelar, que no era judío y eso es lo interesante, porque no todas las historias tratan sobre judíos. Por ejemplo también tenemos la historia de Saturnino Navazo, un republicano español que combatió en contra del franquismo y luego contra los nazis en la resistencia francesa y terminó yendo a un campo de concentración y el fútbol lo salvó. Porque esa es la otra idea que tenemos, para nosotros, para muchas personas el fútbol ha sido una vía de escape momentánea: en los campos de concentración la gente disputaba partidos porque eso era utilizado políticamente por los nazis para mostrar ante organismos internacionales para mostrar que los tenían ‘bien’ a los prisioneros. Por esas actividades deportivas algunos han tenido un lugar ‘privilegiado’, o mejor, los mandaban a las cocinas o a hacer otro tipo de tareas y quizás con eso tenían un mejor paso por el campo de concentración o no lo fusilaban en el momento. (Nota de Redacción: algunos oficiales de la SS protegían a sus futbolistas favoritos y pretendían seguir viéndolos jugar). También hay historias de partidos entre guardias y prisioneros. Es decir, el fútbol para nosotros a su vez que víctima, también ha sido una vía de escape, o de ayuda para muchas personas que pasaron por ahí. También hay una historia muy linda que se relaciona con Uruguay que es la historia de Emérico Hirschl, un judío húngaro técnico del equipo de Peñarol del ’49, campeón en Uruguay, y que además formó la base del mundial ’50, del Maracanazo.
A raíz de Emérico Hirschl, en una nota te preguntabas cuántos hinchas de River argentino saben que tuvieron como entrenador a un combatiente de la Primera Guerra Mundial. Esta incógnita se podría repetir en simpatizantes de Peñarol. ¿Podrías explicar cuál es la relación entre la Circular Secreta número Once argentina y el entrenador de la máquina carbonera de 1949?
Emérico es un técnico húngaro judío que llega a Sudamérica en el año 1929. Primero fue ayudante de campo del Palestra de Italia, que luego será el Palmeiras, pasó por Gimnasia (dirigiendo un equipo memorable, llamado ‘El Expreso’), luego fue a River, donde estuvo cinco años, y posteriormente Central, San Lorenzo, Banfield, para finalmente llegar a Peñarol. Durante los años que estuvo en River, el canciller José María Cantilo mandó una circular secreta a las distintas embajadas argentinas donde prohibía el ingreso a nuestro país a personas indeseables o perseguidas políticamente desde su país de origen. No estaba dicho expresamente pero era una forma de evitar que los judíos ingresen al país. Esto lo descubre el investigador Uki Goñi, especialista de esa época y del nazimo, quien consiguió una copia de esa Circular Secreta número Once en la embajada de Estocolmo. Es particular este caso, porque recién fue derogada esta circular por Néstor Kirchner en el año 2005, antes no se sabía su existencia, aunque su uso estaba inactivo. Emérico Hirschl, mientras era entrenador de River, iba por las tardes al puerto de Buenos Aires con otros húngaros. El ir allí ya era algo peligroso, a unas pocas cuadras, por ejemplo, en el Luna Park se había celebrado en el año 1938 la mayor manifestación nazi fuera de Alemania, se festejó la anexión de Austria a Alemania. Emérico iba igualmente al puerto de Buenos y en la bajada de los barcos, utilizando su fama e influencia como técnico de River, siendo además muy entrador, hacía bajar a los judíos de los barcos y les daba un primer destino. Con lo cual, muestra que tuvo una tarea humanitaria muy importante y por esa razón es que ‘ingresa’ en nuestra muestra ‘No fue un juego’.
Más allá de las buenas historias, también hay mucha fotografía que le da mayor valor a la muestra
Particularmente con Hirschl, nos ayudó muchísimo la familia, Gabriela, su hija. Ahora me encuentro haciendo el libro de él, la autobiografía con toda su historia. Pero sí hay imágenes muy lindas, para nosotros independientemente de la historia que fuera convocante, relevante, tenía que tener buenas imágenes porque es una muestra visual. Así que sí, hay muy lindas fotos, también tenemos un video institucional preparado para cuando se inicia la muestra como para entrar en tema, y también hay obras artísticas, pelotas intervenidas por distintos artistas. Nosotros pensamos que a una muestra en un museo deportivo, van los padres con los niños; entonces si bien puede haber fotos que llamen la atención, la mayoría generalmente es texto, y no queríamos que un niño pierda la atención o que el padre le tenga que estar contando todo el tiempo lo que es la muestra, pretendíamos también disparar los sentidos por otro lado. Convocamos artistas, ilustradores, escultores, compramos seis pelotas en una asociación benéfica (por cada pelota comprada, ellos donan una a una institución carenciada), y se las dimos a diferentes artistas para que las intervinieran cómo quisieran de acuerdo a la temática. También es una forma de mostrar algo más y de darle más materialidad a la muestra. A su vez, tenemos obras de otros artistas de Omar Panosetti que nos ayudó muchísimo con algunas acuarelas que realizó sobre la temática y también tenemos la donación del club Macabi de Buenos Aires, que nos donó dos camisetas que son réplica de 1938 del club Macabi de Varsovia, club destruido en la invasión de Alemania a Polonia (si bien hoy existe, aún no pudo reconstruir su sede social). La muestra es bastante completa, tiene muchísimas imágenes, fotos e historias diferentes entre sí y cautivantes.
A su vez, es importante recordar, con este tipo de muestras, que el autoritarismo entendió que el fútbol era una herramienta interesante. ¿Qué mensaje intentaba dar el nazismo apoyando al Schalke 04?
El nazismo tomó o adoptó al Schalke 04 como su club al darle todos los recursos de otros clubes. Schalke representaba muy bien los valores del nazismo, que toma un equipo del norte de Alemania, una región estratégica que había recuperado, la cuenca del Rin, que es donde hay muchas minas. Incluso la mascota del Schalke es un topo con un casquito, porque es el equipo de los mineros, entonces tiene que ver mucho con la reconstrucción de Alemania, con la unidad, con el trabajo. Fue tan burdo el apoyo que en esos años, entre 1933 y 1945 Schalke disputó 14 de las 18 finales posibles, ganó seis ligas (1934, 1935, 1937, 1939, 1940, 1942) y luego, hasta la actualidad, sólo vuelve a ganarla una vez (en 1958). Es verdad que ganó alguna Copa de Alemania, pero lo que es Bundesliga sólo una desde el fin del nazismo. Simplemente por estadística podemos comprobar eso y en la muestra se pueden ver algunos afiches que hacía el nazismo sobre las finales que disputaba el Schalke. Finales que se fijaban en el Olímpico de Berlín, en el centro de Alemania, a pesar de que el Schakke es del norte, de Gelsenkirchen. Fue un equipo que quería ser mostrado por los nazis como su equipo, como un equipo de la unidad, de los obreros de la reconstrucción.
Schalke no perdió entre 1935 y 1939
Por estadística, pierde hasta 1945 muy pocos partidos, es claramente beneficiado, no sólo desde afuera con el ingreso de las divisas, de las arcas de otros clubes, que directamente pasaron de un club a otro, sino también dentro del campo de juego, si no perdés un partido en cuatro años quiere decir que algo te están ayudando.
Una estadística que marca mucho
Sin duda. Y también hay otros equipos como Bayer Munich, que fue claramente perjudicado por su origen judío. Kurt Landaue, su presidente en aquel entonces, fue expulsado por judío y luego, pasado el nazismo, él mismo volvió y se encargó de la reconstrucción del Bayern, que estuvo muchos años en la Segunda División. Hoy a la distancia no se ve tan claro, porque uno lo ve ‘súper poderoso’ al Bayern Munich, pero sí fue perseguido simplemente por su origen. El mensaje que queremos dar es que nadie se tiene que quedar fuera de este deporte, el deporte es integración, y ni por tus creencias políticas, religiosas, ni por tu orientación sexual, ni por tu género, ni por tu color de piel, por nada uno tiene que quedar fuera del deporte. Es el mensaje que queremos dar, estamos en contra de la violencia, de la discriminación, la xenofobia el racismo; cosas que siguen pasando hoy en día.
Si bien ‘incomoda’ conocer esas historias, también hay historias de esperanza y emociona descubrirlas. De historias personales, como la de Emérico, a historias de instituciones como Ajax y Tottenham, que se mostraron solidarios con el pueblo judío
Exacto; está muy bien la palabra solidario porque en realidad son clubes, en Argentina pasa con Atlanta también, que no han nacido judíos pero sí adoptaron a la colectividad, a la comunidad judía. En el caso de Ajax es clave, porque es uno de los clubes que está enclavado en el barrio judío, y también sufrió persecuciones, incluso uno de sus jugadores terminó muerto en Auschwitz. Esto se suma a que Ámsterdam es una de las ciudades con más muertes por la invasión nazi. En el caso de Tottenham también han adoptado a la comunidad judía y ellos mismos se dicen a sí mismo como judíos aunque no tengan un origen judío. Con Atlanta, en Argentina, pasa lo mismo: su ‘mote’ de origen es los bohemios, porque tuvieron muchas canchas y fueron variando de locación de un lado a otro de la ciudad; pero luego cuando llegan a Villa Crespo que es donde tienen hoy el estadio, adoptan a la comunidad judía. De hecho se da la particularidad que le compra el estadio a su clásico rival, Chacarita, que ya estaba en Villa Crespo. Es como si Nacional llegara a un barrio y le comprara el predio a Peñarol y Peñarol se debiera ir del barrio. Tengo conocidos que son judíos e hinchas de Chacarita, no es que todos los judíos son hinchas de Atlanta como se suele creer. Y muchas veces pesa más el hecho del club que el origen, entonces hay cánticos antisemitas, pero de un judío a otro sólo por ser de otro club. Por eso también es que tenemos charlas con los chicos: hace poco charlamos con jugadores de fútbol y de rugby del club hindú, y muchas veces no saben lo que están diciendo en la cancha, se canta contra un grupo étnico o por algo en particular y lo repiten; por lo que nuestra tarea más importante es educar, que se conozca y se sepa lo que se ha pasado para que no vuelva a ocurrir para que se tome conciencia y qué es lo que se está diciendo cuando se dice algo. Eso es lo más importante para nosotros, plantar una semillita en la cabeza de la gente para saber que pasó algo, cuando vean un partido del Ajax, del Bayern Munich, del Schalke 04, o del Borussia Dortmund (que fue perseguido por sus ideas socialistas), conozcan la historia detrás.
En la tele de un bar porteño juegan Ajax ante Schalke 04 por los Cuartos de Final de la UEFA Europa League 2016-2017; el productor y periodista argentino Leonardo Albajari le pregunta a un amigo si conoce la relación de esos dos equipos con el régimen nazi. La respuesta es no, y lleva a una segunda pregunta: ¿cuántos saben qué roles ocupó la pelota durante el nazismo?
Albajari se juntó con Gustavo Asmus, Guillermo Ibarra y German Roitbarg y comenzaron a investigar. Llegaron a treinta historias, de las que eligieron once para la muestra ‘No fue un juego’, muestra itinerante que viaja por distintos clubes (actualmente en el Museo de River) y que sueña con cruzar al Uruguay para también de este lado del charco decir presente. Por el momento, una llamada telefónica acorta distancias y una charla con Germán Roitbarg nos acerca las once historias y la historia de la muestra.
¿Cuándo te llega la propuesta de Leonardo Albajari el interés te surge inmediatamente?
Sí. Desde un principio fue muy motivante, interesante hacer algo así, sobre todo para poder educar a las generaciones futuras. Porque a nosotros esta temática también nos sirve para hablar de cosas que siguen sucediendo en el fútbol como la violencia, el racismo, la discriminación, la xenofobia, el antisemitismo, cosas que queremos combatir y para ello nada mejor que la capacitación, el mostrarlo, hacer charlas con divisiones menores, con estudiantes de periodismo deportivo, estudiantes de dirigencia deportiva. Que la gente se entere de lo que pasó, de lo que sigue pasando para que no vuelva ocurrir.
Qué tarea linda y a la vez difícil la de investigar fútbol y holocausto
Sí, fue una tarea grande de investigación entre cuatro personas, una investigación que realmente no se consigue buceando por internet, buscando por Google. Tuvimos mucho contacto con investigadores, historiadores, sociólogos, para poder unir el fútbol desde esa perspectiva que nos parecía novedosa y nos parece importante para que muchos futboleros se acerquen a nuestro deporte desde otro punto de vista que no había sido tratado.
Encontraron treinta historias entre fútbol y holocausto y luego eligieron once para la muestra. Historias muy diferentes entre sí
Debimos seleccionar y hacer como Sampaoli o Tabarez por esta época y dejar afuera alguna que está en el banco de suplentes. Elegimos once por el equipo titular, y tenemos otras resguardadas para ir apoyando a la muestra en algún otro momento. Son historias diversas: tenemos historias de clubes beneficiados, clubes perjudicados por el nazismo, historias de fútbol dentro de un campo de concentración, la historia de una de las figuras del equipo más fuerte de la época, el equipo austríaco Wunderteam (fue el nombre dado al equipo nacional de fútbol de Austria de la década de 1930). En este último caso, se trata del futbolista Matthias Sindelar, que no era judío y eso es lo interesante, porque no todas las historias tratan sobre judíos. Por ejemplo también tenemos la historia de Saturnino Navazo, un republicano español que combatió en contra del franquismo y luego contra los nazis en la resistencia francesa y terminó yendo a un campo de concentración y el fútbol lo salvó. Porque esa es la otra idea que tenemos, para nosotros, para muchas personas el fútbol ha sido una vía de escape momentánea: en los campos de concentración la gente disputaba partidos porque eso era utilizado políticamente por los nazis para mostrar ante organismos internacionales para mostrar que los tenían ‘bien’ a los prisioneros. Por esas actividades deportivas algunos han tenido un lugar ‘privilegiado’, o mejor, los mandaban a las cocinas o a hacer otro tipo de tareas y quizás con eso tenían un mejor paso por el campo de concentración o no lo fusilaban en el momento. (Nota de Redacción: algunos oficiales de la SS protegían a sus futbolistas favoritos y pretendían seguir viéndolos jugar). También hay historias de partidos entre guardias y prisioneros. Es decir, el fútbol para nosotros a su vez que víctima, también ha sido una vía de escape, o de ayuda para muchas personas que pasaron por ahí. También hay una historia muy linda que se relaciona con Uruguay que es la historia de Emérico Hirschl, un judío húngaro técnico del equipo de Peñarol del ’49, campeón en Uruguay, y que además formó la base del mundial ’50, del Maracanazo.
A raíz de Emérico Hirschl, en una nota te preguntabas cuántos hinchas de River argentino saben que tuvieron como entrenador a un combatiente de la Primera Guerra Mundial. Esta incógnita se podría repetir en simpatizantes de Peñarol. ¿Podrías explicar cuál es la relación entre la Circular Secreta número Once argentina y el entrenador de la máquina carbonera de 1949?
Emérico es un técnico húngaro judío que llega a Sudamérica en el año 1929. Primero fue ayudante de campo del Palestra de Italia, que luego será el Palmeiras, pasó por Gimnasia (dirigiendo un equipo memorable, llamado ‘El Expreso’), luego fue a River, donde estuvo cinco años, y posteriormente Central, San Lorenzo, Banfield, para finalmente llegar a Peñarol. Durante los años que estuvo en River, el canciller José María Cantilo mandó una circular secreta a las distintas embajadas argentinas donde prohibía el ingreso a nuestro país a personas indeseables o perseguidas políticamente desde su país de origen. No estaba dicho expresamente pero era una forma de evitar que los judíos ingresen al país. Esto lo descubre el investigador Uki Goñi, especialista de esa época y del nazimo, quien consiguió una copia de esa Circular Secreta número Once en la embajada de Estocolmo. Es particular este caso, porque recién fue derogada esta circular por Néstor Kirchner en el año 2005, antes no se sabía su existencia, aunque su uso estaba inactivo. Emérico Hirschl, mientras era entrenador de River, iba por las tardes al puerto de Buenos Aires con otros húngaros. El ir allí ya era algo peligroso, a unas pocas cuadras, por ejemplo, en el Luna Park se había celebrado en el año 1938 la mayor manifestación nazi fuera de Alemania, se festejó la anexión de Austria a Alemania. Emérico iba igualmente al puerto de Buenos y en la bajada de los barcos, utilizando su fama e influencia como técnico de River, siendo además muy entrador, hacía bajar a los judíos de los barcos y les daba un primer destino. Con lo cual, muestra que tuvo una tarea humanitaria muy importante y por esa razón es que ‘ingresa’ en nuestra muestra ‘No fue un juego’.
Más allá de las buenas historias, también hay mucha fotografía que le da mayor valor a la muestra
Particularmente con Hirschl, nos ayudó muchísimo la familia, Gabriela, su hija. Ahora me encuentro haciendo el libro de él, la autobiografía con toda su historia. Pero sí hay imágenes muy lindas, para nosotros independientemente de la historia que fuera convocante, relevante, tenía que tener buenas imágenes porque es una muestra visual. Así que sí, hay muy lindas fotos, también tenemos un video institucional preparado para cuando se inicia la muestra como para entrar en tema, y también hay obras artísticas, pelotas intervenidas por distintos artistas. Nosotros pensamos que a una muestra en un museo deportivo, van los padres con los niños; entonces si bien puede haber fotos que llamen la atención, la mayoría generalmente es texto, y no queríamos que un niño pierda la atención o que el padre le tenga que estar contando todo el tiempo lo que es la muestra, pretendíamos también disparar los sentidos por otro lado. Convocamos artistas, ilustradores, escultores, compramos seis pelotas en una asociación benéfica (por cada pelota comprada, ellos donan una a una institución carenciada), y se las dimos a diferentes artistas para que las intervinieran cómo quisieran de acuerdo a la temática. También es una forma de mostrar algo más y de darle más materialidad a la muestra. A su vez, tenemos obras de otros artistas de Omar Panosetti que nos ayudó muchísimo con algunas acuarelas que realizó sobre la temática y también tenemos la donación del club Macabi de Buenos Aires, que nos donó dos camisetas que son réplica de 1938 del club Macabi de Varsovia, club destruido en la invasión de Alemania a Polonia (si bien hoy existe, aún no pudo reconstruir su sede social). La muestra es bastante completa, tiene muchísimas imágenes, fotos e historias diferentes entre sí y cautivantes.
A su vez, es importante recordar, con este tipo de muestras, que el autoritarismo entendió que el fútbol era una herramienta interesante. ¿Qué mensaje intentaba dar el nazismo apoyando al Schalke 04?
El nazismo tomó o adoptó al Schalke 04 como su club al darle todos los recursos de otros clubes. Schalke representaba muy bien los valores del nazismo, que toma un equipo del norte de Alemania, una región estratégica que había recuperado, la cuenca del Rin, que es donde hay muchas minas. Incluso la mascota del Schalke es un topo con un casquito, porque es el equipo de los mineros, entonces tiene que ver mucho con la reconstrucción de Alemania, con la unidad, con el trabajo. Fue tan burdo el apoyo que en esos años, entre 1933 y 1945 Schalke disputó 14 de las 18 finales posibles, ganó seis ligas (1934, 1935, 1937, 1939, 1940, 1942) y luego, hasta la actualidad, sólo vuelve a ganarla una vez (en 1958). Es verdad que ganó alguna Copa de Alemania, pero lo que es Bundesliga sólo una desde el fin del nazismo. Simplemente por estadística podemos comprobar eso y en la muestra se pueden ver algunos afiches que hacía el nazismo sobre las finales que disputaba el Schalke. Finales que se fijaban en el Olímpico de Berlín, en el centro de Alemania, a pesar de que el Schakke es del norte, de Gelsenkirchen. Fue un equipo que quería ser mostrado por los nazis como su equipo, como un equipo de la unidad, de los obreros de la reconstrucción.
Schalke no perdió entre 1935 y 1939
Por estadística, pierde hasta 1945 muy pocos partidos, es claramente beneficiado, no sólo desde afuera con el ingreso de las divisas, de las arcas de otros clubes, que directamente pasaron de un club a otro, sino también dentro del campo de juego, si no perdés un partido en cuatro años quiere decir que algo te están ayudando.
Una estadística que marca mucho
Sin duda. Y también hay otros equipos como Bayer Munich, que fue claramente perjudicado por su origen judío. Kurt Landaue, su presidente en aquel entonces, fue expulsado por judío y luego, pasado el nazismo, él mismo volvió y se encargó de la reconstrucción del Bayern, que estuvo muchos años en la Segunda División. Hoy a la distancia no se ve tan claro, porque uno lo ve ‘súper poderoso’ al Bayern Munich, pero sí fue perseguido simplemente por su origen. El mensaje que queremos dar es que nadie se tiene que quedar fuera de este deporte, el deporte es integración, y ni por tus creencias políticas, religiosas, ni por tu orientación sexual, ni por tu género, ni por tu color de piel, por nada uno tiene que quedar fuera del deporte. Es el mensaje que queremos dar, estamos en contra de la violencia, de la discriminación, la xenofobia el racismo; cosas que siguen pasando hoy en día.
Si bien ‘incomoda’ conocer esas historias, también hay historias de esperanza y emociona descubrirlas. De historias personales, como la de Emérico, a historias de instituciones como Ajax y Tottenham, que se mostraron solidarios con el pueblo judío
Exacto; está muy bien la palabra solidario porque en realidad son clubes, en Argentina pasa con Atlanta también, que no han nacido judíos pero sí adoptaron a la colectividad, a la comunidad judía. En el caso de Ajax es clave, porque es uno de los clubes que está enclavado en el barrio judío, y también sufrió persecuciones, incluso uno de sus jugadores terminó muerto en Auschwitz. Esto se suma a que Ámsterdam es una de las ciudades con más muertes por la invasión nazi. En el caso de Tottenham también han adoptado a la comunidad judía y ellos mismos se dicen a sí mismo como judíos aunque no tengan un origen judío. Con Atlanta, en Argentina, pasa lo mismo: su ‘mote’ de origen es los bohemios, porque tuvieron muchas canchas y fueron variando de locación de un lado a otro de la ciudad; pero luego cuando llegan a Villa Crespo que es donde tienen hoy el estadio, adoptan a la comunidad judía. De hecho se da la particularidad que le compra el estadio a su clásico rival, Chacarita, que ya estaba en Villa Crespo. Es como si Nacional llegara a un barrio y le comprara el predio a Peñarol y Peñarol se debiera ir del barrio. Tengo conocidos que son judíos e hinchas de Chacarita, no es que todos los judíos son hinchas de Atlanta como se suele creer. Y muchas veces pesa más el hecho del club que el origen, entonces hay cánticos antisemitas, pero de un judío a otro sólo por ser de otro club. Por eso también es que tenemos charlas con los chicos: hace poco charlamos con jugadores de fútbol y de rugby del club hindú, y muchas veces no saben lo que están diciendo en la cancha, se canta contra un grupo étnico o por algo en particular y lo repiten; por lo que nuestra tarea más importante es educar, que se conozca y se sepa lo que se ha pasado para que no vuelva a ocurrir para que se tome conciencia y qué es lo que se está diciendo cuando se dice algo. Eso es lo más importante para nosotros, plantar una semillita en la cabeza de la gente para saber que pasó algo, cuando vean un partido del Ajax, del Bayern Munich, del Schalke 04, o del Borussia Dortmund (que fue perseguido por sus ideas socialistas), conozcan la historia detrás.