Hierba buena

Borna Coric dio el batacazo y venció a Federer sobre el césped de Halle

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Foto: EFE - SASCHA STEINBACH
Como una potente ráfaga de aire fresco surcando la hierba alemana un jovencito de origen croata hace tambalear los cimientos del circuito ATP, ese que parecía ser patrimonio exclusivo de los curtidos veteranos treintañeros. Se llama Borna Coric y este domingo, tras dos horas y siete minutos de batalla, dio el gran batacazo deportivo del fin de semana al derrotar a Roger Federer y consagrarse nuevo campeón del  ATP 500 de Halle, torneo que se disputa sobre césped y sirve como preparación para Wimbledon, grand slam que se pondrá en marcha la próxima semana. 7-6(6), 3-6 y 6-2 fue el resultado final de un match que no solo significa el segundo título en la incipiente carrera del botija de los Balcanes, sino que también le devuelve a Rafael Nadal el número uno del ranking luego de una semana en la que el liderazgo viajó efímeramente hasta Suiza.
 
Hombre con cara de niño, el oriundo de Zagreb no solo se transformó en el primer jugador de su país en alcanzar la final de este torneo que se disputa hace 26 años, sino que cortó la racha de veinte victorias consecutivas sobre pasto que traía el maestro suizo (no perdía desde 2016 ante Milos Raonic en semis de Wimbledon); pavada de logro para alguien que antes de este éxito rotundo solo había ganado dos partidos sobre esta superficie. Patriarca absoluto del ya tradicional Gerry Webber Open que se disputa en tierras germanas, Federer comenzó la semana en busca de su décima corona en Halle, intentando ratificar su monopolio casi absoluto en el piso que mejor le sienta. Sin embargo, en un domingo de luces y sombras, con intermitencias poco frecuentes en los últimos tiempos, el señor tenis cedió ante este inesperado retador de solo 21 abriles que venció el miedo escénico y le puso broche de oro a una semana de ensueño que había comenzado con el también sorpresivo triunfo sobre Alexander Zverev, favorito local y segundo preclasificado. 

Después del envíon anímico que significó sacarse de encima a un top ten,  desfilaron respectivamente Basilashvili, Seppi y Bautista Agut (se retiró por lesión cuando ganaba 3-2) hasta llegar a la jornada de gloria en la que más allá de mostrar pulso firme, solidez extrema desde el fondo de la cancha o gran regularidad en el servicio (74% de primeros saques adentro), el apodado Golden Boy supo aprovechar las licencias que vinieron del otro lado de la red y que no suelen existir cuando Federer está enfrente. 4-6 abajo en el tie break del primer set, entre virtudes propias y errores ajenos, el croata pudo dar vuelta la historia y quedarse con ese primer parcial que a la postre sería clave, quid de la cuestión. Su Majestad reaccionó en el segundo pero la inconsistencia volvió en el definitivo y la sorpresa menos esperada se consumó; el novato destronando al especialista experimentado.   

“Él ha sido mejor en los momentos importantes”, fue la frase en conferencia de prensa del propio Roger que resume a las mil maravillas un duelo parejo por demás con la particularidad de que el perdedor terminó ganando más puntos que el flamante monarca (97 a 89). ¿Quién es Coric independientemente de esta conquista resonante? Es aquel que con solo 17 primaveras en el lomo venció al mismísimo Rafa sobre la carpeta indoor de Basilea, el mismo que a fines del 2014 fue premiado como “Estrella del mañana” por ser el jugador más joven de la historia en terminar dentro del top 100 (n°92), ese que la temporada pasada ganó su primer título en Marrakech (Marruecos) sobre polvo de ladrillo, o el que aún no ha podido traspasar la barrera de tercera ronda en los torneos más grandes. Es el que hasta ayer era eterna promesa y hoy amanece en las tapas de los diarios luciendo su nuevo status de realidad consolidada, responsable de haber profanado uno de los jardines sagrados del más excelso artista de la raqueta.