Reverdeció

Djokovic cortó una sequía de más de dos años sobre la hierba del All England Club

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Foto: EFE - Ben Queenborough
El Ave Fénix despliega sus alas de par en par merodeando los pasillos del All England Club. La capacidad de resiliencia se recrea en la sagrada hierba londinense ante la mirada de miles que colman cancha central y millones sentados frente al televisor. Después de 25 meses y 10 días de sequía en torneos de grand slam Novak Djokovic es el nuevo campeón de Wimbledon al derrotar en sets corridos al sudafricano Kevin Anderson que poco pudo hacer frente a la mayor jerarquía de su rival. 6-2, 6-2, 7-6(3) fue el score final que decretó el campeonato grande número trece para este serbio batallador que no ganaba un título desde el 1 de julio de la pasada temporada. Precisamente en la catedral del tenis, pisando ese césped añejo origen de todo lo demás; justo ahí la silueta del feroz competidor se recompone, altiva y retadora. Sobreponiéndose a un sinfín de problemas físicos y una profunda crisis de confianza, el hombre de 31 abriles que ocupó la cima del ranking durante 223 semanas se consagra por cuarta vez en la capital inglesa y por eso el lunes volverá a formar parte del top ten, una elite tenística que no lo incluía desde el 30 de octubre del 2017.

“Tengo flashbacks de mis últimos 15 meses. He pasado por mucho para poder llegar hasta aquí", fueron las palabras de un Nole visiblemente emocionado apenas consumada la épica victoria semifinal ante Rafa Nadal por 6-4, 3-6, 7-6, 3-6 y 10-8. Aquella que se prolongó por más de cinco horas certificando definitivamente su regreso al máximo nivel. Punto de inflexión y reencuentro con sensaciones extraviadas; adrenalina al mango y presión extrema, ansiada reaparición de los desorbitados ojos del tigre en ese instante previo al saque contrincante, emanando hambre de gloria a través de sus pupilas voraces. Batalla memorable que clasificó al oriundo de Belgrado para el encuentro decisivo frente a un Anderson agotado (6 horas 33 vs Isner en semis, 4 horas 15 vs Federer en cuartos) que no fue rival en los primeros dos sets y peleó de igual a igual un tercero con final cerrado. A pesar de sudar sangre y salvar seis puntos de quiebre con su saque la balanza se inclinó hacia el lado del balcánico en la muerte súbita. 100 puntos ganados (contra 74 del sudafricano) y tan solo 13 errores no forzados en dos horas, dieciocho minutos de match hablan a las claras de una superioridad evidente en líneas generales.

Doce meses después de su retiro ante el checo Tomas Berdych en cuartos de final del tradicional certamen británico, luego de los infinitos problemas en su codo que lo alejaron seis meses de las canchas y terminaron en cirugía. Tras su malogrado vínculo profesional con Agassi, su volver a las fuentes con Marian Vajda (el entrenador que lo formó) y un record anual de 18-9, mediocre para la estatura del personaje en cuestión. Así desembarcó el apodado Joker en la siempre nublada Londres; con más dudas que certezas y una luz de esperanza que alumbró tras su buen desempeño en el ATP de Queens donde fue finalista. Arranque auspicioso sin ceder sets frente a Sandgren y Zeballos. El primer desafió verdadero llegó en ronda de 32 ante el local Kyle Edmund, quien lo llevó a cuatro chicos. Paliza al prometedor ruso Kachanov y duelo apretado ante el aguerrido ponja Nishikori, quien le robó el segundo set del torneo. 

La prueba de fuego llegó en semis ante el number one y superado semejante escollo el resto solo fue mantener la inercia ganadora. Campeonato 69 en la dilatada carrera de Djokovic, quien además corta una racha de seis grand slams consecutivos conquistados por Federer o Nadal. Reinvención tan esperada del súper héroe que faltaba; rompiendo la lógica binaria, sacudiendo al circuito en una ratificación de la monarquía treintañera, desnudando, aún más, las carencias de una nueva generación desangelada que hasta el momento no da la talla. Desde el 2003 hasta el día de la fecha el trono de Wimbledon ha sido ocupado solo por cuatro nombres que suenan familiares: Roger (8), Rafa (2), Novak (4) y Andy (2). Mientras el mañana espera como aletargado nosotros permanecemos agradecidos a los de siempre, valorando cada segundo de este partido que algún día tendrá final; orgullosos contemporáneos de la Perfección Suiza, la Garra Española y un tercero en discordia que hoy vuelve a ser.