Ver Nápoles, después morir
Historias de cuando el Napoli no era el Napoli de ahora, ni el de mucho antes.
Entrevista realizada por el programa Música al Ángulo de M24
Hay algunos sueños que son comunes a los futboleros. Todo niño sueña con hacer un gol en la final del Mundo o con la camiseta de su equipo en la final de la Libertadores en Avellaneda, en el Monumental o en La Bombonera, algo que varía según la generación. Sueños con alguna impronta personal, pero que recogen grandes 'generalidades'.
Hay otros sueños de gol que tienen una seña particular. Camiseta, estadio y rival. Y aún siendo específicos también son compartidos por muchos. Una camiseta celeste, al Sur, ante el poderoso del Norte. La 10 de Nápoles, el San Paolo, ante la Juventus.
El coloniense Mariano Bogliacino lo cumplió (hace poco un hincha escribió al respecto de ese gol) Fue en la Serie B, en noviembre del 2006, por la fecha 10. Ante la Juventus de Deschamps (Del Piero, autor del gol juventino, y Zalayeta en ataque) para marcar el uno a uno, frenar una racha de ocho victorias de la vecchia signora y cortar los 734 minutos que Buffon ostentaba sin recibir goles.
De hacer gritar a los pasionales napolitanos, del Sur en pleno Norte: Mariano Bogliacino y Nápoles, una ciudad de ensueño.
¿Cómo es el Sur de Italia?
Nápoles es una ciudad preciosa, divina. Hay un dicho que dice «Ver Nápoles, después morir» y es así. La ciudad es muy linda, son ciudades viejas, que tienen un paisaje divino. Los napolitanos son súper serviciales. La gente es súper cariñosa, te da lo que no tiene. Las personas que vienen del Norte no lo pueden creer, porque las malas lenguas dicen que Nápoles es todo mafia y no es así, cuando
llegan quedan asombrados.
¿Nos parecemos en el Río de la Plata a los italianos?
En lo que se parece mucho Nápoles a Argentina es en lo caótico. Para vivir todos los días es medio pesado, hay mucha gente para poco territorio. No se respetan muchos las leyes de tránsito, cada uno tiene su propia ley. Igualmente el napolitano es como el sudamericano, como el uruguayo, que te brinda todo. Ellos respiran al fútbol, entonces al jugador de fútbol le dan todo, por lo que me sentí como en casa. El futbolista tiene un trato especial. He conocido uruguayos que se han ido a vivir a Nápoles y están locos de la vida porque es un lugar precioso para vivir.
¿Se nota fácilmente ese poder de la mafia?
Pasa que es como todo, tenés que saber horarios y por dónde andás. En Montevideo puede pasar lo mismo. En el día es todo tranquilo.
Después uno sabe dónde meterse en la noche, hay peligros como en todas las grandes ciudades del mundo, si uno se mete en lugares que no conoce corre riesgos de que le pase algo. Pero se vive tranquilo, yo viví cinco años ahí, tengo dos hijos napolitanos y uno del Norte, tengo la rivalidad. Yo viví bien, Nápoles es una ciudad preciosa para recorrer; jugando al fútbol me quedaba más en casa, pero por ejemplo está la zona Amalfi.
Maradona sentía una discriminación dentro del fútbol hacia el Sur, ¿vos lo sentiste?
Sí. Un día había problemas de la basura en Nápoles, no pasaban los camiones y era basura por todos lados; llegamos a Torino a jugar ante la Juventus y en la hinchada todos tenías bolsas de basura y nos decían ‘se les cayó esto del ómnibus’. Muchas hinchadas gritan que el volcán tape de vuelta a Nápoles con la lava, se siente mucho la rivalidad. (NdeR: Campos Flégreos son una vasta caldera volcánica situada a 9 km al noroeste de la ciudad de Nápoles, un ‘supervolcán habitado’).
Como pasa muchas veces otras realidades y rivalidades sociales se llevan al fútbol
Sí, se llevan al fútbol. A los del Sur les dicen ‘terrone’, que son los que trabajan la tierra, es una forma de discriminar que tienen contra Náploes. Pero como te decía mucha gente del Norte que va a vivir allá queda como loco.
¿Cómo es la previa de un partido ante Juventus?
Es el partido que están esperando los hinchas, es como acá el clásico. Estás toda la semana hablando de ese partido, importantísimo por la rivalidad que hay. Tuve la suerte de hacer un gol contra la Juventus y eso te deja marcado, por ese gol me recuerdan mucho.
¿La gente es tan pasional como acá?
En Nápoles se vive fútbol, si el equipo va bien la gente está contenta y se olvida de los problemas, si el equipo va mal se hace todo mucho más pesado. Tuve anécdotas en el primer año, íbamos al súper con mi señora y cuando ganábamos nos hacían las compras, nos llevaban todo; cuando perdíamos ni nos saludaban. Entonces había que aprovechar cuando ganábamos para hacer los mandados porque si no, se complicaba. Son muy pasionales y la verdad cuando llegas al estadio es algo divino, no es algo que se vive en todos lados.
Llegaste a jugar la serie C con el Nápoles
Sí. Incluso los enfrenté en la C. Yo estaba en Sambenedettese y ellos habían bajado a la C. Cuando fuimos a Nápoles, llevaron 40 mil personas, ¡para un partido de la C! Algo increíble. Para mí era el sueño, al otro año estuve jugando ahí y fue algo maravilloso.
¿Estar en un lugar con tanta identidad cuánto sirve para la vida? ¿Y saber que hay una posibilidad de volver a Nápoles o estando acá sentir algo tan diferente como la identidad de otra ciudad?
Estando en Uruguay, veo dónde jugué y me quedo asombrado, quedo loco de la vida. Cuando voy la gente tiene un buen recuerdo. Cuando me había ido al Verona a préstamo, enfrenté al Nápoles y la gente me aplaudió. Es algo lindo. Tengo amigos allá con quienes sigo en contacto y nunca se sabe lo que puede pasar en la vida, es una ciudad linda para vivir.
¿Podés elegir un lugar de la ciudad?
Yo estaba en un lugar precioso, que se llama Posillipo, es bien 'arriba' y se ve todo el mar, el volcán, una vista soñada.
Lo de Maradona debe ser muy fuerte todavía, para los que lo vivieron y para las nuevas generaciones.
Sí, allá Maradona es Dios. En la C jugábamos numerados del uno al once y tuve la suerte de que me tocara la 10. Apenas me la dieron me dijeron quién la había usado y que Diego había salido campeón, te daban una presión importante, pero por suerte nos fue bien. Maradona fue el que vino a competir desde el Sur contra el Norte, y además logró campeonatos. Para todos los napolitanos, Maradona es palabra mayor.
Hay algunos sueños que son comunes a los futboleros. Todo niño sueña con hacer un gol en la final del Mundo o con la camiseta de su equipo en la final de la Libertadores en Avellaneda, en el Monumental o en La Bombonera, algo que varía según la generación. Sueños con alguna impronta personal, pero que recogen grandes 'generalidades'.
Hay otros sueños de gol que tienen una seña particular. Camiseta, estadio y rival. Y aún siendo específicos también son compartidos por muchos. Una camiseta celeste, al Sur, ante el poderoso del Norte. La 10 de Nápoles, el San Paolo, ante la Juventus.
El coloniense Mariano Bogliacino lo cumplió (hace poco un hincha escribió al respecto de ese gol) Fue en la Serie B, en noviembre del 2006, por la fecha 10. Ante la Juventus de Deschamps (Del Piero, autor del gol juventino, y Zalayeta en ataque) para marcar el uno a uno, frenar una racha de ocho victorias de la vecchia signora y cortar los 734 minutos que Buffon ostentaba sin recibir goles.
De hacer gritar a los pasionales napolitanos, del Sur en pleno Norte: Mariano Bogliacino y Nápoles, una ciudad de ensueño.
¿Cómo es el Sur de Italia?
Nápoles es una ciudad preciosa, divina. Hay un dicho que dice «Ver Nápoles, después morir» y es así. La ciudad es muy linda, son ciudades viejas, que tienen un paisaje divino. Los napolitanos son súper serviciales. La gente es súper cariñosa, te da lo que no tiene. Las personas que vienen del Norte no lo pueden creer, porque las malas lenguas dicen que Nápoles es todo mafia y no es así, cuando
llegan quedan asombrados.
¿Nos parecemos en el Río de la Plata a los italianos?
En lo que se parece mucho Nápoles a Argentina es en lo caótico. Para vivir todos los días es medio pesado, hay mucha gente para poco territorio. No se respetan muchos las leyes de tránsito, cada uno tiene su propia ley. Igualmente el napolitano es como el sudamericano, como el uruguayo, que te brinda todo. Ellos respiran al fútbol, entonces al jugador de fútbol le dan todo, por lo que me sentí como en casa. El futbolista tiene un trato especial. He conocido uruguayos que se han ido a vivir a Nápoles y están locos de la vida porque es un lugar precioso para vivir.
¿Se nota fácilmente ese poder de la mafia?
Pasa que es como todo, tenés que saber horarios y por dónde andás. En Montevideo puede pasar lo mismo. En el día es todo tranquilo.
Después uno sabe dónde meterse en la noche, hay peligros como en todas las grandes ciudades del mundo, si uno se mete en lugares que no conoce corre riesgos de que le pase algo. Pero se vive tranquilo, yo viví cinco años ahí, tengo dos hijos napolitanos y uno del Norte, tengo la rivalidad. Yo viví bien, Nápoles es una ciudad preciosa para recorrer; jugando al fútbol me quedaba más en casa, pero por ejemplo está la zona Amalfi.
Maradona sentía una discriminación dentro del fútbol hacia el Sur, ¿vos lo sentiste?
Sí. Un día había problemas de la basura en Nápoles, no pasaban los camiones y era basura por todos lados; llegamos a Torino a jugar ante la Juventus y en la hinchada todos tenías bolsas de basura y nos decían ‘se les cayó esto del ómnibus’. Muchas hinchadas gritan que el volcán tape de vuelta a Nápoles con la lava, se siente mucho la rivalidad. (NdeR: Campos Flégreos son una vasta caldera volcánica situada a 9 km al noroeste de la ciudad de Nápoles, un ‘supervolcán habitado’).
Como pasa muchas veces otras realidades y rivalidades sociales se llevan al fútbol
Sí, se llevan al fútbol. A los del Sur les dicen ‘terrone’, que son los que trabajan la tierra, es una forma de discriminar que tienen contra Náploes. Pero como te decía mucha gente del Norte que va a vivir allá queda como loco.
¿Cómo es la previa de un partido ante Juventus?
Es el partido que están esperando los hinchas, es como acá el clásico. Estás toda la semana hablando de ese partido, importantísimo por la rivalidad que hay. Tuve la suerte de hacer un gol contra la Juventus y eso te deja marcado, por ese gol me recuerdan mucho.
¿La gente es tan pasional como acá?
En Nápoles se vive fútbol, si el equipo va bien la gente está contenta y se olvida de los problemas, si el equipo va mal se hace todo mucho más pesado. Tuve anécdotas en el primer año, íbamos al súper con mi señora y cuando ganábamos nos hacían las compras, nos llevaban todo; cuando perdíamos ni nos saludaban. Entonces había que aprovechar cuando ganábamos para hacer los mandados porque si no, se complicaba. Son muy pasionales y la verdad cuando llegas al estadio es algo divino, no es algo que se vive en todos lados.
Llegaste a jugar la serie C con el Nápoles
Sí. Incluso los enfrenté en la C. Yo estaba en Sambenedettese y ellos habían bajado a la C. Cuando fuimos a Nápoles, llevaron 40 mil personas, ¡para un partido de la C! Algo increíble. Para mí era el sueño, al otro año estuve jugando ahí y fue algo maravilloso.
¿Estar en un lugar con tanta identidad cuánto sirve para la vida? ¿Y saber que hay una posibilidad de volver a Nápoles o estando acá sentir algo tan diferente como la identidad de otra ciudad?
Estando en Uruguay, veo dónde jugué y me quedo asombrado, quedo loco de la vida. Cuando voy la gente tiene un buen recuerdo. Cuando me había ido al Verona a préstamo, enfrenté al Nápoles y la gente me aplaudió. Es algo lindo. Tengo amigos allá con quienes sigo en contacto y nunca se sabe lo que puede pasar en la vida, es una ciudad linda para vivir.
¿Podés elegir un lugar de la ciudad?
Yo estaba en un lugar precioso, que se llama Posillipo, es bien 'arriba' y se ve todo el mar, el volcán, una vista soñada.
Lo de Maradona debe ser muy fuerte todavía, para los que lo vivieron y para las nuevas generaciones.
Sí, allá Maradona es Dios. En la C jugábamos numerados del uno al once y tuve la suerte de que me tocara la 10. Apenas me la dieron me dijeron quién la había usado y que Diego había salido campeón, te daban una presión importante, pero por suerte nos fue bien. Maradona fue el que vino a competir desde el Sur contra el Norte, y además logró campeonatos. Para todos los napolitanos, Maradona es palabra mayor.