Derechos desde la tribuna

Mariano Colángelo, de la Coordinadora de Derechos Humanos del Fútbol Argentino.

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Foto: Infonews
Entrevista realizada por el programa Música al Ángulo de M24

“¿Para qué trabaja uno si no es para ir los domingos y romperse los pulmones a las tribunas hinchando por un ideal? ¿O es que eso no vale nada? ¿Que sería del fútbol sin el hincha?. El hincha es todo en la vida”. Diálogo que sucede en la película El Hincha, donde Enrique Santos Discépolo (autor del tango Cambalache) destaca el valor del que está en la tribuna y habla de su rol.

La película es de 1951 y tres años antes fue la Declaración de los Derechos Humanos (que el próximo 10 de diciembre cumplirá 70 años). Es curioso cómo surge pensar qué tienen que ver el hincha con los derechos humanos, los cuales se han definido como las condiciones que permiten crear una relación integrada entre la persona y la sociedad, posibilitando al individuo identificarse consigo mismo y con los demás.

¿Acaso eso no es lo básico del hincha? ¿La relación con una institución y el sentir identidad? En Argentina han entendido que se puede hablar de fútbol, de hinchas y de derechos humanos sin necesidad de forzar o crear alguna conexión. “Porque el fútbol une y los derechos humanos son parte del contrato social de los argentinos, los clubes se juntan para sostenerlos y difundirlos desde y hacia la comunidad”, así se presentó en marzo la Coordinadora de Derechos Humanos del Fútbol Argentino, marcando a fuego el compromiso con la sociedad.

Mariano Colangelo fue uno de sus impulsores. Es hincha de San Lorenzo y argentino, aunque sabe que ‘el fútbol no separa, porque si bien podemos ser circunstancialmente adversarios todos amamos y tenemos la misma pasión por la camiseta, eso nos hermana’. En octubre de 2017 concurrió a la presentación del libro de Julián Scher (Los desaparecidos de Racing) y pudo concretar su idea:

¿Qué es la Coordinadora de Derechos Humanos del fútbol argentino?

Esto nace cuando en Defensores del Belgrano se presenta el libro de Julián Scher. Desde hace catorce años formo parte de la Subcomisión del Hincha de San Lorenzo, en la que trabajamos por un club social, cultural y deportivo; en el 2013 creamos la Subcomisión de Derechos Humanos en el club y a partir de ahí hemos trabajado en distintas dinámicas que tienen que ver con eso. En ocasión de esa presentación del libro de Julián, yo sabía que había clubes trabajando esos temas institucionalmente como Defensores de Belgrano, Ferro Carril Oeste, Rosario Central, Temperley, entonces además de por el libro, yo fui con la idea de ver si podíamos armar algo en conjunto. Después de la presentación del libro hubo un debate muy lindo, con gente de Banfield, Racing y ahí tomamos los contactos e hicimos una primera reunión en noviembre en la Casa de la Cultura Sanlorencista. A partir de ahí se empezó a generar esta dinámica de la Coordinadora, que como la palabra indica coordina el laburo que se hacía desde los clubes, con la intención de sumar a otros clubes interesados en esa temática para defender no solo las políticas de Memoria, Verdad y Justicia, sino también todos aquellos derechos que hacen a una vida con dignidad: el tema género, la violencia institucional, el tema minoridad; distintas cuestiones que consideramos tienen que ver con los derechos humanos.

¿Tratar de congeniar todo lo que se hace?

Exactamente. La idea también es generar actividades propias de la Coordinadora más allá de que cada club tenga sus actividades de derechos humanos. Hoy en día somos catorce, quince clubes de distintas divisiones. Consideramos que los clubes como Asociaciones Civiles sin fines de lucro y que están en manos de sus socios están cruzadas por todas estas cuestiones y el fútbol es una caja de resonancia inigualable para estos temas, los clubes son un lugar ideal también para trabajar estos temas.

¿Qué actividades venías haciendo en San Lorenzo?

Hemos llevado a chicos de las inferiores a la ex ESMA, actividades con ex combatientes de Malvinas, temas de género, charlas sobre la ley de educación sexual integral, distintas cuestiones donde los clubes no pueden estar ajenos a eso porque son parte de la vida de los socios de un club, y un club como espacio de socialización también está intervenido por estas cuestiones.

San Lorenzo tiene una historia particular con la dictadura cívica militar argentina.

Sí, San Lorenzo fue afectado directamente en la época de la dictadura cívico militar, no solamente por socios desaparecidos, sino también por la pérdida del estadio, de las instalaciones que tuvo en Avenida La Plata. San Lorenzo era todo un club social, cultural y deportivo, y perdió muchos de los lazos con la comunidad que había generado a través del estadio.
Yo voy a cumplir cincuenta años y soy de la generación que vio lo último del estadio, que sufrió el no tener cancha propia hasta 1993 cuando se hizo el Nuevo Gasómetro. Todo empieza por la década de 1960 cuando se le ofrece a San Lorenzo lo terrenos donde ahora tiene la Ciudad Deportiva en el Bajo Flores. Luego, en la época de la dictadura cívico militar a través de distintas ordenanzas de apertura de calles que cruzaban el predio del Viejo Gasómetro, San Lorenzo es obligado y forzado a malvender su terreno por las autoridades militares. Obviamente hubo una connivencia de directivos de ese entonces y asamblea de socios que votaron eso también, no se puede desconocer, pero básicamente fue una presión y un forzamiento de la situación que hace la dictadura a través del intendente Osvaldo Andrés Cacciatore, un intendente puesto por las autoridades militares. San Lorenzo primero sufrió la clausura de su estadio, y después con estas ordenanzas de apertura de calles lo obligaron a malvender, ese terreno lo compran con sociedades fantasmas que hoy no existen y que tenían que ver con el gobierno en la dictadura. Posteriormente lo termina comprando lo que ahora es el supermercado Carrefour. Cuando asumen las autoridades democráticas (1983), cambian la clasificación de los terrenos para que se pudiera hacer el supermercado. Sucintamente esa sería la historia y a partir de ahí, San Lorenzo, nosotros los hinchas siempre tuvimos una deuda con nosotros mismos, con nuestros padres, abuelos, tíos, todos quienes habían hecho eso, para recuperar esos terrenos; desde la subcomisión del hincha de San Lorenzo nos dedicamos específicamente a eso. Uno de los objetivos centrales es la vuelta a Boedo.

Quienes critican no se ponen en el lugar del hincha, pero los hinchas rivales sí entienden lo que significa y la energía que ‘invierten’ para volver a su lugar.

Por supuesto, porque para nosotros no es solamente recuperar el estadio, sino también lo que significa la pertenencia y la identidad. Volver a tener esos terrenos que le corresponden que nunca se los deberían haber sacado. Nosotros siempre quisimos que fuera algo en conjunto entre el gobierno de la ciudad, la empresa y San Lorenzo para que todos tuvieran un beneficio, incluso hasta el barrio también, pensando no sólo en un estadio sino también en un complejo deportivo, en que hubiera una escuela y demás. Para nosotros representa todo eso.

Parecen redefinir el rol de los hinchas y de los socios con sus clubes, no es solo ir a la cancha. ¿Desde cuándo te diste cuenta de eso?

Yo lo tomo de esa forma desde el momento que empecé a ir a las primeras reuniones que se hicieron alrededor del año 2004 cuando San Lorenzo estaba muy mal institucionalmente. Éramos un grupo de socios e hinchas preocupados por cómo estaba el club, con mi familia siempre de San Lorenzo pero estábamos ligados a lo que era el fútbol. Se empezaron a hacer unas charlas respecto a lo que era la situación del club y a partir de ahí empezaron a surgir todo tipo de cuestiones que uno no sabía que pasaban en el club. Uno se va enterando de que el club no es solamente el fútbol, sino que hay más y uno empieza a cambiar, a ver al club de otra manera, a vivirlo de otra forma. Obviamente el sentimiento es el mismo, pero es como que uno entiende que un club no es solamente el equipo de fútbol, que hay mucho más atrás y sobretodo que uno es protagonista y que está en las manos de uno poder cambiar el club más allá de la elección de los dirigentes. Gracias a que los clubes en Argentina son Asociaciones Civiles sin fines de lucro uno puede incidir sobre lo que es la realidad de su club.

¿Por qué su postura de No a las Sociedades Anónimas Deportivas (SAD)?

Consideramos que los clubes tienen que seguir en mano de los socios precisamente por todo esto que te estoy diciendo, porque si no, sería imposible poder tener las actividades sociales y culturales en el club. Digo imposible porque los capitales privados tiene un interés monetario y son sólo las actividades que generan ese interés las que a una Sociedad Anónima le interesaría. Además, perdés el manejo del club porque estaría en manos de una SA, el club supeditado a sus intenciones sin ningún tipo de consulta con nadie; no habría elecciones, es como una pérdida total de manejo de los clubes por parte de la sociedad. No tenemos que dejar que eso ingrese ni siquiera en forma mixta. En San Lorenzo, donde hoy soy vocal de Comisión Directiva del club por la minoría, en 2017 hicimos una reforma del estatuto de San Lorenzo y el artículo 8 dice específicamente que mientras haya 100 socios que se opongan San Lorenzo seguirá siendo una Asociación Civil sin fines de lucro. Me parece que se tiene que replicar en todos los clubes, San Lorenzo fue uno de los primeros que leyó en una Asamblea una expresión en contra de las SAD (leída por el propio Matías Lammens).

¿En una SAD, si el voleibol de los martes no da beneficio económico, se corta?

Tal cual, incluso esta misma lucha que nosotros estamos llevando adelante de hace años por la recuperación del club social, cultural y deportivo terrenos y demás, esta promulgación de la ley que nosotros mismos impulsamos, que la militamos durante dos años en la legislatura, recuperamos subcomisiones que San Lorenzo había perdido (atletismo, boxeo, ajedrez, derechos humanos, cultura); todo eso lo hemos recuperado gracias a que hubo socios que quisimos participar de la vida del club y dedicarle un tiempo de nuestra vida privada a esto público, algo que me parece se debe replicar en distintas áreas de la sociedad si uno quiere cambiar las circunstancias en las que uno vive.

Ante Patronato todos nos quedamos con el gol de Franco Mussis en su vuelta, pero hubo un hecho significativo. La policía obligó retirar una bandera que estaba en el alambrado de la popular en el Nuevo Gasómetro que exigía Verdad y Justicia por Santiago Maldonado. ¿Cómo fue eso?

En la Subcomisión de Derechos Humanos y en contacto con el club, en su momento exhibimos una pancarta cuando aún Santiago Maldonado estaba desaparecido; hubo una primera oposición en su momento de parte de AFA, pero después dieron marcha atrás y San Lorenzo visibilizó eso, algo que se luego se replicó en distintos estadios. Nosotros nos pusimos en contacto con Sergio Maldonado, hermano de Santiago, y nos comentó que el abuelo y la madre eran de San Lorenzo, y que él quería hacerse socio. Se hizo socio con su madre y le dijimos que de parte nuestra siempre va a estar el pedido de justicia, porque es lo que está buscando la familia Maldonado: más allá de que se encontró el cuerpo de Santiago, saber qué ocurrió realmente. Las autoridades del club estaban de acuerdo con esta nueva pancarta y una vez que la ingresamos la policía argumentó que no podía haber banderas que no tuvieran que ver con el fútbol; una cosa inaudita, es un pedido de justicia incluso para gente que tiene que ver con San Lorenzo, si bien Santiago no directamente, sí lo es su familia, y si así no lo tuviera nos parece increíble que esto ocurra. Obligaron a retirar la bandera y no se pudo colocar, nos dijeron que iban a sancionar al club, que iban a suspender al estadio y demás. Desde la Subcomisión de Derechos Humanos vamos a seguir pidiendo justicia, no solo por Santiago sino por todos aquellos que la merecen y la necesitan.

El futbolista uruguayo Agustín Lucas mencionó que el fútbol es por excelencia un espacio de manifestación. ¿Qué sentís cuando escuchas que no hay que mezclar fútbol y política?

Darían ganas de reírse sino fuera grave de pensar de esa manera, porque la política atraviesa todo, todas las actividades, uno como ser humano vive tomando decisiones políticas. Pasa que cuando se dice que el fútbol no tiene nada que ver con l política en realidad lo que se está queriendo bajar es un mensaje de no se involucren en ningún tema que tenga que ver con lo social. Los clubes son lugares de socialización y son cajas de resonancia muy grandes y el ‘poder’ también sabe que eso no lo puede manejar y quiere silenciar todo eso de parte de los socios y de los hinchas. Tenemos que juntarnos y dejar claro cuál es nuestro pensamiento, también la Coordinadora de Derechos Humanos va en ese sentido.

¿Una actividad o un partido que te genere orgullo como hincha de San Lorenzo?

Lo mío está muy teñido con estos últimos trece años de militancia de Subcomisión del Hincha y con la vuelta a Boedo. Me quedo con lo que fue la movilización a Plaza de Mayo con más cien mil hinchas de San Lorenzo apoyando esta Ley de restitución histórica y que no hubiera ningún incidente (cuando sabes que en una manifestación de tres o cuatro mil personas se hace muy difícil controlar). Todavía se me eriza la piel, la gente movilizándose de esa forma, por una causa justa, defendiendo lo que considera que es justo y sus derechos, eso es algo que uno no olvida. Y después están las pequeñas cosas que uno hace en el día a día: damos clase de apoyo escolar, apadrinamos dos escuelas rurales en Catamarca, esas cosas también a uno lo hacen sentir orgullo. Que a través de un club de fútbol, aunque en realidad es con fútbol, se pueda llegar a la comunidad de esa manera a uno le hace dar sentido a su vida.