Centro de atención
Charla con Valentina Prego, presidenta del Consejo de Fútbol Femenino de la AUF.
Entrevista realizada por Música al Ángulo
Ochenta y ocho años pasaron para que Uruguay vuelva a recibir y organizar una Copa del Mundo en cualquiera de sus categorías. El próximo martes 13 de noviembre comenzará a disputarse en el Estadio Charrúa, el Estadio Suppici de Colonia y el Domingo Burgueño Miguel de Maldonado el Mundial femenino sub17.
Valentina Prego es la presidenta del Consejo de Fútbol Femenino de la AUF y mientras recibía a las dos primeras delegaciones (Sudáfrica y Corea del Sur) que pisaban suelo uruguayo conversó con nosotros sobre el proceso que desembocará en una final del mundo el primero de diciembre. Ultimando detalles con otras 130 personas, escuchando algo de Samantha Navarro para manejar la ansiedad y repitiendo que es ‘el mismo juego, la misma emoción’. Porque ‘Uruguay 2018’ no es eslogan, es mundial.
¿Cómo fue este proceso de construir y actualizar muchos aspectos para recibir un mundial?
Estamos trabajando hace más de un año y medio, casi dos. Pasamos por distintos momentos, en el sentido que primero debíamos ratificar la postulación que se había hecho; luego de ser confirmada hubo varias inspecciones que hizo la FIFA acá en Uruguay para elegir los estadios donde se iban a disputar los partidos oficiales, las canchas de entrenamiento, y ahí empezó a armarse el esquema general. Se hizo un trabajo muy cercano con las intendencias de Maldonado, Montevideo y Colonia, también con la Secretaría de Deportes para definir cuáles eran las necesidades y requisitos básicos en los estadios y en las canchas que teníamos que cumplir. Se contó con el apoyo de los clubes de Primera y Segunda de la Asociación Uruguaya de Fútbol (AUF), que brindaron su infraestructura para amoldarla a las necesidades básicas. Ese fue el primer objetivo: hacer foco en la infraestructura. Después empezó más el trabajo de logística y de empezar a confirmar los servicios necesarios para toda esta gente que viene, que en total son más de 600 personas entre las delegaciones y la gente de FIFA. Se requieren muchos servicios, fuimos armando un esquema general y avanzando paso a paso.
¿Hubo también que deconstruir? ¿Un reaprendizaje del dirigente del fútbol para entender los servicios que se exigen mundialmente?
Justamente, creo que la posibilidad de organizar este evento es una oportunidad para el mundo del futbol de aprender ciertos estándares internacionales y tratar de volcarlos a la liga local. Hay cosas que todavía no están asimiladas en cuanto a las condiciones de infraestructura, detalles, no estoy hablando de proyectos significativamente impactantes en cuanto al presupuesto, pero condiciones de orden, de limpieza, acondicionamiento de vestuarios que uno le ofrece a un país cuando viene del exterior. Capaz que no están del todo adaptados en lo que son las actividades locales y eso fue todo un aprendizaje que llevó tiempo que tuvo que aportar muchas visitas con gente del exterior y son cosas que se aprenden y que ojalá dejen un legado en el futuro para que el resto de los clubes y todas las ligas lo puedan adaptar porque es un poco la base para poder brindar mejores condiciones también a los deportista locales que son los que tiene que utilizar esa infraestructura permanentemente.
Eso parece ser una meta cumplida. ¿Qué otros objetivos tienen con este Mundial?
El principal objetivo de este evento es poder justamente poner en el centro de atención al fútbol femenino y darle el lugar que se merece para también pensar en el futuro cómo ampliar las posibilidades de desarrollo en Uruguay. Si bien hemos hecho grandes pasos para que la selección tenga un proceso continuo de trabajo, para que los clubes tengan ligas de distintas categorías, este evento viene a darle un poco de impulso a todo eso y a tratar que la gente, los medios, la comunidad sepa que esto sucede y puedan aparecer distintos aportes y apoyos en el futuro para fortalecer esta actividad y también poder pensar en la posibilidad de organizar otros eventos internacionales en el futuro de alto nivel. Se va generando aprendizaje dentro de la AUF, gente que una vez que hizo este evento puede volcarlo al que se venga.
En el Día del futuro (conversaciones organizadas por La Diaria) manejabas una interesante perspectiva que puede tener el fútbol femenino: que esos años de ‘desventaja’ con el fútbol masculino pueda servir para aprender y no repetir errores.
Sí, creo que es una oportunidad. El fútbol femenino tiene 21 años de actividad federada en la AUF, que se fundó en 1901. Y en ese proceso de más de cien años se cometieron algunos errores y también muchos aciertos; el fútbol femenino tiene la ventaja de poder aprender de todo eso, retomar y absorber las cosas que se hicieron bien, que se han ido aprendiendo y fortaleciendo con el tiempo y tratar de no tropezar con los mismos errores, no errores en el sentido que están hechos mal sino cosas que se fueron aprendiendo, no estoy diciendo que se hayan hecho mal ni con intención ni por omisión, simplemente porque todo se va construyendo y mejorando, y el fútbol femenino tiene la posibilidad de ya tomar procesos mejorados e intentar absorberlos sin inventar la pólvora.
Y también el masculino podría aprender del femenino. Desde el fútbol femenino tienen la idea de generar una Primera División acotada, pero no para privarles el lugar a los clubes, sino para que esa Primera División sea en un futuro realmente profesional. Pequeña pero fuerte.
Es difícil compararlo con el fútbol masculino porque las realidades son muy distintas. Pero lo que nosotros tenemos en mente es tratar de pensar en una posible profesionalización y mejora en el desarrollo deportivo de la Primera División que sea sustentable, que no se proyecte con requisitos y necesidades que luego no puedan ser cumplidas por la mayoría de los clubes porque de esa manera es cuando se generan los conflictos, cuando la diferencia entre los equipos que participan en la misma liga en cuanto a los recursos con los que cuentan, o las posibilidades que tienen acceso a la infraestructura, o de pago de salarios en el futuro de jugadores y de cuerpos técnicos es muy grande. Uno ahí abriría una brecha, entonces no puede exigirle el mismo nivel a todos Nuestra idea es tratar de armar una Liga a la que se le pueda ir exigiendo de a poco, cada vez más de manera viable, de manera sustentable, que sea la liga que pueda desarrollar un mejor nivel, que sea la ‘elite’ del fútbol femenino y mantener la posibilidad de participación de otros clubes, que tal vez no llegan a esos requisitos, en otra divisional para poder seguir desarrollando, manteniendo y creciendo en cantidad pero cuidando un poco la calidad de lo que en el futuro pueda ser una liga profesional.
Que lo profesional tampoco sea contraproducente y quite esos espacios, a esos clubes.
Exacto. Vamos a poner un ejemplo: si nosotros desde la AUF, cualquier persona que esté a cargo de la organización de la liga le pone requisitos altísimos a todos los clubes, a los veinte que participan en Primera División la mayoría no va a poder cumplirlos. Desde contar con estadios con condiciones reglamentarias, con cuatro vestuarios, con iluminación, con un buen césped, tener jugadoras con salarios, cuerpo técnicos completos y contratados, una sanidad presente en los estadios, seguridad paga por los clubes cuando son locales con requisitos un poco más alto para poder aumentar la cantidad de público que pueda invitar, cobro de entradas, etcétera; hay todo una logística y unas necesidades que si uno quiere profesionalizar hay que empezar a exigir y si se las exigimos a los 20 clubes solo lo podrán cumplir algunos, entonces sería contraproducente. Por eso es que estamos apuntando a hacer campeonatos a escala, a la posibilidad de los clubes que puedan cumplir.
¿Y ese número podrá aumentar o se mantiene en los que hay hoy?
Nosotros este año tenemos diez clubes en Primera y diez en Segunda, es un número bastante grande y representativo. Muchos son clubes que están en Primera, Segunda o Tercera división de AUF masculino. Claro, con esta nueva reglamentación de Conmebol la mayoría de los clubes que están en Primera División que aún no tienen fútbol femenino van a ir integrando su plantel porque es un requisito que el programa de licencias de Conmebol les exige. Eso seguramente haga que en los próximos años se duplique la cantidad de clubes participantes en el fútbol femenino. Eso lo tenemos que tener en cuenta, y tenemos pensado mantener ese número si fuera ideal, si fuera posible, de diez equipos por categoría. Estamos evaluando, y lo haremos con los clubes, no es algo que tengamos resuelto, crear una Tercera División para ir posibilitando el acceso de todos sin afectar esta dinámica que por ahora ha sido bastante positiva.
En una nota con Agustín Lucas mencionas que uno de tus objetivos es que aquella mujer que quiera jugar al fútbol en Uruguay lo pueda hacer. ¿Es tu gran objetivo?
Es uno de los grandes objetivos, poder garantizar que la oportunidad existe; después el desarrollo de cada una como deportista, el nivel que alcance dependerá de la voluntad, del potencial, eso ya es algo individual, pero la primer barrera que hay que romper es que exista la oportunidad tanto para niñas como para adolescentes y mujeres, que tengan dónde jugar. Hoy por suerte podemos decir que la posibilidad existe en todo el país. Todavía no está del todo asumido a nivel cultural pero las ligas de OFI, ONFI y AUF le brindan la oportunidad de hacerlo, es un tema de tiempo para que siga aumentando la cantidad.
Hay muchas futbolistas que integran la lista mundialista de la selección uruguaya que juegan en el interior, por lo que OFI estará representada.