Ojo de Pájaro
Mantener el pulso cuando todos festejan, de captar gritos de goles y otras jugadas la charla con Pájaro Singer.
“Uno recupera, de pronto, aquel instinto primario y animal que infructuosamente trataran de legarnos nuestros ancestros aborígenes. Comienza a rastrear señales en la copa de los árboles, a adivinar conductas en la actitud de los animales, a bucear respuestas en los indicios de la naturaleza, en la interpretación del vuelo de los pájaros”.
Tremendo el cuento de Roberto Fontanarrosa (La observación de los pájaros) que narra cómo un hincha de Central vive y no quiere vivir un clásico rosarino, cansado del sufrimiento, y entonces sale a caminar e intenta descubrir en cada detalle alguna señal de un gol, o el final del partido. El partido a través de la reacción de los pájaros.
El libro ‘Hay algo que sigue vivo’ propone algo parecido pero diferente: el Mundial Rusia 2018 a través del ojo de un pájaro. Marcelo ‘Pájaro’ Singer es fotógrafo, viajando por el mundo desde 1999; antes se dedicaba a la informática hasta que decidió ‘dedicarse a vivir mientras estuviera vivo’ frase que tiene de cabecera. Con la música de No Te Va Gustar resonando en los estadios rusos decidió el nombre para su nuevo libro, que a través de más de 270 fotos no cuenta una nueva historia mundial. (Libro a la venta en todas las librerías y a través de la web hayalgoquesiguevivo.com).
En el libro hay 270 imágenes. ¿Cómo se hace para decir esta sí y esta no, cómo elegir?
Depende de muchas cosas, tanto que editar es otro trabajo. Elegir, vincular y hacer un libro de fotografías es diferente a hacer fotos, hay que poner las fotos a dialogar y a contar una historia, para eso y para este libro en particular no lo hice solo, trabajaron grandes profesionales. Luis Eduardo Insaurralde hizo la coordinación editorial, bien enfocado en lo que es la edición estuvo Armando Sartorotti, como curador y editor. ‘Hay algo que sigue vivo’ no solo edita y recopila este viaje a Rusia durante el Mundial sino también releva y recaba veintinueve testimonios que de diferentes ángulos vivieron el mundial. Los uruguayos que tuvimos la suerte de poder estar en Rusia nos sorprendimos con un país fascinante, con gente súper amable. Este formato de mundial te lleva a conocer muchas ciudades en poco tiempo; entonces estás arriba de un avión, de un tren o de un barco cada tres días. Solo en Rusia fueron 15 vuelos más menos en 40 días.
¿En qué momento decidiste el título del libro?
Lo elegí, lo busqué, porque es lo que más me repercutió de la hinchada de Uruguay en la Copa del Mundo. La canción de No Te Va Gustar nos pegó a todos, en este mundial se dio que todos los países ponían una canción en el calentamiento previo y los uruguayos en la tribuna la cantaban con una pasión a la altura del himno. Estaba fotografiando eso y se me ponía la piel de gallina a tal punto que en el momento que decidí hace un libro dije el mejor título que puede tener es ‘Hay algo que sigue vivo’. Es también una forma de honrar a la banda y a la canción, que nos hizo vibrar tanto en Rusia como acá, porque estando en Rusia veía juntadas de amigos, incluso mi hijo me mandaba videos de cuando volvía de los partidos con los amigos, de seis años, que cantaban esa canción a morir porque toca las fibras íntimas.
El entrenador del Barcelona, Ernesto Valverde, quien tiene como afición la fotografía dice que la derrota es muy fotogénica, aunque la victoria también puede ser melancólica.
Es verdad.
¿Todo depende del 'ángulo' o la derrota siempre es más fotogénica que la victoria?
Depende. Depende que derrota y depende que victoria. Porque la victoria frente a Portugal no fue lo mismo que frente a Ghana, que tuvo ese momento épico, fue un momento icónico. En la derrota hay una mezcla de sensaciones, sobre todo en el campo de juego, cuando estás en el campo de juego lo que estás viendo es como una ensalada porque estás viendo derrota y también estás viendo victoria, cuando ves a alguien llorando hay alguien detrás celebrando. Me gusta más fotografiar una victoria, cuando los jugadores gritan los goles para el lado donde estoy yo y tengo una buena foto para poder transmitir.
¿Qué viste en los franceses luego de consagrarse campeones del mundo?
Lo que me pasó, lo que vi, es que los ojos de esa gente y el brillo de su piel hablaban de un sueño de niño cumplido. Yo no juego al fútbol profesionalmente, nunca lo hice, pero creo que toda la gente que juega al fútbol en algún momento de su vida en algún momento de su carrera, poniéndose las medias, haciendo el bolso, sueña con ser campeón del mundo acá y en todos lados. Estar en ese momento en ese lugar debe ser muy impresionante, porque llega un momento donde uno se despeja de la profesionalidad, ahí como cuando afloja, con el pitazo final se desinfla; los franceses no dejaron de ser personas disfrutando una alegría como nos pasa a todos en algún momento, solo que ellos estaban cumpliendo un sueño de la vida, había mucha efusión, mucha alegría, mucha energía contenida.
¿Cómo se designan las posiciones de los fotógrafos?
En los torneos FIFA está súper regulado. Más allá de la acreditación que tenemos debemos pedir tickets para cada partido. Hay 220 sillas para fotógrafos y hay entre 350 y 400 pedidos. La FIFA tiene que seleccionar; esas sillas, las posiciones, están numeradas, entonces a vos te asignan un número, con ese número vos vas y elegís el puesto que querés dentro de los que están libres. La FIFA tiene prioridad para con las agencias internacionales, en especial con Getty que es la que sirve a FIFA, a ella le da lo primeros números para elegir. Después van los fotógrafos de los países que juegan el partido; cuando jugaba Uruguay yo agarraba el número veinte aproximadamente. Cuatro horas antes del partido abren el ticketing y empiezan en orden numérico, en orden de prioridad y cuando llega tu número miras un mapa donde está la cancha, donde están marcaditas todas las sillas con cada número y elegís la posición, y ahí te den un ticket con ese número, entras a la cancha, te ubicas y te quedas ahí. Todos queremos cubrir el ataque (los goles y los festejos de gol son las fotos más buscadas por el público), entonces tratamos de buscar siempre un colega del país contrario que tenga una posición similar a la tuya del otro lado y para cambiar en el entretiempo para cambiar. En la final tenían prioridad los franceses y croatas, luego los medios rusos y después el resto del mundo. Estar en el campo de juego en la final fue un sueño, era impresionante, también lo sentí como un premio al haberme quedado, al haber viajado por todo Rusia.
Debe ser tremendo.
Además, para mí es mucho más fácil trabajar y hacer fotografía cuando no juega Uruguay que cuando juega Uruguay, cuando no juega trabajo mucho más relajado, todo lo que pase por delante está bien; cuando juega Uruguay estoy mucho más tenso, la pasión del hincha me traiciona, vas intentando seguir el partido pero la realidad es que nosotros los fotógrafos no vemos el partido, porque lo que ves lo ves a través del cuadro de la cámara, un recorte de la realidad muy particular. A su vez, tenemos que transmitir online porque los medios que demandan instantaneidad, cuando está atacando el otro equipo estoy bajando tarjetas, estoy mandando fotos. A la noche, al llegar al hotel, miraba el partido, porque no lo había visto.
Incluso en el ataque elegís no seguir la pelota y ver el área, porque la pelota va a caer ahí.
En un córner por ejemplo. Viene Suárez, Cavani a levantar el córner y yo estoy mirando el área para ver cómo se están moviendo y cuando entra la pelota al cuadro empiezo a disparar.
¿Gritas los goles de Uruguay?
No. Hago fotos de los festejos de gol.
¿Pero decís algo?
‘Gol, gol. ¿Para dónde fue? ¿Para dónde fue?’ Y lo empezás a buscar y tirás, tirás y el golero tirado, y Muslera festejando y Suárez y este y hay borbollón y tenés que esperar que se desarme el borbollón, y los hinchas. Con el tiempo uno empieza a tener su rutina mental de qué hacer en cada caso. Como cuando hay un cambio apunto al cuarto árbitro, no sé quién entra pero sé que la foto del cambio, el jugador saliendo y el otro entrando, está ahí en ese sector. Hay ciertas cosas que a esta altura ya están mecanizadas, son muchos años haciendo esto.
En el gol, ¿cómo se controla el pulso?
Me muero. Es el desafío, es el lugar donde elegí estar. En el final a veces me desahogo cuando ya tenés la cobertura hecha, cuando los jugadores ya se fueron y no está pasando nada, ahí me quedo sacándole fotos a los hinchas, empiezo a trabajar en las tribunas y ahí empieza a aflojar. También es lindo el encuentro con los colegas que trabajan en el campo, están los camarógrafos, los fotógrafos de otros medios (en este mundial fuimos cinco fotógrafos acreditados de Uruguay). Igual cada uno está en la suya porque tus medios te demandan, ‘mándame hincha, mándame Uruguay atacando’, y los freelance como yo tenemos que mandar a diferentes lados; es nuestra forma de vivir el mundial.
¿Cuánto importa mostrar la contracara? La alegría del gol y la tristeza de haberlo recibido.
O la alegría de haber atajado un penal. El tema es también para quién estás trabajando y qué vas a hacer con el destino de tus fotos. Y la verdad es que estando ahí yo personalmente trato de tener lo más posible para diferentes públicos, para diferentes situaciones, para diferentes momentos. En el libro uso fotos que nunca las hubiese transmitido para una portada de un diario por ejemplo. ¿Por qué? Porque en el libro son fotos que tienen otro dibujo, otro arte, que ayudan a contar la historia pero no son tribuneras. O sea, la foto que Suárez está gritando y saltando en el aire obviamente que está, pero para contar la historia también hay fotos que no son fotos de primera plana. Y para mí eso está bueno, cuando estoy haciendo el registro estoy pensando en esas cosas, no es importante tener ‘la’ foto, porque ‘la foto’ cambia a medida del uso que le vayas a dar. Para portada de un diario es una foto, pero para contar sobre un jugador que juega por primera vez es otra, como cuando Lucas Torreira entró por primera vez a jugar un mundial, esa foto nunca sería portada porque no es tremenda imagen. A primera de cambio siempre se van a usar la foto de los festejos de gol o el llanto de la derrota. Más allá de que este mundial no tuvo la épica de Sudáfrica yo creo que fue tremendo mundial, deportivamente también: Uruguay salió quinto, le ganamos a Portugal, a Rusia, terminamos muy bien; la verdad que Uruguay es un equipo al que nadie quiere enfrentar, prefieren evitarnos porque le hace partido a cualquiera, entonces también es interesante seguir a Uruguay.