
Faltan 45 días
Seguimos recordando hechos históricos, mientras hacemos la cuenta regresiva para el Mundial. Hoy: el 6 - 0 de Argentina a Perú.

Foto: peru21.pe
La década del 70 fue nefasta para la democracia de los países sudamericanos. No solo Uruguay y Argentina conocieron los golpes de estado, en Chile y Brasil ocurrió el mismo fenómeno.
En Argentina la junta militar, liderada por Videla, recurrió en 1982 a la invasión de las Islas Malvinas como manera de alentar el sentimiento patriótico. La operación militar fue un total fracaso, pero políticamente no, ya que ayudó a mantener la estabilidad del gobierno de facto.
Por esa razón, dos años después Argentina organiza la Copa del Mundo con un solo objetivo: salir campeón para darle alegría a la gente.
Argentina se caracteriza por ser una nación muy futbolera y estaba en deuda en los Mundiales. En 1930 perdió la final con Uruguay, previamente había caído en una final olímpica, y por distintos factores no había podido afrontar esa competencia con seriedad.
La selección argentina dirigida por César Luis Menotti arrancó a paso de campeón venciendo a Francia y Hungría, y avanzó a la segunda fase. En la última fecha cayó frente a Italia por 1 - 0, partido sin mayor importancia.
La segunda rueda cruzó a la albiceleste con Brasil, Polonia y Perú. Los locales comenzaron ganando a los europeos, y un empate en la segunda fecha con los brasileros llevó a que el pase a la final se decidiera en la última fecha.
La organización del Mundial buscó perjudicar a Brasil, quien debió viajar de Mendoza a Rosario y regresar, mientras que los albicelestes jugaron todos los partidos en la misma ciudad y retrasaron el horario de su último partido jugar con "resultado visto".
Argentina enfrentó a Perú sabiendo cuántos goles debía hacer. Todavía no había sucedido el famoso partido entre Alemania y Austria que provocó cambios en las reglas de la FIFA. Brasil denunció el hecho sin mayor repercusión, y poco pudo hacer más que intentar golear a Polonia, al cual venció 3 - 1.
Los dirigidos por Menotti llenaron la cancha de Rosario. Necesitaban cuatro goles para estar en la final, frente a un Perú ya eliminado. Argentina pasó por arriba a su rival: venció 6 - 0, con sospechas de todo tipo, y pasó a la final.
Los rumores apuntan principalmente por dos lados: un soborno al equipo perdedor, encabezado por su golero (argentino pero nacionalizado peruano), que arreglaron perder a cambio de dinero. Y también hay denuncias que los gobiernos de ambos países pactaron el partido a cambio de un barco lleno de trigo para ir el país incaico.
En Argentina la junta militar, liderada por Videla, recurrió en 1982 a la invasión de las Islas Malvinas como manera de alentar el sentimiento patriótico. La operación militar fue un total fracaso, pero políticamente no, ya que ayudó a mantener la estabilidad del gobierno de facto.
Por esa razón, dos años después Argentina organiza la Copa del Mundo con un solo objetivo: salir campeón para darle alegría a la gente.
Argentina se caracteriza por ser una nación muy futbolera y estaba en deuda en los Mundiales. En 1930 perdió la final con Uruguay, previamente había caído en una final olímpica, y por distintos factores no había podido afrontar esa competencia con seriedad.
La selección argentina dirigida por César Luis Menotti arrancó a paso de campeón venciendo a Francia y Hungría, y avanzó a la segunda fase. En la última fecha cayó frente a Italia por 1 - 0, partido sin mayor importancia.
La segunda rueda cruzó a la albiceleste con Brasil, Polonia y Perú. Los locales comenzaron ganando a los europeos, y un empate en la segunda fecha con los brasileros llevó a que el pase a la final se decidiera en la última fecha.
La organización del Mundial buscó perjudicar a Brasil, quien debió viajar de Mendoza a Rosario y regresar, mientras que los albicelestes jugaron todos los partidos en la misma ciudad y retrasaron el horario de su último partido jugar con "resultado visto".
Argentina enfrentó a Perú sabiendo cuántos goles debía hacer. Todavía no había sucedido el famoso partido entre Alemania y Austria que provocó cambios en las reglas de la FIFA. Brasil denunció el hecho sin mayor repercusión, y poco pudo hacer más que intentar golear a Polonia, al cual venció 3 - 1.
Los dirigidos por Menotti llenaron la cancha de Rosario. Necesitaban cuatro goles para estar en la final, frente a un Perú ya eliminado. Argentina pasó por arriba a su rival: venció 6 - 0, con sospechas de todo tipo, y pasó a la final.
Los rumores apuntan principalmente por dos lados: un soborno al equipo perdedor, encabezado por su golero (argentino pero nacionalizado peruano), que arreglaron perder a cambio de dinero. Y también hay denuncias que los gobiernos de ambos países pactaron el partido a cambio de un barco lleno de trigo para ir el país incaico.