"La tercera fue la vencida"
Gastón Dufau, el pelotari campeón del mundo, habló con PDA de la consagración celeste y de cómo jugó la final con el pómulo quebrado.
La pelota vasca es un deporte que sabe de traer alegrías a nuestro país bastante seguido y la Copa del Mundo de Guadalajara, en México, no fue la excepción. En el mismo escenario donde se consiguieron tres medallas de plata en los Juegos Panamericanos del 2011, los celestes volvieron a brillar, ahora quedándose con el triunfo y la gloria en paleta con pelota de cuero en trinquete.
Gastón Dufau y Andrés Pintos se quedaron el sábado con el título tras vencer a España en la final por 2 a 0 (15-10 y 15-9). La cuarteta la completaron Pablo Baldizan y Felipe Spinoglio.
"Hace muchos años que estamos atrás de este triunfo", comentó Dufau, el mercedario de 26 años de edad. "En mi caso había perdido una final del Mundial sub 22 y otra de primera el año pasado, por lo que esta era la tercera oportunidad y fue la vencida. La verdad que nos hacía falta ya que hace años no se podía y sabíamos que estábamos a la altura y debíamos concretarlo", agregó.
Gastón Dufau es laboratorista en Odontología y uno de los mejores jugadores mundiales de esta modalidad, alternado trabajo con deporte, lo cual valoriza el logro.
"En nuestro país el nivel es muy bueno, siempre damos pelea a los países lideres como España, Argentina, Cuba, a veces México. Es una modalidad complicada (la pelota de cuero), a la que hay que llegar luego de pasar por la pelota de goma", explicó.
Los pelotaris uruguayos desarrollan esta actividad de manera 100% amateur. "Considero que eso hace más meritoria la victoria", opina Dufau. "Lo practicamos porque amamos el deporte, ya que hay que coordinar los tiempos con los trabajos. Obviamente no hay un apoyo económico de becas detrás y la difusión es cuando se logran resultados", agregó.
Para quedarse con la Copa del Mundo en México, la cuarteta celeste debió pasar por cinco meses de intenso trabajo, que fueron claves para conseguir la consagración.
"Se armó una preselección y allí se marcaron las pautas de trabajo. En lo personal estaba en Mercedes donde lo llevé adelante, y luego nos juntábamos a entrenar alguna veces en Montevideo y otras en Mercedes", contó Dufau.
Los nuestros se quedaron con el título de forma invicta, tras vencer por el grupo B a España, El Salvador, Estados Unidos y Chile, a Francia en semifinales y en la final nuevamente a España.
"Teníamos claro que estábamos a nivel, pero jugábamos cada partido con la tranquilidad de que era un paso más para el objetivo. Al ganarle a España quedamos primeros del grupo y eso nos hizo cruzarnos con Francia en semis, un rival muy duro al que por suerte pudimos vencer", relató Dufau.
Fue precisamente Dufau quien sufrió una fractura de su pómulo izquierdo en la semifinal ante los franceses, y pese a ello igual salió a jugar la final. Así tenía la cara:
"Recibí un pelotazo en la cara que en el momento me dolió mucho, pero cuando me levanté, vi que estaba bien y volví a jugar", narró Dufau. "Cuando ganamos y pasamos a la definición empezaron los nervios, ya que me decían que me tenían que poner una chapa de titanio, otro médico que podía jugar si me ponía una protección (no se consiguió de un día para el otro), entonces estaba en duda", continuó el pelotari celeste.
Pero lejos de amedrentarse, el mercedario por nada del mundo se quería perder el partido que podía marcar historia. "El juez no me quería dejar jugar, tampoco el médico de la Federación Internacional, pero en el reglamento no decía nada", confesó.
"Me hicieron firmar un deslinde para que la responsabilidad ante cualquier eventualidad fuera mía, lo hice, por suerte ganamos y pude festejar. Ahora cuando llegue a Uruguay voy a hacerme un chequeo y ahí se decidirá si hay que operar o no", concluyó el campeón mundial.