
Frontón
Como de costumbre, perdimos en casa, jugamos mal y no convertimos goles.

Recibimos este domingo a Danubio en el Roberto con mucho público y la expectativa típica del hincha, a pesar de los resultados. Volvimos a ver en acción al goleador Líber Quiñones, quien se llevó el merecido reconocimiento antes y después del partido; y por ahí creo que estuvo lo mejor de la tarde.
Con respecto al equipo, o al planteamiento, hay poco para decir. Dany volvió a jugar desde el arranque, Agustín se fue para la izquierda, Tabó para la derecha y salió Zabala. La alineación en sí no me disgusta demasiado.
Es decir, para lo que tenemos, tiene bastante sentido. El problema radica en que el equipo no sabe a lo que juega. O mejor dicho, no juega a nada.
Igual no fue malo el primer tiempo. Tuvimos un par de chances de gol, presionamos bien y ellos casi no llegaron. Las chances llegaron más que nada por impulsos individuales o algún tiro de afuera de Tabó pero poco más.
El único delantero se encuentra muy solo y no anda bien. Hubo algún atisbo de intención de abrir la cancha y desbordar, sobre todo por izquierda, pero lamentablemente la gran pegada de Enzo Ruiz desapareció en la segunda fecha y no la hemos vuelto a ver.
Algo parecido pasa con Agustín Gutiérrez, cuyo talento viene brillando por su ausencia hace ya varias semanas. Quizás la razón sea el planteamiento del equipo, quizás no.
Para el segundo tiempo salimos con ganas, y tuvimos alguna que otra llegada al área, pero falta quién la meta. Al ratito pasó lo de siempre, nos entraron por el medio, definió un delantero, un poco de fortuna, y gol.
Es cierto que cuando recibimos goles, a veces contamos con mala suerte, pero no puede servir siempre esa excusa, sobre todo para elencos incapaces de dar vuelta un resultado. Aparecieron los nervios de siempre y comenzó el frontón contra la defensa danubiana.
Era de hora de los cambios, que por lo menos esta vez no se hicieron esperar. Primero entró Gamarra. Nadie dice que Chelo no sea un buen jugador, al contrario, yo estaba dentro de los que reclamaban que tuviera más minutos. Pero es para utilizar en un partido más abierto, no en uno con un equipo especulando con el resultado como hizo el visitante.
Al ratito se vino Trindade… sin palabras. Me gustaría saber un ejemplo en el fútbol mundial de un cambio de lateral por lateral estando abajo en el tanteador.
De cualquiera manera, después del gol de Líber que ponía el 2 - 0 y con el equipo desdibujado completamente, fue hacia adelante y empujó bastante al equipo, aunque sin demasiado resultado.
Es verdad que Falce “flechó” la cancha a favor de Danubio. También es cierto que se rehusó a cobrar 2 penales en la misma jugada, y quizás un tercero, pero también es real que no perdimos por su culpa.
Sin ser por alguna situación atípica, podíamos jugar hasta los 150’ que no íbamos a igualar el partido. No tenemos ni el peso ofensivo ni las herramientas como para pensar que vamos a inquietar alguna defensa (que no sea débil) exclusivamente por medio del juego aéreo.
Rompe los ojos que el equipo llega a tres cuartos de la cancha y se queda sin ideas. El único que parecer no verlo es Rosario.
Más allá de que nos guste o no, podemos aceptar que la mejor virtud del equipo sea la defensa, o el famoso “futbol de respuesta”, pero si vamos a anotar tan solo 12 goles, si vamos a vulnerar el arco contrario en menos de la mitad de los partidos jugadas once fechas, ¿cómo puede ser que hayamos recibido 14 goles?
Habrá que trabajar más de cara al partido con El Tanque, que para nosotros es un partido dificilísimo.
Abrazo cervecero.
Con respecto al equipo, o al planteamiento, hay poco para decir. Dany volvió a jugar desde el arranque, Agustín se fue para la izquierda, Tabó para la derecha y salió Zabala. La alineación en sí no me disgusta demasiado.
Es decir, para lo que tenemos, tiene bastante sentido. El problema radica en que el equipo no sabe a lo que juega. O mejor dicho, no juega a nada.
Igual no fue malo el primer tiempo. Tuvimos un par de chances de gol, presionamos bien y ellos casi no llegaron. Las chances llegaron más que nada por impulsos individuales o algún tiro de afuera de Tabó pero poco más.
El único delantero se encuentra muy solo y no anda bien. Hubo algún atisbo de intención de abrir la cancha y desbordar, sobre todo por izquierda, pero lamentablemente la gran pegada de Enzo Ruiz desapareció en la segunda fecha y no la hemos vuelto a ver.
Algo parecido pasa con Agustín Gutiérrez, cuyo talento viene brillando por su ausencia hace ya varias semanas. Quizás la razón sea el planteamiento del equipo, quizás no.
Para el segundo tiempo salimos con ganas, y tuvimos alguna que otra llegada al área, pero falta quién la meta. Al ratito pasó lo de siempre, nos entraron por el medio, definió un delantero, un poco de fortuna, y gol.
Es cierto que cuando recibimos goles, a veces contamos con mala suerte, pero no puede servir siempre esa excusa, sobre todo para elencos incapaces de dar vuelta un resultado. Aparecieron los nervios de siempre y comenzó el frontón contra la defensa danubiana.
Era de hora de los cambios, que por lo menos esta vez no se hicieron esperar. Primero entró Gamarra. Nadie dice que Chelo no sea un buen jugador, al contrario, yo estaba dentro de los que reclamaban que tuviera más minutos. Pero es para utilizar en un partido más abierto, no en uno con un equipo especulando con el resultado como hizo el visitante.
Al ratito se vino Trindade… sin palabras. Me gustaría saber un ejemplo en el fútbol mundial de un cambio de lateral por lateral estando abajo en el tanteador.
De cualquiera manera, después del gol de Líber que ponía el 2 - 0 y con el equipo desdibujado completamente, fue hacia adelante y empujó bastante al equipo, aunque sin demasiado resultado.
Es verdad que Falce “flechó” la cancha a favor de Danubio. También es cierto que se rehusó a cobrar 2 penales en la misma jugada, y quizás un tercero, pero también es real que no perdimos por su culpa.
Sin ser por alguna situación atípica, podíamos jugar hasta los 150’ que no íbamos a igualar el partido. No tenemos ni el peso ofensivo ni las herramientas como para pensar que vamos a inquietar alguna defensa (que no sea débil) exclusivamente por medio del juego aéreo.
Rompe los ojos que el equipo llega a tres cuartos de la cancha y se queda sin ideas. El único que parecer no verlo es Rosario.
Más allá de que nos guste o no, podemos aceptar que la mejor virtud del equipo sea la defensa, o el famoso “futbol de respuesta”, pero si vamos a anotar tan solo 12 goles, si vamos a vulnerar el arco contrario en menos de la mitad de los partidos jugadas once fechas, ¿cómo puede ser que hayamos recibido 14 goles?
Habrá que trabajar más de cara al partido con El Tanque, que para nosotros es un partido dificilísimo.
Abrazo cervecero.