Día 8: El abrazo

Lo que dejó un nuevo día mundialista: Suárez y la dedicatoria a Walter Ferreira. Una imagen que valió más que mil palabras.

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No iba a estar en el Mundial. No podía, los tiempos de recuperación no eran suficientes, pero igual estuvo. Walter Ferreira, kinesiólogo de la selección uruguaya, había anunciado su retiro, debía afrontar una quimioterapia que lo alejaría de su rutina diaria.

El grupo, jugadores y cuerpo técnico le pidieron que aguantara un poco más, que se venía el Mundial y tenían que estar todos. Se dice que un grupo es tan fuerte como lo sea su eslabón más débil y, sin lugar a dudas, esa es una de las explicaciones de que el equipo dirigido por Tabárez encuentre su mayor expresión en los campeonatos cortos.

El grupo es una piña, al decir de los españoles. Es un todo, es la bota de oro del mundo yendo a la casa del kinesiólogo porque este no se podía trasladar al Complejo Uruguay Celeste.

Es Lodeiro trancando con la cabeza en la mitad de la cancha, “Palito” Pereira negandosé a salir, Cavani corriendo más que ningún otro. Uruguay es el de Inglaterra, pero también es el de Costa Rica.

Tabárez detectó los principales inconvenientes del debut y le dio entrada al “Tata” González y Lodeiro en la mitad de la cancha, ambos de buenos minutos contra Costa Rica. Y el eslabón más débil de Uruguay en su debut se transformó en su mayor fortaleza en el segundo partido. El partido lo ganó porque dominó la mitad de la cancha, marcando, presionando y jugando.

A Cavani le queda mucho más cómodo el rol de segunda punta, puede desplegar todo su físico y hacer gestos técnicos brillantes como la asistencia a Suárez en el primer gol.

Párrafo aparte merece la actuación del futbolista salteño: 
Luis Suárez (punto).

El hábitat natural de este plantel son las situaciones límites, los partidos sin mañana. Capaz que los celestes tienen la mala suerte de no clasificar a la siguiente fase/ Sea cual sea el desenlace, todo ha sido “culpa” de este grupo, y si hay algo que le gusta al hincha de Uruguay es que, sea cual sea el resultado, se deje la piel en la cancha. Si eso pasa difícilmente se pueda llamar derrota a un resultado adverso.

Otro equipo que está demostrando ser un verdadero grupo es la Colombia de Pékerman, sin piedad ante el rival. El mínimo error lo rentabilizan en goles, y de contra es un equipo temible. Colombia está ilusionada y tiene argumentos para estarlo.

Japón y Grecia empataron en cero y es inevitable preguntarse cómo hizo Grecia para clasificar al mostrar tan poco. Igualmente, con su austeridad en ataque, si ganan el encuentro contra Costa de Marfil estarán en segunda fase.