
Lleve y traiga
Tremendo tole tole en el fútbol amateur de Brasil; digno de reconocimiento.

La foto no tiene nada que ver, pero es un canto a la vida. (chicago.barstoolsports.com)
Uno se toma un par de semanas libre y cuando regresa se encuentra con este video. Una joya que irá a parar directamente al Salón de la Fama de El Sr. Miyagi. La capacidad que mostraron estos brasileros en fusionar el karate y el fútbol es asombrosa y digna de reconocimiento.
Resulta que todo ocurrió en el partido entre Renovaçao y Quinari, por la semifinal del Campeonato de Ayrton, en Río Branco. Sí, en ese mismo fútbol amateur de Brasil donde hace un par de semanas unos enfermitos festejaban un gol con ametralladoras.
Pelota dividida y dos tipos que la van a buscar. Evidentemente uno fue más arriba que el otro y le terminó pegando una buena patada a su rival. Como de costumbre, arrancaron los empujones, las puteadas, los “no me toqués gil de mierda”, etc.
Hasta ahí era una discusión generalizada bastante normal… Hasta que apareció un loquito suspendiéndose en el aire con un encerar-luestrar de antaño que fue a parar a la nuca de un rival. Y listo, la hecatombe.
Para destacar:
El 89 amarillo, que por el minuto 0:45 sale corriendo a uno y cuando ese se frena, le pega dos piñas y tiene que salir disparado para atrás porque los demás lo querían cascar.
El gordo de rosado, que saca corriendo a uno de amarillo y es uno de los grandes responsables de que la pelea no termine rápido.
Y por último, el veterano pelado de azul, que por el minuto 1:30 le mete un garronazo tremendo a nuestro destacado anterior e inmediatamente empieza a recular.
Hermoso momento, acá lo tenés:
Resulta que todo ocurrió en el partido entre Renovaçao y Quinari, por la semifinal del Campeonato de Ayrton, en Río Branco. Sí, en ese mismo fútbol amateur de Brasil donde hace un par de semanas unos enfermitos festejaban un gol con ametralladoras.
Pelota dividida y dos tipos que la van a buscar. Evidentemente uno fue más arriba que el otro y le terminó pegando una buena patada a su rival. Como de costumbre, arrancaron los empujones, las puteadas, los “no me toqués gil de mierda”, etc.
Hasta ahí era una discusión generalizada bastante normal… Hasta que apareció un loquito suspendiéndose en el aire con un encerar-luestrar de antaño que fue a parar a la nuca de un rival. Y listo, la hecatombe.
Para destacar:
El 89 amarillo, que por el minuto 0:45 sale corriendo a uno y cuando ese se frena, le pega dos piñas y tiene que salir disparado para atrás porque los demás lo querían cascar.
El gordo de rosado, que saca corriendo a uno de amarillo y es uno de los grandes responsables de que la pelea no termine rápido.
Y por último, el veterano pelado de azul, que por el minuto 1:30 le mete un garronazo tremendo a nuestro destacado anterior e inmediatamente empieza a recular.
Hermoso momento, acá lo tenés: