Dicen que el rugby es un deporte noble, de caballeros. Y tienen toda la razón. Incluso me animaría a decir que a Ben Flower (Wigan Warriors) deberían darle el título de Sir luego de lo que hizo en la Grand Final de la Super League.

Con un Old Trafford lleno hasta las pelotas, 70.000 tipos fueron testigos del nocáut más impactante de los últimos tiempos en el deporte. Mejor aún que ver cualquier pelea de boxeo basura que pasan en la televisión cada fin de semana.

Resulta que el bueno de Lance Hohaia llegó a destiempo a taclearlo, lo que molestó a Flower. Al sentir la embestida, el jugador de Wigan le metió tremendo guantazo en la trucha noqueándolo de inmediato.

Sin embargo, la cosa no quedó ahí y, al no estar conforme, lo remató mientras el otro estaba tirado en el piso. Un lustrar-encerar de los de antes, que enorgullece a los dioses de la filosofía Miyagiana, aguantándolo con el antebrazo de la otra mano para que no se mueva.

El referee, premiando esta acción, lo expulsó inmediatamente de la final, que terminó ganando el equipo del noqueado.

No cabe dudas que el rugby es un deporte de caballeros y nuestro Sir Ben Flower, lo dejó clarito: