A sacarle lustre
¿Quién es El Sr. Miyagi?
La fiesta de retorno de PDA estuvo bárbara, si no pregúntenle a El Sr Miyagi.
Tal vez muchos ya me conozcan, tal vez muchos no. Mi nombre es El Sr. Miyagi y, tras el éxito obtenido en la primera parte de esta sección, la directiva de PDA decidió renovarme contrato para contar conmigo para esta nueva etapa.
Desde el momento en que los muchachos me contactaron para formar parte del staff, no dudé ni un segundo en decirles que sí. Mi señora se puso medio histérica diciéndome que la fama era jodida (por las minas, la noche y esas cosas) pero bueno… Nada que un buen encerar-lustrar no pueda arreglar para que entre en razón solita.
¿Qué vamos a encontrar en esta sección?
Esa mezcla justa entre karate y otros deportes. Esas exquisitas planchas al pecho que muchos critican, pero que acá se sabrán valorar. Ese cortito al mentón en un partido de basket, ese gargajo en la nuca previo al tiro del golfista, esas generalas que se arman en baseball, y todo tipo de “violencia en el deporte”.
Esta última frase nunca logré entenderla. ¿Violencia? No señor. No señora. Deporte dentro del deporte. La prefiero así.
¿Por qué volver con esta columna?
A mi entender, uno encuentra la felicidad cuando se ve reflejado en los demás. Si se deja una huella en otras personas, si otros extrañan su presencia, entonces se puede sentir a gusto con su camino recorrido. Y eso, luego del cierre de PDA, lo noté.
No solo por el cariño de la gente que pedía a gritos por El Sr. Miyagi o que contactaba a los muchachos enviándoles videos para mí. Eso ya era demasiado para un viejo como yo. Lo que me hizo emocionar hasta las lágrimas fue ver cómo un tipo me escribía una carta a través del televisor en esa publicidad de Smart TV luego de haber leído todas mis columnas en PDA. Eso sí lo llena a uno.
Aunque obvio que la gota que desbordó el vaso fue el estar viendo el NotTop Ten de ESPN, y escuchar a un tal “Profesor Ginseng” festejando hechos “violentos” como lo hacía uno en la web. A ver chicos de ESPN, acá el decano de chinos comentando patadas... ¡Soy yo! Un tipo que se llama Ginseng no me puede venir a comentar de una plancha en el pecho bien metida ¿no? Respetemos el arte del pulir-encerar.
Por eso, y por mucho más: volvió El Sr. Miyagi.
Desde el momento en que los muchachos me contactaron para formar parte del staff, no dudé ni un segundo en decirles que sí. Mi señora se puso medio histérica diciéndome que la fama era jodida (por las minas, la noche y esas cosas) pero bueno… Nada que un buen encerar-lustrar no pueda arreglar para que entre en razón solita.
¿Qué vamos a encontrar en esta sección?
Esa mezcla justa entre karate y otros deportes. Esas exquisitas planchas al pecho que muchos critican, pero que acá se sabrán valorar. Ese cortito al mentón en un partido de basket, ese gargajo en la nuca previo al tiro del golfista, esas generalas que se arman en baseball, y todo tipo de “violencia en el deporte”.
Esta última frase nunca logré entenderla. ¿Violencia? No señor. No señora. Deporte dentro del deporte. La prefiero así.
¿Por qué volver con esta columna?
A mi entender, uno encuentra la felicidad cuando se ve reflejado en los demás. Si se deja una huella en otras personas, si otros extrañan su presencia, entonces se puede sentir a gusto con su camino recorrido. Y eso, luego del cierre de PDA, lo noté.
No solo por el cariño de la gente que pedía a gritos por El Sr. Miyagi o que contactaba a los muchachos enviándoles videos para mí. Eso ya era demasiado para un viejo como yo. Lo que me hizo emocionar hasta las lágrimas fue ver cómo un tipo me escribía una carta a través del televisor en esa publicidad de Smart TV luego de haber leído todas mis columnas en PDA. Eso sí lo llena a uno.
Aunque obvio que la gota que desbordó el vaso fue el estar viendo el NotTop Ten de ESPN, y escuchar a un tal “Profesor Ginseng” festejando hechos “violentos” como lo hacía uno en la web. A ver chicos de ESPN, acá el decano de chinos comentando patadas... ¡Soy yo! Un tipo que se llama Ginseng no me puede venir a comentar de una plancha en el pecho bien metida ¿no? Respetemos el arte del pulir-encerar.
Por eso, y por mucho más: volvió El Sr. Miyagi.