Gordos de magia
Jugadores que superaron el estigma de “el gordo al arco”.
Pablo Melo desparramando su corpulenta magia por el verde césped.
Los campos de juego se han visto invadidos por los cultores de la estética masculina, exponentes del modelaje más preocupados por tener los abdominales marcados que por jugar al fútbol. Sin embargo, algunos mantienen los Viejos Valores y no pierden de vista que lo que importa es lo que se hace adentro de la cancha. Los "gorditos" del fútbol siguen enarbolando la bandera de épocas maravillosas en las que tomarse una cervecita y comerse un asado antes de un partido era moneda corriente. No todo es tener una tabla de lavar en el abdomen señores, por suerte quedan técnicos que bancan a esos atletas algo pasados de kilos pero rellenos de clase.
El jugador que está rellenito, es a veces objeto de las burlas del público pero también es apreciado por algún sector de la platea. Ese player que destaca por su prominente buzarda, producto de algún problema “de metabolismo”, es el que queremos reivindicar en la entrega de hoy. Nuestras canchas cuentan con varios aspirantes al trono dejado por el recordado Alexis “la chancha” Noble. Son atletas que perdieron la batalla contra la balanza pero salen jornada a jornada a lucir su panza con gallardía y talento. Son hombres que saben de cerveza fría y de buena vida.
Pablo Melo fue noticia por su vientre, tan grande como su letal instinto para la marca. Su físico trabajado a base de interminables bolsas de bizcochos, refuerzos de salame, asados, vino y mucha cerveza escandalizó a muchos, que se olvidan que este tipo de jugadores fueron los pilares de varios éxitos de la camiseta color cielo. ¿Por qué discriminar a este patrón del área? Estará gordo Pablo, pero los delanteros rivales lo ven y es como si vieran a la muerte vestida de celeste y blanco.
"Me gusta jugar con unos kilitos demás, me siento más fuerte y potente”, habría dicho el popular "Morro" Garcia, luego de acumular kilos de feijoada y comida turca en su franja abdominal. Hoy en día, el Morro es un jugador diferente al de sus comienzos pero que sabe mover como nadie esos kilos dentro del área, a la manera de Iván René Valenciano en sus mejores momentos. Lo quisieron invitar a cuestión de peso en Brasil, afrenta que el contundente centrodelantero se encarga de vengar con su rendimiento. Chocar con la parte de atrás del "Morro" es un martirio para cualquier defensa. “Yo no lo veo gordo al Morro”, habría dicho Víctor Haroldo Púa restándole relevancia al tema.
Líber “soy de contextura grande” Quiñones se cansó de hacer goles en Racing, y ahora lo disfrutan en Danubio. Dejar a Líber suelto en un tenedor libre es peor aún que dejarle una pelota picando en el área chica. Se rumorea que Punta Ballena, sponsor de la escuelita de Sayago, habría puesto un ultimátum a la dirigencia: “O Quiñones o Carlitos Díaz, no podemos seguir bancándoles los alfajores a los dos”. El resultado es conocido, Carlitos Díaz sigue desplegando su magia con la camiseta albiverde a pesar de sus kilos de más y el Ronaldo uruguayo se mudó con sus goles a Maroñas.
Por eso amigos, en estos tiempos de jugadores que se preocupan de tener los abdominales marcados, de tener nutricionista, "personal treiner" y no sé cuantas mariconadas más, enorgullece ver a players con la estampa de los de antes, con mondongo colgando y sin rastros de un abdominal marcado. Por suerte, no todo está perdido. Así lo demuestran estos cracks, dejando bien en claro que el fútbol lo llevan en sus pies y no en su panza.
Si querés dedicarte en cuerpo y alma al Dios Obdulio te invitamos a pasar al templo en el que se pregonan Viejos Valores --->(apretá acá)
El jugador que está rellenito, es a veces objeto de las burlas del público pero también es apreciado por algún sector de la platea. Ese player que destaca por su prominente buzarda, producto de algún problema “de metabolismo”, es el que queremos reivindicar en la entrega de hoy. Nuestras canchas cuentan con varios aspirantes al trono dejado por el recordado Alexis “la chancha” Noble. Son atletas que perdieron la batalla contra la balanza pero salen jornada a jornada a lucir su panza con gallardía y talento. Son hombres que saben de cerveza fría y de buena vida.
Pablo Melo fue noticia por su vientre, tan grande como su letal instinto para la marca. Su físico trabajado a base de interminables bolsas de bizcochos, refuerzos de salame, asados, vino y mucha cerveza escandalizó a muchos, que se olvidan que este tipo de jugadores fueron los pilares de varios éxitos de la camiseta color cielo. ¿Por qué discriminar a este patrón del área? Estará gordo Pablo, pero los delanteros rivales lo ven y es como si vieran a la muerte vestida de celeste y blanco.
"Me gusta jugar con unos kilitos demás, me siento más fuerte y potente”, habría dicho el popular "Morro" Garcia, luego de acumular kilos de feijoada y comida turca en su franja abdominal. Hoy en día, el Morro es un jugador diferente al de sus comienzos pero que sabe mover como nadie esos kilos dentro del área, a la manera de Iván René Valenciano en sus mejores momentos. Lo quisieron invitar a cuestión de peso en Brasil, afrenta que el contundente centrodelantero se encarga de vengar con su rendimiento. Chocar con la parte de atrás del "Morro" es un martirio para cualquier defensa. “Yo no lo veo gordo al Morro”, habría dicho Víctor Haroldo Púa restándole relevancia al tema.
Líber “soy de contextura grande” Quiñones se cansó de hacer goles en Racing, y ahora lo disfrutan en Danubio. Dejar a Líber suelto en un tenedor libre es peor aún que dejarle una pelota picando en el área chica. Se rumorea que Punta Ballena, sponsor de la escuelita de Sayago, habría puesto un ultimátum a la dirigencia: “O Quiñones o Carlitos Díaz, no podemos seguir bancándoles los alfajores a los dos”. El resultado es conocido, Carlitos Díaz sigue desplegando su magia con la camiseta albiverde a pesar de sus kilos de más y el Ronaldo uruguayo se mudó con sus goles a Maroñas.
Por eso amigos, en estos tiempos de jugadores que se preocupan de tener los abdominales marcados, de tener nutricionista, "personal treiner" y no sé cuantas mariconadas más, enorgullece ver a players con la estampa de los de antes, con mondongo colgando y sin rastros de un abdominal marcado. Por suerte, no todo está perdido. Así lo demuestran estos cracks, dejando bien en claro que el fútbol lo llevan en sus pies y no en su panza.
Si querés dedicarte en cuerpo y alma al Dios Obdulio te invitamos a pasar al templo en el que se pregonan Viejos Valores --->(apretá acá)