Tanto el viernes como el sábado, la lógica reinó en Flushing Meadows, los 1 y 2 del mundo ganaron y serán quiénes disputen las finales. 

Luego del intenso partido entre Djokovic y Wawrinka, Rafael Nadal enfrentó a Richard Gasquet, quedándose con la victoria por 6-4 7-6 6-2. El francés jugó a un alto nivel, incluso logró quebrarle el saque a Nadal en el segundo set –cosa que nadie había podido hacer en todo el torneo- pero nada de esto bastó ante un rival tan brillante. Y es que ya no quedan palabras no dichas anteriormente para describir al español. Volvió de una lesión en la rodilla que lo tuvo más de siete meses afuera, llegó –con esta incluida- a 12 finales de los 13 torneos que disputó y el lunes buscará ganar su décimo título en 2013, todo esto hecho con la misma intensidad de principio a fin. Esa es la característica que más parece incomodar a todo aquel que lo enfrente, la intensidad, porque para llegar a “molestarlo” tenes que jugarle de igual a igual y eso requiere de un desgaste físico y mental muy grande. 

En la semifinal, Gasquet batalló con él, no le hizo las cosas fáciles, pero no importaba cuanto corriera, cuántos tiros espectaculares de revés convirtiera, los puntos importantes siempre se los llevó Nadal y esto terminó de desmoralizar a Richard que miraba a su equipo y decía (algo así como) “No tengo con qué ganarle”. 

El clásico del tenis actual, ¿solo actual? Nadal chocará una vez más contra Djokovic en lo que será su duelo número 37, convirtiéndose este en el duelo más repetido en toda la historia del tenis.

Será la cuarta vez este año, la primera fue en la final de Monte Carlo que terminó con victoria de Novak, en las dos siguientes fue Rafael el ganador, quien por cierto sigue invicto sobre esta superficie este año. Lleva 12 victorias consecutivas, ¿podrá Djokovic terminar con esa racha el lunes?