Hacia Escocia nos vamos para deleitarnos con esta hermosa muestra de la Miyagimanía. Ocurrió en el partido que Bonnyrigg recibía a Sauchie, en una división menor de aquel país.

El match estaba igualado 1-1 en el primer tiempo, sin muchas emociones, hasta que Paul Currie se encargó de darle un sacudón. ¿Al partido? No, no. En sí el sacudón se lo dio a su rival Darren Cummings, con tremeeeeeenda plancha al pecho; digna de un descendiente del linaje De Jong.

El golero de Sauchie salió jugando rápido con las manos y quiso conectar con su compañero de equipo, sin embargo nunca hubo conexión con la pelota. El grito de “¡aaiiiiaaa!” previo al contacto entre los tapones y el pecho, es emocionante.

Obviamente que después de asesinar a su rival, levantó la manito como para que el juez no se confunda y lo premie con su correspondiente cartulina roja.

Párrafo aparte para el pelotazo que intenta pegarle el compañero del damnificado, luego que la pelota le quedó boyando cerca. A milímetros de embocarle.

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