Racing vive un verdadero infierno en la vecina orilla, el equipo marcha último en el Torneo Inicial, con dos puntos en ocho partidos y de seguir así se verá comprometido en el descenso.

El lunes varios barrabravas aparecieron en la sede del club, tras una pintada amenzante, quisieron tomar cartas en el asunto pero los directivos y empleados se fueron del lugar y los barras no encontraron a nadie.

En la misma noche, Gastón Cogorno, presidente del club, renunció a través de su Twitter. Sí, así como lee: "Mi renuncia ya está a disposición, esperando la de Molina y Blanco para que la gente pueda elegir democraticamente al nuevo presidente", publicó.

"Mañana espero la renuncia de Molina y Blanco para el llamado a elecciones. Sino que den un paso al costado y nos dejen seguir trabajando", siguió Cogorno en la red social.

Molina y Blanco son los vicepresidentes del club, quienes estaban en conflicto con el presidente. Ante esta situación, Molina, en declaraciones recogidas por Canchallena, atacó a Cogorno.

"Maneja a Racing como un equipo chico, con amigos y violentos, donde lo quiere administrar como un club chico. Yo quiero una relación profesional que se parezca a los clubes europeos. Tienen una forma de manifestarse que no tiene que ver con la envergadura de un club tan grande como la Academia", dijo.

Molina enfatizó que no se va ir del club y argumentó que el problema del club no está en la dirigencia sino en la crisis futbolística. La algarabía por el descenso de Independiente, las humoradas con el fantasma de la B terminaron y ahora parece que el fantasma cambió de bando.