Última bocha
En la hora, con gol del “Bocha” Santín, Villa Española se quedó con el clásico ante Platense.
“El fin de semana no hay fútbol”, decía la enorme mayoría del pueblo futbolero uruguayo. Pero el fútbol uruguayo no es solo Primera División. En la B arrancó el campeonato y en la C se jugó la segunda fecha, con un partido que se robaba todas las miradas, un clásico de barrio postergado desde hace unos cuantos años: Platense y Villa Española se enfrentaban en el Parque Ancap.
La mañana de domingo no invitaba a salir de la casa, pero eso no evitó que más de mil personas vistieran de fiesta a la cancha de Uruguay Montevideo. Ambos equipos venían de ganar en su presentación y buscaban confirmar sus pretensiones de ascenso, sobre todo el Villa, que con figuras como Cañarte y Damián Santín, más la vuelta del “Bigote” López (que no pudo estar presente en el debut) va a pelear sin dudas hasta el último momento por conseguir el título de la Divisional.
Y el partido tuvo todos los ingredientes que tiene que tener un clásico de barrio. La gente en las tribunas, pierna fuerte, tensión y errores, goles, remontadas y emoción hasta el último instante.
El primer tiempo se fue 0 – 0, con chances para ambos equipos, aunque las dos más claras fueron para el “platero”. El capitán albirrojo, Marcelo De Souza, ganó por arriba y un segundo cabezazo reventó el travesaño, y más tarde un grueso error del arquero villero casi termina en la apertura del marcador, pero el zaguero Luis Piedra salvó en la línea.
Para el complemento Villa Española tomó la iniciativa del partido, y después de una gran maniobra de Cañarte y un pase exquisito del capitán, “Bigote” metió una diagonal perfecta y una mejor definición para poner el 1 – 0. La vieja fórmula se volvía a repetir para darle la alegría a los casi 1000 hinchas aurirrojos.
Y más aun cuando después de una muy buena jugada entre Tabaré da Cunha y López, el arquero tapó pero el “Bigote”, capturando el rebote, metió al medio para que el 9 villero, Pablo “la perla” Silva, metiera el cocazo para el 2 – 0. El partido parecía cerrado, pero clásicos son clásicos.
Promediando el segundo tiempo llego un córner pasado desde la derecha, el arquero villero dudó y por el segundo palo llegó un jugador de Platense para conectar y poner el 2 – 1. Y en un abrir y cerrar de ojos, esta vez con tiro libre desde la zurda, llegó el empate “platero” y el delirio de la tribuna. Martín Álvarez, el 10, que con unos kilos de más igual demuestra que le sobra técnica, engañó a todos y le dio directo al arco, y la floja respuesta del arquero hizo el resto. 2 – 2 y todo como al principio.
Faltaban 15’ y quedaba lo mejor. Los calambres empezaron a multiplicarse, la polémica por un supuesto penal no cobrado se hizo presente. Platense se abroqueló atrás e intentó sacar un contragolpe para llevarse el partido, y Villa Española se tiró arriba como herido por la remontada.
El libreto del clásico no tenía previsto un empate. Alguien lo tenía que ganar. Y para eso, como si estuviera predestinado, había que esperar a la última pelota del partido, a la última bocha. Los tres minutos de descuento se extendieron por las lesiones de algunos jugadores de Platense, y la última pelota le quedó a la zurda de Cañarte.
Llegó el córner desde la derecha; la pelota cayó en el área chica, y entre un mar de piernas y polvo el “Bocha” Santín (o vaya uno a saber si algún jugador platero en su afán de reventar la pelota) le pegó con alguna parte de la pierna para que la guinda entrara mansita hasta el fondo de la red. 3 – 2 y delirio en Corrales y Varela. 3 – 2 y manos en la cabeza en la Plaza Laguna.
Dicen que la alegría va por barrios. Y esta vez la fiesta se quedó en Villa Española, que seguirá de festejo cuando el domingo que viene vuelva a jugar como local en el Obdulio Jacinto Varela.
La mañana de domingo no invitaba a salir de la casa, pero eso no evitó que más de mil personas vistieran de fiesta a la cancha de Uruguay Montevideo. Ambos equipos venían de ganar en su presentación y buscaban confirmar sus pretensiones de ascenso, sobre todo el Villa, que con figuras como Cañarte y Damián Santín, más la vuelta del “Bigote” López (que no pudo estar presente en el debut) va a pelear sin dudas hasta el último momento por conseguir el título de la Divisional.
Y el partido tuvo todos los ingredientes que tiene que tener un clásico de barrio. La gente en las tribunas, pierna fuerte, tensión y errores, goles, remontadas y emoción hasta el último instante.
El primer tiempo se fue 0 – 0, con chances para ambos equipos, aunque las dos más claras fueron para el “platero”. El capitán albirrojo, Marcelo De Souza, ganó por arriba y un segundo cabezazo reventó el travesaño, y más tarde un grueso error del arquero villero casi termina en la apertura del marcador, pero el zaguero Luis Piedra salvó en la línea.
Para el complemento Villa Española tomó la iniciativa del partido, y después de una gran maniobra de Cañarte y un pase exquisito del capitán, “Bigote” metió una diagonal perfecta y una mejor definición para poner el 1 – 0. La vieja fórmula se volvía a repetir para darle la alegría a los casi 1000 hinchas aurirrojos.
Y más aun cuando después de una muy buena jugada entre Tabaré da Cunha y López, el arquero tapó pero el “Bigote”, capturando el rebote, metió al medio para que el 9 villero, Pablo “la perla” Silva, metiera el cocazo para el 2 – 0. El partido parecía cerrado, pero clásicos son clásicos.
Promediando el segundo tiempo llego un córner pasado desde la derecha, el arquero villero dudó y por el segundo palo llegó un jugador de Platense para conectar y poner el 2 – 1. Y en un abrir y cerrar de ojos, esta vez con tiro libre desde la zurda, llegó el empate “platero” y el delirio de la tribuna. Martín Álvarez, el 10, que con unos kilos de más igual demuestra que le sobra técnica, engañó a todos y le dio directo al arco, y la floja respuesta del arquero hizo el resto. 2 – 2 y todo como al principio.
Faltaban 15’ y quedaba lo mejor. Los calambres empezaron a multiplicarse, la polémica por un supuesto penal no cobrado se hizo presente. Platense se abroqueló atrás e intentó sacar un contragolpe para llevarse el partido, y Villa Española se tiró arriba como herido por la remontada.
El libreto del clásico no tenía previsto un empate. Alguien lo tenía que ganar. Y para eso, como si estuviera predestinado, había que esperar a la última pelota del partido, a la última bocha. Los tres minutos de descuento se extendieron por las lesiones de algunos jugadores de Platense, y la última pelota le quedó a la zurda de Cañarte.
Llegó el córner desde la derecha; la pelota cayó en el área chica, y entre un mar de piernas y polvo el “Bocha” Santín (o vaya uno a saber si algún jugador platero en su afán de reventar la pelota) le pegó con alguna parte de la pierna para que la guinda entrara mansita hasta el fondo de la red. 3 – 2 y delirio en Corrales y Varela. 3 – 2 y manos en la cabeza en la Plaza Laguna.
Dicen que la alegría va por barrios. Y esta vez la fiesta se quedó en Villa Española, que seguirá de festejo cuando el domingo que viene vuelva a jugar como local en el Obdulio Jacinto Varela.