"Estamos a la altura de las competencias"
Fabián Coito, entrenador de la sub 17, conversó con PDA sobre el proceso de selecciones en Uruguay.
Foto: fifa.com
Nadie puede dudar que el proceso sembrado por Óscar Washington Tabárez ha cultivado sus frutos. Con logros alcanzados y con estilos de juego que nos han posicionado, como nunca, en la élite mundial. Pero lo más importante aún es la camada de jugadores surgidos que arrancan en la sub 15 y pasan por todas las etapas.
Fabián Coito, técnico de la sub 17, que acaba de ser cuartofinalista en el Mundial, fue entrevistado por PDA y dio su punto de vista sobre cómo funciona el proceso.
Si preguntábamos por vos hace unos años en la calle, nadie te conocía. Hoy todos te reconocen porque te ganaste un lugar por tus logros. ¿Cómo sentís eso?
Ni tanto ni tan poco. Son momentos. Sobre todo posteriores a una competencia, donde la televisión cambió tanto al fútbol. La gente se engancha y algunos quedan en la retina de la gente. Trabajar en la selección, por más que sea una categoría juvenil, en un momento importante genera repercusión. La gente saluda permanentemente, brinda un apoyo importante. En estos días más.
En los procesos hay fracasos y éxitos. Los tuyos nunca fueron de fracaso. Arrancaste en la sub 15 en un Sudamericano donde Uruguay estuvo a punto de ser campeón. ¿Qué recordás?
Me acuerdo de todo, perfecto. Esa fue la primera y es especial. Fue todo nuevo, un punto de partida hacia esto que pasa hoy. Fue mucho aprendizaje, toma de decisiones que luego fui cambiando en el día a día o en lo futbolístico. No porque estuvieran mal, sino porque creo que como todo hay un comienzo. Fue muy importante lo que se logró, fue un estímulo grande y me dio confianza. Me dio credibilidad.
¿Por qué te dio confianza?
Porque hacés una preparación y tomás una serie de decisiones que en el momento se notan si acertás o no. Era mi primera vez como entrenador en un Sudamericano. A pesar de la seguridad que tenía, esto me servía para ver si lo que opté estuvo bien. El haber hecho un buen torneo y estado de acuerdo a lo que podíamos llegar, me dio confianza y seguridad de que lo que hice fue exitoso.
De esa camada, el proceso siguió en el Mundial de Nigeria pero en sub 17 (año 2009). ¿Cómo fue pasar de dirigir a esos mismos en sub 15 a sub 17?
Es diferente, un Mundial es más competitivo. Te enfrentás con fútbol de diversas características. Por mi forma de ser, estoy muy tranquilo en las competencias, me gustan porque se juega a buen nivel. Creo mucho en lo que se hace, en la preparación, en los jugadores. El torneo es coherente porque hay canchas buenas, estamos dedicados 100% a eso, creo que estamos a la altura de las competencias.
Los chiquilines estaban más maduros. Es una edad donde los cambios son permanentes. Más en el que juega al fútbol y vive todos los días situaciones que lo hacen crecer. Partidos, resultados, el después, decisiones de entrenadores de ascenderlos o no.
Hablando de éxitos, el tuyo fue en la final del Mundial sub 17 de México. ¿Qué balance hacés?
¡Qué mundial! Un número importante de esos pasaron por sub 15, sub 17 y sub 20. De esas etapas el torneo más flojo fue un sub 15 en Santa Cruz que terminamos en cuarto lugar. Vicecampeones sudamericanos sub 17 y del mundo. Fue una alegría por la experiencia de todos y porque el grupo se mantuvo. Te da alegría personal y seguridad porque quiere decir que la elección estuvo bien. Eso es importantísimo. Que se culmine el proceso y lleguen a la Primera División de sus clubes y a la selección mayor como algunos lo lograron. Te sentís satisfecho.
Esta vez la historia fue parecida y Uruguay se fue en cuartos, como en 2009. ¿Por qué quedamos eliminados?
Nos tocó un rival duro, con las mismas expectativas que nosotros de llegar hasta el final del torneo. Fue un partido que no pudimos ganar porque el gol condicionaba. Hacerlo nos permitía estar cómodos y refugiarnos, lo mismo que harían ellos. Sin mucho mérito lograron convertir. Fuimos mejores antes del gol. En el balance del primer tiempo fuimos superiores. El segundo cambió todo, nos dominó el nerviosísimo del reloj y nos costaba entrarle al rival. Venía el cansancio y costaba pensar. El rival tenía mucha intensidad.
El fútbol es así, en esta etapa un resultado te deja afuera. Eso es lo apasionante. Nos pasó a nosotros, a Brasil, a Japón, que tenia 100% de efectividad y cuando perdieron con Suecia tuvieron 75% de posesión. Se fueron con un gran equipo y cuando tuvieron que ganar no pudieron. A nosotros nos pasó algo similar. Creo que si cualquiera seguía era muy merecido.
¿Qué le deja a un jugador pasar por un proceso de sub 17?
Lo vamos a ver con el tiempo, pero queremos que le sirva en su crecimiento. Que sea algo inolvidable en lo deportivo, humano y social. Queremos que sepan que están en un periodo de aprendizaje a pesar de jugar un Mundial, que les falta por aprender y que el camino sigue. Quizá alguno aparezca en Primera, pero en un número bajo. El fútbol y el rendimiento está ligado a como uno sea como persona. Lo académico y la maduración son determinantes. Eso lo hemos trabajado siempre. Más allá de los resultados, que acompañen el crecimiento de futbolista como persona. Sin eso no podrán cristalizar sus sueños.
Sub 15, sub 17, sub 20 y mayores. ¿De qué consta el proceso?
La selección es una intención de captar a los mejores para que representen al país. A su vez eso retroalimenta a los propios clubes porque sus futbolistas acceden a competencias de primer nivel internacional. Hay que trabajar conjuntamente para que todos se beneficien. Los clubes, incluso, con competencia interna con aquellos que no están en el proceso y crezcan. Que la selección esté representada por buenos futbolistas y se mantenga en buenos planos nos hace bien a todos. Hoy el fútbol es un producto importante porque desde que se televisa pasó a ser distinto, como empresa y deporte. Es imprescindible una buena preparación para tener buen nivel. Los que acceden son los mejores.
Entonces, ¿por qué es efectivo el proceso?
Pienso que ha trabajado más que nunca en lo obvio del fútbol y en lo personal. En lo personal, en el respeto de todos contra todos, que se sientan respetados y que ellos respeten a los torneos, a los árbitros. Que sea con dignidad. Cuando uno es respetado y considerado da lo mejor de sí. Si hay eso y se apunta a querer ganar, seguramente en un país tan futbolero vas a tener buenos resultados. Hay que tener un buen método y un buen proyecto. A su vez asesorados por un gran entrenador como Tabárez, que por vocación es docente y siempre está transmitiendo, tiene experiencia.
¿Se juntan seguido?
Con Tabárez es diario el contacto, con Verzeri cuando podemos. Lo hice con Aguirre, con Ferrín, con Marcenaro. Incluso hablamos, porque ha quedado algo más que ser compañeros. Todo por la forma en que se trabaja desde lo humano. He aprendido muchísimo.
¿En qué hace hincapié el “Maestro”?
Desde lo general en la tenencia de la pelota. Es difícil, nos ha costado. Algunos equipos muestran mejores características. También en la marca, de la técnica individual, de lo colectivo, de cómo recuperar y dónde o con quién. En lo obvio del fútbol, fundamentalmente el pase. Es el fundamento básico de lo colectivo. Lo primero es pasarse bien la pelota. Parece fácil, pero después en la cancha si vemos las estadísticas cualquier equipo nuestro tiene un porcentaje alto de pases errados. Eso es por la técnica y por una lectura del juego. Da la impresión de que algunos piensan que hay que pasársela al nueve para que convierta y no siempre es la mejor opción.
Uruguay tiene muchos futbolistas y seguro muchos quedan fuera de procesos de selección, a pesar de ser buenos, porque no se los conoce ¿Cómo es reclutar jóvenes para la selección?
Seguro que siempre nos quedan algunos sin ver o sin considerar. En sub 15 hay mucho trabajo de hormiga. Ir a los equipos, al interior o a los colegios o lugares no tradicionales. Eso es largo y pesado. En sub 17 el punto de partida yo lo considero en la sub 15, desde ahí arranco. Según mis gustos, mi experiencia, veo de recambiar o conseguir otras características. Sub 20 también tiene el punto de partida en sub 17 pero se agrega una generación nueva, algunos mayores que no tienen experiencia en selección. Deberíamos mejorar en que haya información de esa generación para ganar tiempo. Entonces hay que ir mezclando y viendo de si los mayores sin experiencia son mejor que los menores con experiencia.
Los jóvenes entrenan a veces con muy pocas pelotas, no tienen agua caliente y cancha para entrenar. ¿Cómo se explica que nos vaya bien internacionalmente con ese desfasaje?
Por eso mismo el trabajo de la selección es largo, hay que revolver. Todo esto que decís impacta mucho, algunos juegan y a otros les cuesta. Con un período de tiempo largo en donde los incorporás y los formas, ganás. Esas condiciones demuestran amor, entonces cuando llegan a tener la chance de estar en un lugar importante sacan a relucir todo lo que cultivaron adentro de cada uno. Más allá de todo lo que podamos decir, lo que tienen nuestras selecciones es que nunca están muertas. Son rivales duros, jueguen o no jueguen bien. Hay un amor propio, un cooperativismo. Esa semilla está plantada en estas dificultades.
¿Preferís seguir en la selección o ir a algún equipo?
Cualquiera de las dos opciones me parecen súper interesantes. La selección juvenil no es para toda la vida. Se agranda el margen de edad mío con el de los gurises y eso no es lo ideal. Es un trabajo lindísimo pero perdés entrenamiento. Trabajamos todo el año pero tenemos poco periodo de competencia. Distinto a trabajar en un equipo con competencia todos los fines de semana, preparar un equipo, planificarlo. Esa es una faceta que se debe tener y que hace años no tengo. Claro que me gustaría.
Fabián Coito, técnico de la sub 17, que acaba de ser cuartofinalista en el Mundial, fue entrevistado por PDA y dio su punto de vista sobre cómo funciona el proceso.
Si preguntábamos por vos hace unos años en la calle, nadie te conocía. Hoy todos te reconocen porque te ganaste un lugar por tus logros. ¿Cómo sentís eso?
Ni tanto ni tan poco. Son momentos. Sobre todo posteriores a una competencia, donde la televisión cambió tanto al fútbol. La gente se engancha y algunos quedan en la retina de la gente. Trabajar en la selección, por más que sea una categoría juvenil, en un momento importante genera repercusión. La gente saluda permanentemente, brinda un apoyo importante. En estos días más.
En los procesos hay fracasos y éxitos. Los tuyos nunca fueron de fracaso. Arrancaste en la sub 15 en un Sudamericano donde Uruguay estuvo a punto de ser campeón. ¿Qué recordás?
Me acuerdo de todo, perfecto. Esa fue la primera y es especial. Fue todo nuevo, un punto de partida hacia esto que pasa hoy. Fue mucho aprendizaje, toma de decisiones que luego fui cambiando en el día a día o en lo futbolístico. No porque estuvieran mal, sino porque creo que como todo hay un comienzo. Fue muy importante lo que se logró, fue un estímulo grande y me dio confianza. Me dio credibilidad.
¿Por qué te dio confianza?
Porque hacés una preparación y tomás una serie de decisiones que en el momento se notan si acertás o no. Era mi primera vez como entrenador en un Sudamericano. A pesar de la seguridad que tenía, esto me servía para ver si lo que opté estuvo bien. El haber hecho un buen torneo y estado de acuerdo a lo que podíamos llegar, me dio confianza y seguridad de que lo que hice fue exitoso.
De esa camada, el proceso siguió en el Mundial de Nigeria pero en sub 17 (año 2009). ¿Cómo fue pasar de dirigir a esos mismos en sub 15 a sub 17?
Es diferente, un Mundial es más competitivo. Te enfrentás con fútbol de diversas características. Por mi forma de ser, estoy muy tranquilo en las competencias, me gustan porque se juega a buen nivel. Creo mucho en lo que se hace, en la preparación, en los jugadores. El torneo es coherente porque hay canchas buenas, estamos dedicados 100% a eso, creo que estamos a la altura de las competencias.
Los chiquilines estaban más maduros. Es una edad donde los cambios son permanentes. Más en el que juega al fútbol y vive todos los días situaciones que lo hacen crecer. Partidos, resultados, el después, decisiones de entrenadores de ascenderlos o no.
Hablando de éxitos, el tuyo fue en la final del Mundial sub 17 de México. ¿Qué balance hacés?
¡Qué mundial! Un número importante de esos pasaron por sub 15, sub 17 y sub 20. De esas etapas el torneo más flojo fue un sub 15 en Santa Cruz que terminamos en cuarto lugar. Vicecampeones sudamericanos sub 17 y del mundo. Fue una alegría por la experiencia de todos y porque el grupo se mantuvo. Te da alegría personal y seguridad porque quiere decir que la elección estuvo bien. Eso es importantísimo. Que se culmine el proceso y lleguen a la Primera División de sus clubes y a la selección mayor como algunos lo lograron. Te sentís satisfecho.
Esta vez la historia fue parecida y Uruguay se fue en cuartos, como en 2009. ¿Por qué quedamos eliminados?
Nos tocó un rival duro, con las mismas expectativas que nosotros de llegar hasta el final del torneo. Fue un partido que no pudimos ganar porque el gol condicionaba. Hacerlo nos permitía estar cómodos y refugiarnos, lo mismo que harían ellos. Sin mucho mérito lograron convertir. Fuimos mejores antes del gol. En el balance del primer tiempo fuimos superiores. El segundo cambió todo, nos dominó el nerviosísimo del reloj y nos costaba entrarle al rival. Venía el cansancio y costaba pensar. El rival tenía mucha intensidad.
El fútbol es así, en esta etapa un resultado te deja afuera. Eso es lo apasionante. Nos pasó a nosotros, a Brasil, a Japón, que tenia 100% de efectividad y cuando perdieron con Suecia tuvieron 75% de posesión. Se fueron con un gran equipo y cuando tuvieron que ganar no pudieron. A nosotros nos pasó algo similar. Creo que si cualquiera seguía era muy merecido.
¿Qué le deja a un jugador pasar por un proceso de sub 17?
Lo vamos a ver con el tiempo, pero queremos que le sirva en su crecimiento. Que sea algo inolvidable en lo deportivo, humano y social. Queremos que sepan que están en un periodo de aprendizaje a pesar de jugar un Mundial, que les falta por aprender y que el camino sigue. Quizá alguno aparezca en Primera, pero en un número bajo. El fútbol y el rendimiento está ligado a como uno sea como persona. Lo académico y la maduración son determinantes. Eso lo hemos trabajado siempre. Más allá de los resultados, que acompañen el crecimiento de futbolista como persona. Sin eso no podrán cristalizar sus sueños.
Sub 15, sub 17, sub 20 y mayores. ¿De qué consta el proceso?
La selección es una intención de captar a los mejores para que representen al país. A su vez eso retroalimenta a los propios clubes porque sus futbolistas acceden a competencias de primer nivel internacional. Hay que trabajar conjuntamente para que todos se beneficien. Los clubes, incluso, con competencia interna con aquellos que no están en el proceso y crezcan. Que la selección esté representada por buenos futbolistas y se mantenga en buenos planos nos hace bien a todos. Hoy el fútbol es un producto importante porque desde que se televisa pasó a ser distinto, como empresa y deporte. Es imprescindible una buena preparación para tener buen nivel. Los que acceden son los mejores.
Entonces, ¿por qué es efectivo el proceso?
Pienso que ha trabajado más que nunca en lo obvio del fútbol y en lo personal. En lo personal, en el respeto de todos contra todos, que se sientan respetados y que ellos respeten a los torneos, a los árbitros. Que sea con dignidad. Cuando uno es respetado y considerado da lo mejor de sí. Si hay eso y se apunta a querer ganar, seguramente en un país tan futbolero vas a tener buenos resultados. Hay que tener un buen método y un buen proyecto. A su vez asesorados por un gran entrenador como Tabárez, que por vocación es docente y siempre está transmitiendo, tiene experiencia.
¿Se juntan seguido?
Con Tabárez es diario el contacto, con Verzeri cuando podemos. Lo hice con Aguirre, con Ferrín, con Marcenaro. Incluso hablamos, porque ha quedado algo más que ser compañeros. Todo por la forma en que se trabaja desde lo humano. He aprendido muchísimo.
¿En qué hace hincapié el “Maestro”?
Desde lo general en la tenencia de la pelota. Es difícil, nos ha costado. Algunos equipos muestran mejores características. También en la marca, de la técnica individual, de lo colectivo, de cómo recuperar y dónde o con quién. En lo obvio del fútbol, fundamentalmente el pase. Es el fundamento básico de lo colectivo. Lo primero es pasarse bien la pelota. Parece fácil, pero después en la cancha si vemos las estadísticas cualquier equipo nuestro tiene un porcentaje alto de pases errados. Eso es por la técnica y por una lectura del juego. Da la impresión de que algunos piensan que hay que pasársela al nueve para que convierta y no siempre es la mejor opción.
Uruguay tiene muchos futbolistas y seguro muchos quedan fuera de procesos de selección, a pesar de ser buenos, porque no se los conoce ¿Cómo es reclutar jóvenes para la selección?
Seguro que siempre nos quedan algunos sin ver o sin considerar. En sub 15 hay mucho trabajo de hormiga. Ir a los equipos, al interior o a los colegios o lugares no tradicionales. Eso es largo y pesado. En sub 17 el punto de partida yo lo considero en la sub 15, desde ahí arranco. Según mis gustos, mi experiencia, veo de recambiar o conseguir otras características. Sub 20 también tiene el punto de partida en sub 17 pero se agrega una generación nueva, algunos mayores que no tienen experiencia en selección. Deberíamos mejorar en que haya información de esa generación para ganar tiempo. Entonces hay que ir mezclando y viendo de si los mayores sin experiencia son mejor que los menores con experiencia.
Los jóvenes entrenan a veces con muy pocas pelotas, no tienen agua caliente y cancha para entrenar. ¿Cómo se explica que nos vaya bien internacionalmente con ese desfasaje?
Por eso mismo el trabajo de la selección es largo, hay que revolver. Todo esto que decís impacta mucho, algunos juegan y a otros les cuesta. Con un período de tiempo largo en donde los incorporás y los formas, ganás. Esas condiciones demuestran amor, entonces cuando llegan a tener la chance de estar en un lugar importante sacan a relucir todo lo que cultivaron adentro de cada uno. Más allá de todo lo que podamos decir, lo que tienen nuestras selecciones es que nunca están muertas. Son rivales duros, jueguen o no jueguen bien. Hay un amor propio, un cooperativismo. Esa semilla está plantada en estas dificultades.
¿Preferís seguir en la selección o ir a algún equipo?
Cualquiera de las dos opciones me parecen súper interesantes. La selección juvenil no es para toda la vida. Se agranda el margen de edad mío con el de los gurises y eso no es lo ideal. Es un trabajo lindísimo pero perdés entrenamiento. Trabajamos todo el año pero tenemos poco periodo de competencia. Distinto a trabajar en un equipo con competencia todos los fines de semana, preparar un equipo, planificarlo. Esa es una faceta que se debe tener y que hace años no tengo. Claro que me gustaría.