“No hay un camino a transitar”

Tras diez años en las selecciones juveniles, Fernando Cabrera dijo: “Siento que en la FUBB no tienen las cosas claras para el futuro”.

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Fernando "Hechicero" Cabrera trabajó en las selecciones formativas desde 2004 hasta este 2013.
Fernando “Hechicero” Cabrera dejará de ser el técnico de las selecciones uruguayas formativas tras 10 años vinculado a ellas. PDA entrevistó al entrenador para conocer su experiencia representando a nuestro país durante todos estos años. “Me llamó “Tato” López, quien en aquel momento era el coordinador de las selecciones y me invitó a almorzar”, recuerda Cabrera.

En aquel almuerzo López le ofreció hacerse cargo de la sub 17, cargo que asumió con gran expectativa. “Arranqué con toda la ilusión y no tenía ni un dos por ciento de la experiencia que tengo ahora”, asegura el entrenador quien además dice no sentirse el mismo entrenador ahora que en aquel entonces, en 2004.

Si bien valora el crecimiento, la experiencia y la madurez que ha conseguido, se confiesa sorprendido y orgulloso por la cantidad de llamados que recibió cuando se conoció la noticia de que no seguiría. “El trabajo con jóvenes es ese reconocimiento. Todo es más sano, más puro. Uno muchas veces actúa y aconseja como si fuese un padre. A veces es necesario el rezongo, el tirón de orejas. En este momento me siento reconocido como persona y eso es lo que más me llena y más contento me pone”, reflexiona el “Hechicero”.

En la oficina de la imprenta en la que trabaja, Cabrera recibió a PDA y contestó nuestras preguntas acerca de su trabajo, su experiencia y sus opiniones sobre el camino que la Federación Uruguaya debe transitar para que nuestro básquetbol tenga un constante crecimiento.

¿Cómo trabajaba “Tato” López mientras fue coordinador?

“Tato” no tenía las cosas claras, tenía las cosas recontra claras. Te cuento una anécdota. En 2004, en el primer Sudamericano, la mañana antes del partido había que llamarlo por teléfono. Él sabía quién dirigía y cuál era el estilo del rival. Te decía todo lo que iban a hacer y todo lo que nos convenía a nosotros. Uno escuchaba, tomaba nota y lo guardaba. Te aseguro que llegaba la hora del partido y decías “¿Este loco cómo hace? ¿Cómo sabe?”. Era tal cual. El hombre veía el partido antes.

¿Cómo quedaste a cargo de todos los grupos de selecciones formativas?

Cuando “Tato” decidió irse me dijo que tenía que hacerme cargo de todo. Por suerte la Federación lo entendió así y empecé a hacerme cargo. Siempre estuve rodeado de buena gente, de grandes profesionales, gente de buena madera. Traté de rodearme de esa gente y eso me facilitó el trabajo.

Con respecto a los chicos marcamos nuestras pautas y ellos se fueron acostumbrando. Hay cosas que no se ven y las conocemos nosotros que estamos adentro.  La educación, comportamiento, la imagen, ser respetuosos y formar grandes grupos humanos. Si juzgamos por resultados, en 15 torneos tuvimos 11 podios. A muchos les podrá gustar o no cómo dirijo, pero si hay que juzgar por resultados, están a la vista.

En selecciones formativas ¿lo más importante es ganar?

Depende de la etapa si se buscan resultados o no. Es importante ganar pero hay que hacer otras cosas antes de ganar. No es ganar a cualquier precio. Hay dos lecturas de ganar, la del marcador es una, pero a veces el score dice que perdiste y ganaste en madurez, en crecimiento, en muchas cosas. Esa es otra clase de ganar. Hay generaciones que juegan torneos clasificatorios y en ellas es mucho más importante ganar que en otras, porque si no se corta su ciclo.

En la selección siempre salimos a ganar. Antes se hablaba de salir a hacer experiencia porque los resultados no acompañaban. Nosotros pudimos cambiar eso en base a trabajo. También hubo torneos a los que se fue a hacer experiencia, como algún Panamericano que sabíamos que era muy difícil y se fue a buscar crecimiento.

¿Cómo trabajás la especialización de jugadores que luego no van a seguir jugando en esa posición?

El tema de la especialización lo tiene que trabajar el club. Parece que en la selección los tenemos mucho tiempo, pero la preparación son 40 días para jugar un torneo de una semana. Al chico ahí se lo pone en el puesto donde rinde mejor y habitualmente juega.

Hubo clubes que protestaron por las citaciones de jugadores que son “siempre de los mismos clubes” ¿Qué argumentos das para justificar tu trabajo?

En primer lugar, los que deberían preocuparse y preguntarse en vez de andar protestando estas cosas, son los clubes mismos. Lo primero que tienen que hacer es mirar para adentro. ¿Cómo estamos trabajando? ¿Estamos haciendo las cosas bien o no? ¿Cuántos jugadores de nuestras formativas tenemos en primera? Uno, dos o siempre salimos a buscar afuera. Ahí ya tenemos un parámetro.

Es fácil echarle la culpa al “Hechicero” que no los cita. El “Hechicero” cita a los que considera que son mejores y no le importa la cara, el apellido o el club de donde vengan. Por otro lado, en este proceso se les ha dado oportunidad a todos por igual.

Se llega a una selección de 12 después de haber visto 140 chicos y escuchar las recomendaciones de los entrenadores. ¿Quién va a llevar jugadores que no considere los mejores? No solo me haría daño a mí mismo sino a la selección. Ahí no hay misterio.

¿Qué falta para que el básquetbol crezca a nivel de formativas?

Crecimiento hubo, a nivel de formativas y con respecto a Sudamérica. A nivel Panamericano no salimos del 6° o 5° lugar. En Sudamérica estamos atrás de Argentina y por arriba de Brasil, Venezuela y Chile. Yo noto problemas de falta de intensidad con la que se juega los fines de semana, carencia de hábitos y carencias técnicas. Ahí no deberíamos priorizar el resultado. Uno se tiene que preparar para defender y jugar contra los mejores.

Creo que la diferencia mayor que hemos encontrado en estos años es la física. Sé que los profes trabajan, pero tendríamos que meterle más diente porque es donde hoy en día tenemos más diferencias. No sirve justificarse por la cantidad de habitantes, eso siempre va a ser así. Hay que buscar medios para trabajar y desarrollar físicamente a los chicos.

Algo de lo que creo que estamos carentes es que en la formación faltan y deben haber proyectos individuales porque Pedro no necesita lo mismo que Juan y tiene que haber un espacio para el trabajo de tecnificación individual y para el trabajo físico individual. No todos tienen las mismas necesidades.

Hay una carencia a nivel país que es la educación física a nivel escolar. Si eso no está, ¿cómo vamos a pedirle a los chicos que realicen determinadas acciones si no saben correr o saltar? Ahí es donde hay una brecha mayor entre las selecciones como Venezuela, Argentina, Colombia o Brasil que físicamente siempre son mucho más potentes que nosotros.

¿Cómo compararías este proceso con el de la AUF?

Lo del fútbol lo conozco en forma muy superficial. A lo lejos son más o menos parecidos. Tengo claro que el fútbol tiene otro orden, otra
infraestructura y gente que está full time para eso, no como uno que tiene que trabajar 6 u 8 horas. Es totalmente distinto y se maneja de otra forma.

¿Cuánto se involucran los entrenadores de la selección mayor?

Eso es algo que quedó en el debe, pero no por la falta de voluntad de los entrenadores que estuvieron en selecciones mayores. Es algo que debería haber impulsado la Federación. Las selecciones formativas son como las formativas de un club y el plantel mayor debería tener una comunicación, un trabajo en común y objetivos comunes. Que todos vayan por el mismo camino.

Eso falta, no solo en estilo de juego, sino en las pautas de comportamiento y cómo dirigirse cuando salen al exterior. En formativas no hemos tenido problemas de ninguna clase. Que se escape uno, que no llegue en hora a comer, que no tenga la ropa que corresponde. Nunca hemos tenido esa clase de problemas. Todos esos hábitos deben continuarse en la mayor.

Creo que está en el debe una etapa de transición de formativas a la mayor. Los chicos de formativas dejan de tener participación internacional a los 18 años y tiene que haber con los más talentosos una selección B o grupo de desarrollo para que sigan teniendo esa posibilidad de competir internacionalmente e ir haciendo el cambio de formativas a mayores. Ojalá se haga pronto porque se pierden muchos jugadores en esa etapa.

¿Con Alberto Espasandín al frente de la gerencia deportiva se ha conseguido eso?

No, sinceramente Alberto arrancó con su tarea y evidentemente cuando arrancás con algo nuevo pensás “¿qué ataco primero?”. Él fue a lo que tenía más problemas o era más urgente. Formativas funcionaba bien y Alberto no tuvo casi participación en nuestro trabajo pese a que le informamos permanentemente. Nuestro trabajo siguió igual. No es solo dirigir sino coordinar los entrenamientos, la disponibilidad de cancha, la venida de chicos del interior, qué ropa nos falta, organizar viajes, etc.

¿Por qué se acaba tu trabajo en la selección?

Es algo que vengo madurando con familia y amigos más cercanos. Yo pensaba que este podía ser mi último año. Porque estaba cansado o quería un cambio o veía cosas a futuro que no me cerraban, que me habían desgastado. Cuando me senté a hablar con Ney (Castillo) se lo expresé. De su parte estaban pensando en hacer un cambio y entonces las cosas cerraron.

Tampoco veía que en la Federación tuvieran las cosas muy claras para el futuro o esa es la sensación con la que me quedé en base a lo que me transmitieron. Yo me quedé con esa sensación después de la charla. Capaz que está clarísimo y nadie me las quiso transmitir. Eso es lo que yo percibí.

No hay un camino a transitar. Un camino que sea el más largo pero el más seguro y pagar el precio de eso. Te puedo poner como ejemplo cuando hay una etapa de recambio en una selección mayor, que se juega dos o tres años con jóvenes y los resultados no son los mismos, pero cuando maduran los resultados aparecen pese a que el camino fue más complicado. Me parece que son esas las cosas a las que deberíamos apostar.

¿Te gustaría seguir dentro de la FUBB?

En este momento quiero tomar un poco de distancia, dar un paso al costado. Más allá de que me guste o no, creo que sería útil y podría ser aprovechado no solo en la dirección técnica sino en otros ámbitos. Levanto un teléfono y hablo con gente que otros no tienen la posibilidad de acceder.

En el lugar de ellos yo no desaprovecharía la experiencia de una persona que estuvo 10 años en la FUBB. En esa persona se invirtió tiempo, dinero y formación. Yo no soy el mejor entrenador pero sí soy el que tiene más experiencia a nivel internacional en formativas. Conozco todo el básquetbol del interior como ninguno porque durante 10 años estuve yendo prácticamente una vez por mes a distintas ciudades. Conozco las necesidades que tiene el básquet formativo uruguayo para ser fuerte a nivel internacional y conozco la competencia internacional. Tengo claros los medios y el camino a recorrer para llegar a eso. Yo no desaprovecharía la experiencia de esa persona.
 
¿Cómo te parece que deberían trabajar las selecciones formativas de aquí en adelante?

Ojalá se siga con la línea de los grupos abiertos. Ese fue el secreto que descubrió “Tato”. El grupo de trabajo, los recursos humanos, el apoyo que hemos tenido de Ney a quien le estoy  agradecido. Nosotros no nos podemos preparar como Argentina o Brasil que se juntan 20 días antes y se encierran en un hotel o un centro de alto rendimiento para competir. No nos da. Tenemos que hacer el reclutamiento previo, entrenar en la semana y todo eso para arrimarnos. De esa forma podemos entender por qué estamos por arriba de Brasil en formativas.

¿Los recursos destinados para las selecciones formativas son suficientes?

Por supuesto que desearíamos tener muchísimas cosas, pero para lo que es nuestra Federación y nuestro país, que son pobres, creo que siempre nos han brindado lo mejor dentro de las posibilidades.

Los chicos son distintos a los mayores, con solo decirles que van a entrenar en un grupo abierto o una preselección ya les alcanza. La motivación de estar supera cualquier otra dificultad. Acá tienen mucho más que en los clubes: ropa de entrenamiento, equipier, agua, cereales, frutas, jugos, médico, fisioterapeuta que la mayoría de los clubes no tienen y eso ya es bastante.

Se les ha enseñado que nosotros lo que tenemos es lo mejor y se ha dado con mucho sacrificio y hay que cuidarlo. Somos un país pobre, una federación pobre y un equipo pobre. No tenemos jugadores que ganen un torneo por sí solos o midan 2,07.

Todas esas cosas nos han potenciado y han hecho de nuestras debilidades nuestras fortalezas. La unión, el grupo, el sacrificio, saber que no nos sobra nada. Hay que valorizar desde el agua hasta la ropa, hasta un pase adentro de la cancha. Nosotros no podemos darnos el lujo de tener muchas pérdidas en un partido.

Todos los entrenadores tienen una filosofía que van armando a partir de cómo han vivido. A mí nadie me regaló nada en la vida. Todo lo que tengo y logré lo hice con mucho sacrificio. Empecé a trabajar de noche yendo en bicicleta a un frigorífico cuando tenía 13 años. Nada de lo que he logrado me ha sido fácil, pero lo he disfrutado y me siento muy orgulloso. Esa filosofía de humildad, respeto, de escuchar, de que lo que se consigue con sacrificio vale más, uno lo ha transmitido a todos estos muchachos.