Los niños no mienten y los borrachos tampoco, pero en este caso esto último no tiene nada que ver… A menos que este pebete esté alcoholizado, claro. Resulta que era el cumpleaños de la criatura, un pequeño gran hincha de Real Madrid.

Cuando estaban por cortar la torta decidió abrir un regalo que le trajeron. Como buen niño, su cara de felicidad e ilusión era extrema. Sin embargo, al ver lo que contenía el paquete, cambió radicalmente sus gestos y quedó totalmente desilusionado y empacado.

¿Qué pasó? Los botones de los familiares le regalaron una camiseta de Barcelona, por lo cual el pibe la agarró dos veces, la tiró y quedó con su alma completamente destruida al tiempo que las tías gritaban como locas.

Esta claro que la pasión nace desde el corazón desde muy pequeños y acá queda completamente demostrado. Para peor, una nena le mete los dedos en su torta…

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