
Pantera negra
En las últimas horas falleció uno de los mejores jugadores de la historia, Eusébio. Recordamos su inmensa trayectoria.

Foto: oldschoolfooty.tumblr.com
Eusébio da Silva Ferreira nació el 25 de enero de 1942 en la África Oriental Portuguesa, lo que hoy sería territorio de Mozambique. Tuvo una infancia dura, ya que de muy joven fue huérfano de su padre, murió de tétanos, siendo criado solamente por su madre Elisa.
Practicó el fútbol desde muy joven, comenzando a jugar en el Grupo Desportivo de la ciudad de Maputo con 15 años, y volviendose rápidamente uno de los mejores jugadores de la liga.
En 1960 un equipo de Brasil fue a jugar a África, y al regresar pasó por Portugal donde, al cruzarse con Béla Guttmann (DT de Benfica), le informaron que había un mozambiqueño con enormes condiciones, al cual no habían llevado a Brasil porque consideraban que habían muchos como él. Esto interesó al técnico del equipo luso y contrató al jugador, que a los 18 años pasó a formar parte de las divisiones inferiores del club.
Un año después conformaría el primer equipo y vería ganar a su equipo la Copa de Europa (la ahora llamada Champions League), al vencer al Barcelona en Berna, cortando la racha de títulos europeos del Real Madrid. Peñarol había ganado la Copa Libertadores y ambos equipos debían enfrentarse por el título de campeón del mundo.
En la ida venció Benfica por 1 - 0, mientras que en la vuelta arrollaron los cabroneros por 5 - 0. En tiempos en que la copa se definía por puntos y no por diferencia de goles, restaba definir dónde se debía jugar la tercera final.
Ya que el tiempo apremiaba, dirigentes de Benfica y Peñarol resolvieron jugar la definitiva final dos días después en el Centenario, si los portugueses podían integrar en su equipo un jugador que estaba fuera de la lista, un joven de 18 años llamado Eusébio.
Como no se tenía ningún registro del jugador, los dirigentes carboneros aceptaron y el jugador portugués voló para llegar a Uruguay el mismo día de la final. Los diarios del día lo titulaban "el as bajo la manga" de Guttmann, y la verdad es que le cambió la cara al equipo portugués. A pesar de comenzar perdiendo con gol de Sasía, a los 35 minutos, Eusébio demostró su jerarquía al anotar el empate.
Con ese gol muchos empezaron a dudar si la estrategia desempeñada por los dirigentes carboneros había sido la mejor, pero Peñarol tenía un gran equipo y gracias a un nuevo gol de Sasía, esta vez de penal, ganaría la Copa Interncontinental.
En su debut internacional, Eusébio había asumido la responsabilidad del equipo con tal frialdad que dirigentes cabroneros harían lo imposible años después porque el joven jugador se quedara jugando en Uruguay.
Esa negociación fracasó, Eusébio continuó jugando en Benfica y, un año después de la final perdida con Peñarol, logró el bicampeonato en Europa al vencer con dos goles suyos por 5 - 3 al Real Madrid de Di Stéfano. Al final del partido, el joven portugués buscaría al jugador argentino para pedirle la camiseta, ya que lo consideraba un referente.
Días después de la final, discrepancias en cuanto a lo económico llevaron a Béla Guttmann a irse del Benfica. Gracias al juramento ("Benfica no va a volver a ganar a un título internacional") que el técnico pronunciaría al irse, el club luso entró en una sequía de títulos internacionales que hasta hoy persiste.
Mito o realidad, lo que se sabe es que bajo el liderazgo futbolístico de Eusébio el equipo jugó tres finales de Europa en cinco años, cayendo ante Milan, Inter y Manchester United. Esta última fue bastante traumática, ya que "La Pantera Negra", como era apodada, se perdió un gol en el último minuto antes de irse el partido a prórroga.
A pesar de no poder seguir concretando títulos internacionales, el reinado de Eusébio en Portugal sería total, ganando en 15 temporadas, 10 ligas de Portugal y 5 copas nacionales, anotando 317 goles en 301 partidos.
Esto le valdría reconocimiento internacional al adquirir el Balón de Oro en 1968, siendo primer futbolista de color en adquirir este premio, y la Bota de Oro en 1968 y 1973.
Con la selección de Portugal debutó desde muy joven, llegando a 41 goles en 64 participaciones. Su mejor momento lo vivió durante el Mundial de Inglaterra 1966, donde llevó a la selección de su país al tercer puesto, anotando nueve goles en seis partidos, siendo no solo el goleador del torneo sino la figura del mismo.
Sus actuaciones en ese Mundial pasarían a la historia, principalmente en cuartos de final, donde la selección de Corea del Norte sorprendió ganando 3 a 0 a los 25 minutos. Eusébio no se rendió, y anotó cuatro goles en 30' para que su selección pasara a ganar. Sobre el final del partido, José Augusto le daba el pase definitivo a semifinales a Portugal.
En semifinales le tocó enfrentar a la Inglaterra local y en un duelo de titantes entre Bobby Charlton y Eusébio, salió ganando el local. Charlton anotó en dos oportunidades, mientras que el portugués solamente pudo descontar al final del partido.
Como premio consuelo, venció a la Unión Soviética de Yashin y logró el histórico tercer puesto en un Mundial.
En 1976 abandonó Benfica y viajó por el mundo para jugar por distintos cuadros de Canadá, Estados Unidos, México y Portugal. Sobre fines de 1977 se retiró, con la marca de 733 goles en 745 partidos. La parcialidad del Benfica jamás lo olvidó, realizandole diversos homenajes, entre ellos la construcción de una estatua que está presente en el estadio.
En las últimas horas falleció de un paro cardiorrespiratorio. Se fue uno de los mejores jugadores de la historia.
Practicó el fútbol desde muy joven, comenzando a jugar en el Grupo Desportivo de la ciudad de Maputo con 15 años, y volviendose rápidamente uno de los mejores jugadores de la liga.
En 1960 un equipo de Brasil fue a jugar a África, y al regresar pasó por Portugal donde, al cruzarse con Béla Guttmann (DT de Benfica), le informaron que había un mozambiqueño con enormes condiciones, al cual no habían llevado a Brasil porque consideraban que habían muchos como él. Esto interesó al técnico del equipo luso y contrató al jugador, que a los 18 años pasó a formar parte de las divisiones inferiores del club.
Un año después conformaría el primer equipo y vería ganar a su equipo la Copa de Europa (la ahora llamada Champions League), al vencer al Barcelona en Berna, cortando la racha de títulos europeos del Real Madrid. Peñarol había ganado la Copa Libertadores y ambos equipos debían enfrentarse por el título de campeón del mundo.
En la ida venció Benfica por 1 - 0, mientras que en la vuelta arrollaron los cabroneros por 5 - 0. En tiempos en que la copa se definía por puntos y no por diferencia de goles, restaba definir dónde se debía jugar la tercera final.
Ya que el tiempo apremiaba, dirigentes de Benfica y Peñarol resolvieron jugar la definitiva final dos días después en el Centenario, si los portugueses podían integrar en su equipo un jugador que estaba fuera de la lista, un joven de 18 años llamado Eusébio.
Como no se tenía ningún registro del jugador, los dirigentes carboneros aceptaron y el jugador portugués voló para llegar a Uruguay el mismo día de la final. Los diarios del día lo titulaban "el as bajo la manga" de Guttmann, y la verdad es que le cambió la cara al equipo portugués. A pesar de comenzar perdiendo con gol de Sasía, a los 35 minutos, Eusébio demostró su jerarquía al anotar el empate.
Con ese gol muchos empezaron a dudar si la estrategia desempeñada por los dirigentes carboneros había sido la mejor, pero Peñarol tenía un gran equipo y gracias a un nuevo gol de Sasía, esta vez de penal, ganaría la Copa Interncontinental.
En su debut internacional, Eusébio había asumido la responsabilidad del equipo con tal frialdad que dirigentes cabroneros harían lo imposible años después porque el joven jugador se quedara jugando en Uruguay.
Esa negociación fracasó, Eusébio continuó jugando en Benfica y, un año después de la final perdida con Peñarol, logró el bicampeonato en Europa al vencer con dos goles suyos por 5 - 3 al Real Madrid de Di Stéfano. Al final del partido, el joven portugués buscaría al jugador argentino para pedirle la camiseta, ya que lo consideraba un referente.
Días después de la final, discrepancias en cuanto a lo económico llevaron a Béla Guttmann a irse del Benfica. Gracias al juramento ("Benfica no va a volver a ganar a un título internacional") que el técnico pronunciaría al irse, el club luso entró en una sequía de títulos internacionales que hasta hoy persiste.
Mito o realidad, lo que se sabe es que bajo el liderazgo futbolístico de Eusébio el equipo jugó tres finales de Europa en cinco años, cayendo ante Milan, Inter y Manchester United. Esta última fue bastante traumática, ya que "La Pantera Negra", como era apodada, se perdió un gol en el último minuto antes de irse el partido a prórroga.
A pesar de no poder seguir concretando títulos internacionales, el reinado de Eusébio en Portugal sería total, ganando en 15 temporadas, 10 ligas de Portugal y 5 copas nacionales, anotando 317 goles en 301 partidos.
Esto le valdría reconocimiento internacional al adquirir el Balón de Oro en 1968, siendo primer futbolista de color en adquirir este premio, y la Bota de Oro en 1968 y 1973.
Con la selección de Portugal debutó desde muy joven, llegando a 41 goles en 64 participaciones. Su mejor momento lo vivió durante el Mundial de Inglaterra 1966, donde llevó a la selección de su país al tercer puesto, anotando nueve goles en seis partidos, siendo no solo el goleador del torneo sino la figura del mismo.
Sus actuaciones en ese Mundial pasarían a la historia, principalmente en cuartos de final, donde la selección de Corea del Norte sorprendió ganando 3 a 0 a los 25 minutos. Eusébio no se rendió, y anotó cuatro goles en 30' para que su selección pasara a ganar. Sobre el final del partido, José Augusto le daba el pase definitivo a semifinales a Portugal.
En semifinales le tocó enfrentar a la Inglaterra local y en un duelo de titantes entre Bobby Charlton y Eusébio, salió ganando el local. Charlton anotó en dos oportunidades, mientras que el portugués solamente pudo descontar al final del partido.
Como premio consuelo, venció a la Unión Soviética de Yashin y logró el histórico tercer puesto en un Mundial.
En 1976 abandonó Benfica y viajó por el mundo para jugar por distintos cuadros de Canadá, Estados Unidos, México y Portugal. Sobre fines de 1977 se retiró, con la marca de 733 goles en 745 partidos. La parcialidad del Benfica jamás lo olvidó, realizandole diversos homenajes, entre ellos la construcción de una estatua que está presente en el estadio.
En las últimas horas falleció de un paro cardiorrespiratorio. Se fue uno de los mejores jugadores de la historia.