Saludo obdulista de Año Nuevo

Cómo vivimos las fiestas y nuestros deseos para el año que comienza. Una columna que seguramente no tenga muchos lectores, porque están todos de vacaciones.

ano-nuevo-celeste.jpg
Luego de las fiestas tradicionales, retomamos nuestro contacto con la muchachada obdulista, deseándoles a todos un Año Nuevo lleno de Viejos Valores, mientras nos refrescamos con el turbo a todo trapo.

Menos mal que el esclavo no tiene licencia, sino estaríamos en condiciones de afirmar que los únicos ciudadanos que permanecen en Montevideo son los botijas de PDA y quien les habla.

¿Qué fue del sufrido laburante que veraneaba en abril, cuando ya ni siquiera es verano? Parece que ahora todo el mundo vacaciona en enero, por lo que seguramente nadie lea estas líneas.

Para este nuevo año, pedimos por la vuelta de los jugadores que el pueblo quiere ver con la Celeste, para poder ir a pelearla a Brasil con posibilidades, y si perdemos podamos dejar bien alto el patrio pabellón.

Es por eso que nos alegra tremendamente la vuelta del gran Mario Ignacio Regueiro a nuestras canchas, y esperamos que sea el primero de muchos retornos ilustres. En contrapartida, reprobamos rotundamente la aparición del señor Abreu defendiendo las virtudes de la sunga.

En estas festividades hemos recibido con mucha preocupación las quejas de la gente por los perros y la pirotecnia. Desde este espacio pedimos que vuelvan los perros de antes, que se bancaban las bombas brasileras metidas adentro de una lata para que sonaran más fuerte.

Que vuelvan también las mesas navideñas y de fin de año de antes, donde predominaba el lechón con rusa, el cordero, y no había bebidas light, cerveza sin alcohol ni ensaladas de muchos colores.

También pedimos por la vuelta del tío o el abuelo que se mamaba y aparecía tirado a la mañana siguiente, mientras los padres horrorizados les decían a los botijas que no miraran. Todo eso se ha ido perdiendo, por el fatal avance del metrosexualismo, de la gente que hace dieta durante las fiestas, de los que tienen el calendario celeste colgado en el cuarto, de los reniegan de nuestra esencia.

Como debe ser, en estas fechas hemos escuchado al gran Canario Luna y al histórico Conjunto Casino, mientras por todos lados suena Marántoni o música en inglés.

Saludamos cualquier manifestación de fútbol playero o en su defecto callejero para quemar los alcoholes del 24 y el 31, algo que por suerte aún persiste. Que nunca falten esos guapos obdulistas que desafían al asfalto caliente o la arena dejando la vida en cada pelota, jugando a ganar siempre como en la vida.

También instamos a nuestros correligionarios a seguir luchando por erradicar las sungas y los pechos depilados en las playas orientales.

Compañeros, sabemos que la cruzada contra el metrosexualismo es cosa de todos los días, así que déjense de veranear en La Pedrera y en Punta del Diablo, y vuelvan que sino la cosa no camina.

Miren que el calendarismo avanza inexorablemente y cuando quieran acordar se van a haber transformado, tal vez de forma irreversible. No los queremos ver volver de las vacaciones con collares de coco, anillos en el dedo gordo, pulsera, tobilleras y remeras rosadas.

No nos defrauden camaradas, a seguir adelante en esta reivindicación de los Viejos Valores.

¡QUE VUELVA LA GENTE A MONTEVIDEO, QUE VUELVA LA CELESTE DE ANTES!