
Dando alas
La dinastía Red Bull: una serie de equipos que se extiende por el mundo y pretende conquistarlo. Conocé la historia.

Quizás no exista un partido de fútbol jugado por equipos más opuestos en su concepción de este deporte. Podrá haber clásicos eternos entre rivales que se odien, equipos que representen ideologías totalmente opuestas o territorios que se detestan.
Pero la manera en que St. Pauli encara el fútbol es tan radicalmente diferente a RB Leipzig, que el partido entre ellos es de lo más significativo. Más si tenemos en cuenta que la victoria de St. Pauli compromete el ascenso de RB Leipzig a la Bundesliga.
Ambos son equipos que juegan en la segunda división de Alemania. De St. Pauli de Hamburgo habla esta nota de PDA. Un equipo que trasciende el fútbol, comprometido con el barrio que lo vio nacer y de una solidaridad internacional que lo llevó en el 2005 a hacer la pretemporada en Cuba y en los años ochenta algunos de sus jugadores se unieron a las brigadas de solidaridad con la Revolución Sandinista en Nicaragua.
El domingo, cuando sonaron las campanas de Hells Bells en el Millerntor Stadion, junto a St.Pauli entró RB Leipzig, el mascarón de proa del barco de Red Bull y sus equipos de fútbol.
Si St. Pauli destila identidad por todos los rincones del estadio, los equipos de Red Bull no podrían ser más diferentes. La empresa de bebidas energizantes tiene una aproximación al fútbol que tiene cuestiones a favor y de las otras, pero que no deja ser igual de válida que cualquier otra.
Destapando la lata
Red Bull sale por primera vez al mercado en 1987 y hoy en día tiene presencia en 165 países, cuenta con unos 9 mil empleados y factura por 5 mil millones de euros. Pero lo que caracteriza a Red Bull es su manera de hacer marketing.
En deporte no se dedican simplemente a esponsorizar, sino que involucran a los deportistas en la imagen de la empresa, realizan eventos y hacen una fuerte apuesta a la parte visual.
El fundador de Red Bull, Dietrich Mateschitz, es de origen austríaco, quizá por eso el primer equipo de fútbol que adquiere la empresa en 2005 es SV Austria Salzburg, al que convertirán en FC Red Bull Salzburg.
Convertirlo implicó cambiar los colores del equipo, su escudo, la camiseta y el propio nombre. Mismo camino se recorrió en 2006 en Estados Unidos: Red Bull compró Metro Stars de New York y lo convirtió en New York Red Bull, como lo conocemos hoy.
Pero esto era recién el comienzo. A fines del 2007 Red Bull pone un pie en el fútbol brasileño, esta vez fundando un equipo desde cero. Red Bull Brasil nace en Campinas y desde entonces no ha parado de ascender.
Recorrió todas las divisionales del Campeonato Paulista y esta temporada debutará en la cuarta división nacional. Con la construcción de un centro de formación de atletas con capacidad de alojamiento para 150 personas, Red Bull busca potenciar jóvenes talentos.
Si hablamos de jóvenes talentos futbolísticos, en algún momento tenemos que hablar de África. Y hacía allí fue Red Bull en 2008, fundando Red Bull Ghana en la ciudad ghanesa de Sogakope. Los objetivos de este equipo son puramente de formación, funciona como una gran academia para jugadores de todo el golfo de Guinea.
Siguiendo con el universo Red Bull, en 2012 fundan FC Liefering, también en Austria, el cual funciona como filial de Red Bull Salzburg. Este suele ser el primer paso de los jóvenes talentos captados por el mundo. Liefering es el puntero de la segunda división austriaca y no sorprende que en su plantel cuente con tres jugadores brasileños y cuatro ghaneses.
Energizados
El proyecto más ambicioso de Red Bull y al que le destina mayor presupuesto es el RB Leipzig alemán. En 2009 la empresa austríaca compra la licencia de SSV Markranstädt, un club de Leipzig que militaba en la quinta división alemana.
Comenzó la transformación. Markranstdädt se transformó en un club rojiblanco (los colores de Red Bull), pero hubo un pequeño inconveniente: en Alemania los equipos de fútbol no pueden llevar por nombre el de una empresa, salvo dos excepciones: Bayer Leverkusen (laboratorios Bayer) y Wolfsburg (Volskwagen).
En respuesta le pusieron por nombre Rassen Ballsport Leipzig y, si de las dos primeras palabras que significan "pasto" y "deporte del balón", usamos solo las iniciales llegamos al RB Leipzig, que muchos lo llaman -por error- Red Bull Leipzig.
La maquinaria de los equipos de Red Bull es clara. Las jóvenes promesas salidas de sus academias en Brasil y África harán sus primeras armas en los equipos austríacos, donde también es fácil captar jugadores del este de Europa.
Si los jugadores siguen creciendo tendrán su chance en RB Leipzig, donde actualmente juegan cinco jugadores surgidos en Red Bull Salzburg. Leipzig deberá funcionar como la cara visible de este gigantesco proyecto, ya que estar en la Bundesliga le podrá dar a Red Bull toda la visibilidad que no tiene con los demás equipos.
El lado positivo es que Red Bull le está dando genuinas oportunidades a jóvenes formados en sus academias y, en el caso de RB Leipzig, podrían ser una verdadera alternativa al dominio de los clubes poderosos, ya que a base de billetera podría contar con una plantilla competitiva.
Pero sin duda lo que hace más ruido es la falta de identidad de sus equipos: seis equipos que juegan con la misma camiseta y tienen el mismo escudo.
Por eso el gol de Thy para la victoria de St. Pauli tiene algo de romántico: sacó de los puestos de descenso directo al "equipo del pueblo" y seguramente Leipzig deberá esperar un año más para ascender a la Bundesliga.
Este fin de semana, en un partido de la segunda división de Alemania, el fútbol de los de a pie le ganó al de las empresas y multimillonarios. No es algo que estemos muy acostumbrados a ver.
Así entraron a la cancha St. Pauli y RB Leipzig: