Huevo y fúbol

Uruguay, con golazo del “Huevo” Lozano, venció a México 1 - 0 y se quedó con un oro panamericano por primera vez desde 2003.

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Era quizá la esperanza de obtener una medalla dorada: el fútbol. Y es entendible cuando de los Juegos Panamericanos participan, en el caso de Uruguay, gran mayoría de deportistas no profesionales, siendo quizá una de las excepciones el fútbol.

Pero aún así la celeste no lo había logrado cuando en 2011, en Guadalajara, obtuvo la medalla de bronce. Después del increíble triunfo ante Brasil en semifinales, los de Coito llegaban a la final ante México, rival que los había vencido en la fase de grupos.

Guillermo De Amores; Mathías Suárez, Fabricio Formiliano, Sebastián Gorga, Federico Ricca; Nicolás Albarracín, Gastón Faber, Ignacio González, Brian Lozano; Juan Cruz Mascia y Michael Santos fueron los titulares que saltaron a la cancha para intentar colgarse la dorada.

Facundo Castro ingresó en el entretiempo, mientras que Andrés Schettino y Junior Arias (este último en los descuentos) entraron en el complemento.

Tras un comienzo áspero, de poco fútbol, entreverado, Ignacio González arrancó por el medio, eludió a dos mexicanos y cuando se acercaba al área lo bajaron. Y como ante Trinidad y Tobago, el "Huevo" Brian Lozano se hizo cargo del tiro libre.

Ejecución precisa, superando apenas la barrera, para que se metiera abajo contra el palo zurdo del arquero. Golazo para el 1 - 0 a los 11’.

Y ese gol alcanzó. Si bien en el primer tiempo Uruguay, a diferencia de los demás partidos del torneo, no pudo tener la pelota y jugó demasiado vertical, apurado, salteando el mediocampo y sin hacer pesar a los puntas.

En el complemento, gracias al ingreso de Castro por Mascia, ganó en volumen de juego, hizo entrar más en acción a Santos y pudo aumentar la diferencia.

Eso sí, la tónica común fue el buen trabajo defensivo. Primero, con una pareja de zagueros muy sólida, y con los laterales clausurando las bandas. Después con el trajinar de Faber en el medio  luego con el aporte de los volantes “ofensivos”, que tácticamente tuvieron un rendimiento impresionante.

A lo largo del torneo el equipo uruguayo fue superior a sus rivales en todos los partidos, incluso cuando cayó ante México en la serie. Porque no solo fue tremendamente sólido en defensa (le marcaron dos goles en cinco partidos) sino que además supo defenderse, y atacar, con la pelota.

Para muestra un botón: Uruguay jugó la final con cuatro volantes con muy buen pie, tres de ellos con clara vocación ofensiva. A ellos hay que sumar el torneo de Gorriarán, que no estuvo en el último partido pero que rindió a gran nivel. Uruguay puede jugar a otra cosa si se lo propone.

De esta forma Uruguay vuelve a ser campeón Panamericano de fútbol después de la medalla de oro obtenida en Caracas 1983. Además, Uruguay vuelve a obtener un oro Panamericano después de dos juegos esquivos.

La última medalla dorada la había obtenido el ciclista Milton Wynants en Santo Domingo 2003. Con esta, Uruguay suma 12 preseas doradas en la historia de los Juegos Panamericanos. ¿Se festeja? Sí, ¡sin dudas!.

Mirá el golazo del "Huevo" Lozano: