Vivo por ella
Débora Reis tiene 19 años pero ya tiene decidido que lo primero en su vida es la gimnasia. A poco de ir al Mundial, Débora contó su historia a PDA.
Vivir en Montevideo y viajar todos los días a Maldonado para entrenar no es tarea sencilla. Pero es lo que hace Débora Reis, una chica de 19 años que se puso en la cabeza vivir de la gimnasia y hace lo que sea para conseguirlo.
La gimnasia entró a su mundo casi de casualidad. Su madre era gimnasta, pero ella no lo sabía. Fue a los 7 años cuando, viendo otras niñas en el club al que iba su hermano, le cayó la ficha que ese era el deporte de su vida.
A partir de ahí, en su vida estuvo primero la gimnasia y luego cualquier otra cosa. Así y todo terminó el liceo en tiempo y forma, y el año pasado comenzó un curso para ser -obviamente- técnica en gimnasia.
"Lo tuve que dejar porque me tuve que ir a Estados Unidos a entrenar y no podía seguirlo por Internet. Después lo tendré que volver a agarrar", cuenta.
Su viaje a Estados Unidos fue puntualmente a la ciudad de Houston, donde estuvo cuatro meses. Débora se quedó en la casa de un entrenador argentino y entrenó en su gimnasio con otras chicas de allí. "Estaba todo el día entrenando, estaba buenísimo", recuerda.
Eso le sirvió como preparación para los Juegos Panamericanos de Toronto, a los que asistió este año y tuvo una gran actuación: pasó a la final del all-around (los cuatro aparatos) y terminó en el puesto 21 entre más de 50 competidoras.
Hace cuatro años también podría haber estado en los Juegos Panamericanos de Guadalajara pero, aunque consiguió la clasificación, no pudo participar porque no llegaba al límite mínimo de edad. "Me bajoneé un poco, pero ta, ahora me hubiera puesto peor", confiesa.
Para Toronto tuvo revancha y la aprovechó. Sorteó el Panamericano clasificatorio y también el selectivo que se hizo en Uruguay. En nuestro país ha sido campeona nacional y su objetivo ahora es pelear afuera.
Dentro de dos meses estará en el Mundial de gimnasia en Glasgow. Aunque antes debe juntar la importante suma de dinero necesaria para viajar y hospedarse, ya que se cayó el apoyo con el que contaba y tendrá que recurrir al sustento familiar, el que siempre está.
"Me habían dicho que la plata iba a salir, entonces yo me quedé tranquila, pero después dijeron que no iba a haber nada para mí. Entonces tenemos que ver cómo reunir esa plata en un mes", relata.
En Glasgow, si todo sale bien, se cruzará con las mejores del mundo. "Va a ser impresionante. Van a estar las mejores, mejores, mejores. Es lo mismo que los Juegos Olímpicos", explica con ansias de ya estar allá.
En tamaña cita, su objetivo es ganarse a sí misma. "Poder dar lo mejor de mí, hacer mis series bien, sin caídas y tranquila", son sus prioridades. Y, aunque sabe que es difícil, su otra meta es "clasificar al Preolímpico, que es en abril del año que viene".
Por el momento, su cabeza está en viajar todos los días de Montevideo a Maldonado, entrenar toda la mañana -a veces también de tarde- y seguir mejorando. Sobre las instalaciones del Campus fernandino, dice que "es el mejor gimnasio que tenemos, el más completo".
"Yo tuve un montón de lesiones en la rodilla y en el pie bastante importantes, entonces es preferible siempre caer en superficies blandas, con menos impacto, para no lesionarme", agrega a la explicación de por qué no entrena en la capital.
La otra pregunta que surge es por qué la gimnasia no está tan desarrollada en Uruguay y no hay tantos ni tantas que se dediquen a eso. "Tal vez falte cambiar un poco la cabeza, luchar todos por lo mismo, no tanta competitividad entre los pocos que somos. Tener la cabeza de mejorar y ganarse a uno mismo siempre, y competir contra uno mismo más que contra el otro", fue la respuesta de Débora.
Mirá más fragmentos de la entrevista en este video: