El hombre de hierro
Sebastián Closas está clasificado para la prueba más importante del mundo de Ironman, el triatlón de larga distancia. Conocé su historia.
El Ironman es la versión en larga distancia del triatlón, ese deporte que reúne tres disciplinas en una: natación, ciclismo y corrida. Consta de 3800 metros nadando en aguas abiertas, 180 kilómetros andando en bicicleta y 42 kilómetros corriendo. Una odisea.
Ironman es el nombre de una empresa privada, pero la organización de sus carreras se parece al de cualquier asociación deportiva: tiene competencias a lo largo y ancho del mundo, que sirven como etapas clasificatorias para un evento principal, que equivaldría al "Mundial" de Ironman.
A ese Mundial de Ironman, que se hace todos los años en Hawaii, está clasificado un uruguayo de a pie que vive en Maldonado, es analista de sistemas y trabaja en el Conrad.
Ese uruguayo se llama Sebastián Closas, tiene 38 años y seguramente los fernandinos lo hayan visto alguna vez porque todos los días sale a entrenar. De lunes a viernes hace natación y ciclismo o natación y corrida, y los fines de semana corre y anda en bicicleta. Todos los días, llueva o truene.
Cuando tenía 20 años, nadie hubiera dicho que Closas terminaría en las más altas esferas del Ironman, ni en la de ningún deporte. Es que a esa edad recién corrió su primera San Fernando (10 kilómetros) y, según confiesa, terminó "detonado".
Sin embargo, le encantó la experiencia, empezó a correr esa carrera con frecuencia, fue mejorando sus tiempos y se animó a hacer distancias más grandes. Incursionó en medias maratones (21 kilómetros) y luego pasó a maratones completas (42 kilómetros).
Hace aproximadamente seis años se hizo una competencia de Ironman en Punta del Este y a Sebastián le pintó anotarse. "Fue después de esa carrera que decidí dedicarme al Ironman", afirma.
A partir de ahí, no ha parado. Fue intensificando sus entrenamientos, pasó a trabajar con un profesional y empezó a viajar para participar en competencias regionales. La más importante fue en Florianópolis, en una de las etapas clasificatorias para el Mundial de Hawaii.
Allí, más de 2000 triatletas de todo el mundo peleaban por 70 cupos en la cita máxima del Ironman. Y Sebastián Closas se quedó con una de ellas, batiendo además su propio récord y el récord nacional en la disciplina: 9 horas y 22 minutos.
Ahora tiene que ir a esa gran cita, que es el 10 de octubre, y solventarse importantes costos de inscripción, viajes y alojamientos. Para ello abrió una campaña de financiación colectiva en Campeón de la Gente, a la que podés entrar para ayudar cliqueando acá.
"El nivel es lo mejor de todo el mundo. Es impresionante", así describe Closas lo que piensa encontrarse en Hawaii. De Maldonado a Hawaii, sin otra escala que la dedicación y el empeño multiplicados.
Mirá más fragmentos de la entrevista en este video:
Ironman es el nombre de una empresa privada, pero la organización de sus carreras se parece al de cualquier asociación deportiva: tiene competencias a lo largo y ancho del mundo, que sirven como etapas clasificatorias para un evento principal, que equivaldría al "Mundial" de Ironman.
A ese Mundial de Ironman, que se hace todos los años en Hawaii, está clasificado un uruguayo de a pie que vive en Maldonado, es analista de sistemas y trabaja en el Conrad.
Ese uruguayo se llama Sebastián Closas, tiene 38 años y seguramente los fernandinos lo hayan visto alguna vez porque todos los días sale a entrenar. De lunes a viernes hace natación y ciclismo o natación y corrida, y los fines de semana corre y anda en bicicleta. Todos los días, llueva o truene.
Cuando tenía 20 años, nadie hubiera dicho que Closas terminaría en las más altas esferas del Ironman, ni en la de ningún deporte. Es que a esa edad recién corrió su primera San Fernando (10 kilómetros) y, según confiesa, terminó "detonado".
Sin embargo, le encantó la experiencia, empezó a correr esa carrera con frecuencia, fue mejorando sus tiempos y se animó a hacer distancias más grandes. Incursionó en medias maratones (21 kilómetros) y luego pasó a maratones completas (42 kilómetros).
Hace aproximadamente seis años se hizo una competencia de Ironman en Punta del Este y a Sebastián le pintó anotarse. "Fue después de esa carrera que decidí dedicarme al Ironman", afirma.
A partir de ahí, no ha parado. Fue intensificando sus entrenamientos, pasó a trabajar con un profesional y empezó a viajar para participar en competencias regionales. La más importante fue en Florianópolis, en una de las etapas clasificatorias para el Mundial de Hawaii.
Allí, más de 2000 triatletas de todo el mundo peleaban por 70 cupos en la cita máxima del Ironman. Y Sebastián Closas se quedó con una de ellas, batiendo además su propio récord y el récord nacional en la disciplina: 9 horas y 22 minutos.
Ahora tiene que ir a esa gran cita, que es el 10 de octubre, y solventarse importantes costos de inscripción, viajes y alojamientos. Para ello abrió una campaña de financiación colectiva en Campeón de la Gente, a la que podés entrar para ayudar cliqueando acá.
"El nivel es lo mejor de todo el mundo. Es impresionante", así describe Closas lo que piensa encontrarse en Hawaii. De Maldonado a Hawaii, sin otra escala que la dedicación y el empeño multiplicados.
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