Llueva o truene

Martín Oliver, multicampeón nacional de triatlón, presente en Panamericanos y eventos mundiales, contó su historia de sacrificios a PDA.

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Nació en Dolores, departamento de Soriano. "Pero si me preguntan de dónde soy, soy de Maldonado", aclara enseguida. Es que Martín Oliver se fue de su ciudad natal a la capital fernandina cuando apenas tenía 2 años. Y no se movió más.

Hoy en día tiene 24 y, si le preguntan a qué se dedica, la respuesta es a hacer deporte. En verano trabaja de guardavidas y el resto del año lo ocupa a entrenar full-time una disciplina que es muy demandante: el triatlón.

El triatlón es un deporte que combina carrera, ciclismo y natación. Y, según él, para ser competitivo hay que acumular 6 años de entrenamiento fuerte. Fuerte de verdad.

Martín no tiene días de descanso: hace natación de lunes a sábado; ciclismo de lunes a sábado (excepto los viernes); y corre de lunes a domingo (salvo martes y sábado). Todos los días tiene algo.

Al principio su pasión era solo la natación, de hecho se volcó al triatlón tras su frustrado ingreso al plantel del Campus, pero ahora ya se apasionó por todo.

Cuando tuvo la chance de ser entrenado por Santiago Moyano, su actual entrenador, no la desaprovechó. "Me hizo un plan de un mes, y me dijo: "Si cumplís todo el plan, te entreno". Y yo hice más de lo que me mandó, por las dudas", recuerda.

El sacrificio dio sus frutos y actualmente lleva cuatro años consecutivos siendo campeón nacional, además de haber clasificado a los dos últimos Juegos Panamericanos (Guadalajara 2011 y Toronto 2015).

A ambos llegó clasificando por ranking, no por invitación ni por cupo, algo que él valora especialmente. Los puntos para el ranking los tenía que sumar en competencias internacionales, a las que se encargó de viajar para conseguir su objetivo.

Ahora su meta es clasificar algún día a unos Juegos Olímpicos. Para eso también tiene que sumar puntos a nivel internacional, pero en eventos de mayor jerarquía. Martín asume que "es bastante complicado estar en Río", pero ni ahí se da por vencido. "No está muerto quien pelea", afirma.

La lucha parece ser una de sus cualidades. En Toronto 2015 no obtuvo el resultado esperado, pero se destacó por haber llegado a la meta pese a haber tenido una mala actuación en la parte de natación. "A pesar de las adversidades de la carrera se pudo sacar adelante y no fue un resultado horrible, fue bastante decoroso", analiza en perspectiva.

Pero esto sigue. "Ahora vamos a estar tres meses de período general, haciendo base y entrenando bien. Y después tratamos de competir internacionalmente cada un mes", cuenta Oliver, que por la cantidad de viajes y la dedicación que implica el triatlón no ha podido continuar con sus estudios terciarios.

Martín ha llegado ha participar en los eventos más importantes de triatlón del mundo, los que él compara con los Grand Slam y los Masters del tenis. Pero sin embargo, aunque integró un equipo de la Unión Internacional de Triatlón y eso le costeó varios pasajes, en Uruguay no recibe apoyo estatal.

El marketing y las relaciones con las empresas no son su fuerte. Martín es natural y abre las puertas de su casa llena de trofeos y reconocimientos, con una sencillez casi estereotípicamente uruguaya.

Mirá más de la entrevista en este video: