Como siempre, Defensor Sporting es uno de los animadores de la Liga Uruguaya. En el arranque de esta temporada le tocó perder dos partidos (ante los dos candidatos), pero ganó otros cuatro y es casi una fija que estará en la Súper Liga.

Su capitán, Federico Álvarez, está teniendo menos minutos de lo habitual ya que pasó a ser suplente, pero sigue siendo importante viniendo desde el banco y ya es un símbolo del club y del proceso de Jauri. Con él habló PDA tras la victoria ante Bohemios.

¿Cómo has visto al equipo los primeros partidos?

Obviamente que aún es un equipo al que le falta aceitarse. En el quinteto titular, hay tres distintos jugadores que la temporada anterior: Martín (Osimani) y los dos extranjeros. De todos modos, de los seis partidos que jugamos, solo perdimos los dos que, en los papeles, podíamos perder.

Creo que Malvín y Hebraica están un escalón por encima del resto. Malvín porque es el último campeón y prácticamente repite el equipo que logró el campeonato. Hebraica porque a la base que mantiene de hace varios años, le sumó a García Morales.

Nombraste a Osimani, que sin duda es la novedad de Defensor Sporting este torneo ¿Qué diferencia notás que le aporta el equipo?

Sobre todo experiencia y liderazgo, tanto en el grupo como en lo técnico y táctico. Además, al tener un cuerpo técnico al que conocemos desde hace años, y que ya sabemos qué nos puede dar, la llegada de Martín suma una mirada distinta a la que ya estamos acostumbrados, y eso enriquece mucho.

¿Qué ventajas tiene tener el mismo director técnico desde hace tantos años?

Para los jugadores viejos, los que hace más tiempo estamos en el club, facilita mucho. Tanto Marcos Cabot como yo, por ejemplo, no necesitamos que se nos esté arriba, ya que Gerardo (Jauri) sabe qué podemos dar y nosotros sabemos qué espera de nosotros.

Hay confianza y se puede hablar con él, lo que hace que cuando haya un error sea más fácil de corregir. Quizás en un equipo dónde el técnico sea nuevo, sea más difícil ponerse de acuerdo.

Este torneo tienen un plantel más largo que otras temporadas, y sobre todo muchos jugadores perimetrales, lo que te hace tener menos minutos ¿Cómo tomás esta realidad?

Si bien es cierto que los últimos años fui titular, con la llegada de Osimani se me planteó de arranque que Marcos iba a jugar de ayuda base, se traería un extranjero alero, y yo pasaría a ser suplente. Esto me afecta solo en la cantidad de minutos jugados, pero a la vez me da la tranquilidad de que ayuda a que el equipo se potencie.

Los jugadores que vinieron son de calidad, y no es que se hayan traído jugadores porque sí. Prefiero jugar menos minutos y salir campeón, que jugar en un cuadro todo el partido y pelear el descenso.

Más allá de un Metropolitano en Verdirrojo, jugaste siempre en Defensor ¿Nunca te planteaste ir a otro equipo? ¿Por qué has decidido quedarte siempre?

Más que nada por la comodidad. Llegué a Defensor a los siete años, soy hincha y tengo muchos amigos en el club. Además, siempre quisieron contar conmigo, lo que valoro mucho. Si bien esta temporada me dijeron que si tenía una oferta que me tentara no me iban a hacer problema, preferí quedarme.

Es muy difícil cambiar luego de haber estado mucho tiempo en el mismo lugar. A su vez, creo que tenés que estar muy seguro para tomar la decisión de realizar un cambio, y al estar tan cómodo en Defensor, probablemente fuese para peor.

¿Cuánto más tiene Federico Álvarez para dar, que lo que ha mostrado estos años de carrera?

Siempre hay para mejorar. Creo que al ser Defensor un equipo con los roles tan definidos, es muy difícil salirse del libreto y tomar ciertas responsabilidades. Quizás, si estuviese en un cuadro en el que asumiera más responsabilidades, podría demostrar un poco más.

¿Para qué creés que está Defensor Sporting esta Liga?

Ser campeón siempre es el máximo objetivo, pero en este momento no tenemos que olvidarnos que somos un equipo en formación. Venimos de jugar un gran partido contra Bohemios, pero también nos costó una vida ganarle a Larre Borges. Por tanto, creo que primero tenemos que plantearnos objetivos cortos, como encontrar mayor solidez. Recién ahí se podría apuntar a más.