
Un tractor amarillo (y negro)
Nahitan Nández y su tremendo despliegue fue de lo mejor del clásico. Conde en Nacional también fue figura. Repasamos rendimientos.

En un clásico de mucha marca y poco fútbol, el que se destacó fue Nahitan Nández. Un titán en la mitad de la cancha, muy veloz para marcar, hacer los relevos y ganar cada pelota dividida.
El juvenil estuvo por todos lados y, salvo un par de malas entregas, hizo todo bien. Impactó su capacidad de tirarse al piso a marcar, siempre con buen "timing", y levantarse ensguida para seguir corriendo. Una máquina.
Sin tanto recorrido, pero cumpliendo una buena tarea, Santiago Romero y Gonzalo Porras hicieron lo suyo en el medio de Nacional. El "Colo", además, aportando en ataque y colgando del ángulo un derechazo.
La otra gran figura de Nacional fue Esteban Conde. En el primer tiempo tapó dos mano a mano clarísimos y en el segundo tiempo siempre reaccionó bien cuando lo probaron. No tuvo nada que hacer en el gol.
Las defensas de ambos equipos dejaron más dudas que certezas. Marcando, el mejor del fondo tricolor fue Diego Polenta, solvente, atento y expeditivo. Proyectándose, Jorge Fucile tuvo algunos buenos pasajes, pero no mucho más que eso.
En Peñarol, Emilio Mac Eachen dejó en claro que no es lateral, ya que no tiene oficio para ser salida clara ni para desbordar. En ese rubro cometió errores, pero en la faz defensiva hizo un muy buen trabajo, anticipando muchas veces.
Luis Aguiar y Diego Forlán, con un par de pincelazos cada uno, dejaron su huella, pero Peñarol necesitaba mucho más de ellos. Ni que hablar de Ifrán y Zalayeta, ambos muy peleados con la pelota, sobre todo el capitán, bien sustituido.
Iván Alonso tampoco tuvo una buena tarde en Nacional. El goleador puso una buena descarga para "Papelito" en el gol tricolor, pero luego fue absorbido sin mayores problemas por el fondo aurinegro. Justo es decir que siempre jugó de espaldas y nunca le dieron una buena bola para definir.
Sebastián Fernández fue lo mejor de Nacional en ataque, dentro de un panorama bastante pobre. Dos o tres desbordes, uno de los cuales terminó en gol, le alcanzaron para crear peligro.
De los que entraron en el segundo tiempo, Albarracín y Luque salvaron con buena nota. Sin ser ninguna maravilla, ambos aportaron cosas que el equipo no tenía y le hacían falta, como el pase limpio del ex Wanderers y la velocidad del argentino.
El suplente de Nacional que tuvo más minutos fue Amaral, que no pudo incidir en el juego como es capaz y casi no le salió ninguna. Cabrera casi no entró en acción y Barcia menos.
El juvenil estuvo por todos lados y, salvo un par de malas entregas, hizo todo bien. Impactó su capacidad de tirarse al piso a marcar, siempre con buen "timing", y levantarse ensguida para seguir corriendo. Una máquina.
Sin tanto recorrido, pero cumpliendo una buena tarea, Santiago Romero y Gonzalo Porras hicieron lo suyo en el medio de Nacional. El "Colo", además, aportando en ataque y colgando del ángulo un derechazo.
La otra gran figura de Nacional fue Esteban Conde. En el primer tiempo tapó dos mano a mano clarísimos y en el segundo tiempo siempre reaccionó bien cuando lo probaron. No tuvo nada que hacer en el gol.
Las defensas de ambos equipos dejaron más dudas que certezas. Marcando, el mejor del fondo tricolor fue Diego Polenta, solvente, atento y expeditivo. Proyectándose, Jorge Fucile tuvo algunos buenos pasajes, pero no mucho más que eso.
En Peñarol, Emilio Mac Eachen dejó en claro que no es lateral, ya que no tiene oficio para ser salida clara ni para desbordar. En ese rubro cometió errores, pero en la faz defensiva hizo un muy buen trabajo, anticipando muchas veces.
Luis Aguiar y Diego Forlán, con un par de pincelazos cada uno, dejaron su huella, pero Peñarol necesitaba mucho más de ellos. Ni que hablar de Ifrán y Zalayeta, ambos muy peleados con la pelota, sobre todo el capitán, bien sustituido.
Iván Alonso tampoco tuvo una buena tarde en Nacional. El goleador puso una buena descarga para "Papelito" en el gol tricolor, pero luego fue absorbido sin mayores problemas por el fondo aurinegro. Justo es decir que siempre jugó de espaldas y nunca le dieron una buena bola para definir.
Sebastián Fernández fue lo mejor de Nacional en ataque, dentro de un panorama bastante pobre. Dos o tres desbordes, uno de los cuales terminó en gol, le alcanzaron para crear peligro.
De los que entraron en el segundo tiempo, Albarracín y Luque salvaron con buena nota. Sin ser ninguna maravilla, ambos aportaron cosas que el equipo no tenía y le hacían falta, como el pase limpio del ex Wanderers y la velocidad del argentino.
El suplente de Nacional que tuvo más minutos fue Amaral, que no pudo incidir en el juego como es capaz y casi no le salió ninguna. Cabrera casi no entró en acción y Barcia menos.