Conciencia de clase

Santiago "Bigote" López conversó y reflexionó sobre los problemas del fútbol uruguayo. Se refirió a dirigentes, Tenfield y la pasividad de sus colegas más famosos.

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Santiago "Bigote" López reflexionó sobre la conciencia colectiva entre sus colegas.
Referente de VIlla Española, en el partido disputado poco tiempo atrás contra Progreso, Santiago "Bigote" López fue elegido como la figura del partido. Cuando la televisión le realizó la entrevista de rigor, él optó por poner sobre la mesa los temas de salario digno y mejores condiciones de trabajo para sus colegas.

Bigote lidera, junto a otros futbolistas, un nuevo grupo de trabajadores que trabaja dentro de la Mutual para luchar por las condiciones de empleo que son necesarias. Ese grupo consiguió semanas atrás, que todos los planteles mostraran pancartas con reclamos para sus clubes cuando salieron a la cancha. 

Hace algunos meses, PDA conversó con López que nos recibió en su casa, luego de ir a buscar a su hija a la escuela. Sin filtro, Bigote se refirió a los problemas de fondo que él entiende predominan en el fútbol uruguayo. Esta entrevista, al igual que la charla con Agustín Lucas, fue publicada en el marco de un informe de gremialismo y deporte, para la revista digital "La Fatídica", exclusiva para los abonados al Club de Socios de PDA. Hoy compartimos con ustedes lo más destacado de aquel diálogo.



¿La Mutual es representativa de los jugadores?

Dentro del fútbol está La Mutual, que es como la monarquía, la que manda, que entre comillas nos ayuda. Pero lo que nos pasa a los jugadores de fútbol es que cuando hablamos de la Mutual no creemos que somos parte. Entonces decimos “la Mutual no nos ayuda” y la Mutual somos nosotros. Es difícil en el fútbol unirse para pelear ciertas cosas. Se nos complica, no sé porque. De mi parte por ejemplo, me preocupo por los que tengo cerca, pero no organizo movilizaciones. 

Nosotros dejamos que la Mutual haga y deshaga como a ellos les parece, pero porque a nadie le interesa lo que pasa. Solo nos interesamos cuando no cobramos y reclamamos. En el ambiente de vestuario nadie habla de la Mutual, nadie habla de lo que hace la Mutual. El vestuario es jugar a la pelota y que pase lo que pase. 

El fútbol está igual que la dirigencia: Peñarol, Nacional y después todo el resto. En la Mutual en una reunión vale más una opinión de un jugador que haya jugado en Peñarol o Nacional, aunque tenga poco fundamento. Y la opinión de uno que juega en Villa Española aunque tenga mayor fundamento pesa mucho menos. 

¿De quién es de la responsabilidad de sentir que la Mutual es ajena?

De ambas partes. En realidad la Mutual somos los jugadores, la Mutual soy yo. Es como dice Agarrate Catalina, “si vos no cambiás algo, no cambia nada aunque tu presidente sea Fidel”. Nosotros le exigimos mucho a La Mutual y no nos exigimos a nosotros mismos. Yo lo que intento cambiar es mi club. Con mis compañeros es “no firmes por menos del [salario] mínimo”; capaz viene alguno y me dice “no puedo, tengo que firmar igual”. Entonces intento ayudar, no me desligo y lo mando a la Mutual. “Vamo’ arriba” entre nosotros, en la cortita tratar de solucionar.
 
Yo ya le planteé a la Mutual hace tiempo que no funciona este sistema. No funciona que vos me plantees un mínimo en un mercado que no hay plata y yo me tengo que pelear con un dirigente que no tiene plata. No funciona. Si vos me ponés un mínimo hacéselo saber al dirigente y desligame la responsabilidad de a mí, como jugador, pelearme con el dirigente por una plata que no tiene. Yo lo que planteo es que la plata vaya directo a la Mutual y que me la haga llegar a mí. 

Si no, pasa que el dirigente ofrece que puede pagar 5 mil. ¿Entonces qué hago? ¿No juego más al fútbol? Lo que le pasó a los pibes de Progreso, ¿hoy en día qué pasa? ¿Hay una revolución por eso? No hay nada. Los pibes se quedaron sin jugar, la están pasando mal y Progreso sigue jugando. El que pierde siempre es el jugador. 

La solución para mí es que los sueldos mínimos que la Mutual plantea, los clubes lo depositen ahí. Está bien que los jugadores tienen que tener la responsabilidad de hacer respetar sus derechos. Pero yo capaz que después de 14 años jugando me hago respetar, pero un gurí de 17 años que arranca con la ilusión de jugar en Europa, de llegar a la A y le dicen “firmá esto si no, no jugas más”, va a firmar. Un jugador joven no se puede hacer respetar, porque a la hora de hacerlo ¿qué paso? Mitchel Duarte se fue a jugar al fútbol del Interior y Progreso sigue jugando. 



¿Te ha pasado a vos de pelearte por sueldos?

Un montón de veces. Mi primer sueldo de futbolista fue 1200 pesos con aportes a BPS de 500; agarraba 700 pesos. Pero no había un sueldo mínimo. Me ha pasado de que me quieran pagar en mano menos que el mínimo y me tuve que cobijar en los jugadores grandes para ver cómo actuaba. También pasa que tenés que saber cuan prestigioso sos en el plantel, qué capacidad de pararte de mano tenés, si no te tenés que ir. No te queda otra. Me pasó eso alguna vez, pocas, ahora de grande ya no te pasa. 

¿Los dirigentes abusan de los jugadores o hay casos en que verdaderamente no tienen plata para afrontar los compromisos?

Hay un poco de las dos. Si yo quiero ser dirigente en el fútbol uruguayo tengo que tener plata. Ha pasado en todos los clubes que los dirigentes que no tienen plata terminan fundiendo a los clubes. 

Subo ocho pibes, les pago tres mil pesos, traigo 10 grandes, les pago el mínimo, uso la plata que me llega de la AUF y ya me da para cubrir el año. No es la idea, estás viviendo con lo que no le pagás a los pibes de abajo. Se abusan por un lado, pero también es una forma de tirar un salvavidas para que no muera el club. 

¿El futbolista siempre recibe las críticas?

Vivimos en un país futbolero y todos hablamos de fútbol. Siempre decimos: “el jugador de fútbol es un analfabeto, no sabe hablar”. Pero no se dice tanto que los periodistas siempre preguntan lo mismo. Hay algo en la sociedad que hace que el fútbol uruguayo seamos todos, todos somos jugadores, técnicos y todos somos vivos.
 
Por otro lado suele haber una doble moral: al jugador de fútbol se lo puede insultar desde afuera pero si yo agarro la pelota y miro a uno con cara de malo estoy generando violencia. También veo que los jugadores prestigiosos no se ponen la camiseta para defender a jugadores más humildes. La indiferencia con lo que pasó con Mitchel Duarte es tremenda. 

Creo que hay que tener más integración de parte de la Mutual pero también de parte nuestra. El fútbol uruguayo es muy rápido, los pibes no pasan ni dos años en Uruguay que ya se van y los que quedan a veces la pasan mal y descreen de todos. Imaginate que un pibe con 18 se fue, capaz que ni sabe que había un gremio acá. El que se entera es al que le pasa algo. 

Siento que a nadie le importa lo que pasa en el fútbol, solo importa jugar. Y mis 14 años de carrera me han demostrado que el ganar es todo. Y cuando pasa eso, se gana a cualquier precio, entonces pasa que si no le pagás el sueldo al jugador, no le importa mucho: él quiere jugar el fin de semana. Nadie se va a preocupar por el otro. 

Jugar a cualquier precio tampoco da. Jugamos contra Rampla la primera fecha (del Apertura de la B), las dos pelotas que tenían se fueron de la cancha y las afanaron, y tuvieron que presentar pelotas del año pasado. El juez lo permitió, pero si no tenés ni siquiera dos pelotas nuevas, no podés jugar. Está todo bien con el folklore pero es una falta de respeto, si no tenés tres pelotas para jugar un partido no podés jugar ni ser profesional.



¿Qué habría que hacer para tener clubes más sustentables?

Yo siempre me cuestiono si es que el fútbol uruguayo no da plata o alguien se la lleva. El fútbol está comandado por Tenfield que hace lo que quiere, arma los calendarios como quiere, juega cuando quiere. La plata va para un lado solo, el capitalismo imprime eso, para que haya un rico tiene que haber varios pobres. Un jugador de fútbol no puede ganar 15 mil pesos si un par de zapatos cuesta 5 mil. 

Yo lo critico un poco al jugador de fútbol de ahora, la tecnología lo sobrepasó. Fotos todo el día, no le importa más nada que el celular. El fútbol te vende que es plata, y no siempre ganás plata. Se puede andar por el fútbol sin ser Suárez o Cavani. De la boca para afuera es “quiero jugar al fútbol” pero para adentro es “quiero hacer plata”, y detrás de la plata las mujeres, autos, etc. 

El ego en el fútbol es complicado, es muy afilador el fútbol. Por eso pasa que la mayoría luego de retirarse sigue vinculado de alguna manera. 

¿Sabés la conciencia que puede generar que se pare Suárez adelante de una cámara y hable del conflicto en Siria? No te digo que se va a acabar el conflicto, pero los gurises que lo tienen de ídolo miran y por lo menos se percatan de que es una locura. 
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* Entrevista publicada en el marco de un informe sobre el gremialismo en el deporte, en la revista digital La Fatídica (número 2, diciembre 2015). Para leer todos los contenidos de la revista, suscribite al Club de Socios de PDA.