"La Mutual son ustedes"
Fabián Pumar, presidente de la Mutual de futbolistas, habló de la falta de apropiación de sus colegas y de las carencias del gremio.
Fabián Pumar en la Mutual de Futbolistas Profesionales.
En el número de diciembre de la revista digital La Fatidica, publicamos un informe sobre gremialismo y deporte para el que entrevistamos a figuras de distintas disciplinas. Fue así, recogiendo información al hablar con los implicados, que tomamos conocimiento de que la Mutual Uruguaya de Futbolistas Profesionales (MUFP) es la referencia para cualquier gremio de deportistas. Su primer presidente fue Enrique Castro en 1946 y sus estatutos fueron la referencia para la mutual de ciclistas y la incipiente BUA (Basquetbolistas Uruguayos Asociados).
Anteriormente publicamos las entrevistas con "Bigote" López y Agustín Lucas. En esta ocasión, publicamos un fragmento de la entrevista con Fabián Pumar, presidente de la MUFP. Pumar se refirió entonces al funcionamiento de la Mutual, a los problemas de fondo del fútbol uruguayo y a la degradación que sufre el futbolista de parte de la sociedad.
En algún momento dijiste que el que firmaba y cobraba menos del mínimo era un traidor. ¿Lo dijiste así? ¿Lo sentís así? ¿Cómo es la situación en torno a esas circunstancias donde hay jugadores involucrados?
Sí, te aclaro. La palabra “traidor” hace tiempo no la uso, desde que estoy acá y aprendí un poquito. Los primeros años que estuve acá sí la usé. Después dejé de utilizarla porque me parece muy agresiva, y puesta en la realidad, viendo la realidad de todos los futbolistas, aprendiendo acá, no hay traiciones. Sí hay muchísimas necesidades y gente que juega con eso y expone a los futbolistas a esa situación. Yo creo que en el caso específico de los jugadores de Progreso (Duarte y Giordano, que se negaron a cobrar menos del mínimo), fueron víctimas de una situación y de un sistema que, primero que nada, nosotros no hemos podido combatir.
¿Creés que desde el entorno, desde los futbolistas como colegas, compañeros de su club o de otros equipos, estos jugadores recibieron el apoyo necesario? Por ejemplo, en declaraciones frente a los medios, que se solidarizaran con ellos.
Sí, hay un apoyo bastante intangible a la vista de todos, pero nosotros lo percibimos acá diariamente con los colegas que vienen. Ni que hablar de la pancarta que elaboraron Villa Española y Miramar Misiones en ese partido (Apertura 2015 de la B), tuvieron el apoyo público de esos dos planteles.
¿Por qué no vemos jugadores de Primera, referentes, cuya palabra tiene mucha fuerza frente a una cámara de televisión, después que termina un partido dedicarle unas palabras a colegas suyos?
Muchas veces porque no parte del periodista o quizá no es de interés cuando te parás frente a una personalidad de esas tan fuertes para el entorno del fútbol. A veces hay otras preguntas que priman, y es real que el futbolista en ese momento no se da cuenta, me imagino, pero sabemos que lo siente por dentro. Estaría bueno que alguien les preguntara sobre las actitudes que tomaron sus colegas y estoy seguro que no tendrían más que palabras de agradecimiento para la profesión.
¿Falta, como al momento de no dar apoyo públicamente, una conciencia de clase, del colectivo? ¿No se entiende que comparten los mismos derechos?
Creo que está sobre la mesa el tema de los derechos. Creo que si le preguntás al compañero que se está cambiando al lado sabe, es fácil de interiorizarse. ¿Qué pasa? Hay muchas veces –el otro día lo escuché en la reunión que tuvimos con futbolistas- que se dice “a mí 8 mil pesos me sirven”; “Yo vivo en condiciones que ustedes ni se imaginan”. Luego averiguamos y es verdad. “A mí esos 8 mil pesos me sirven y voy a reclamar, no voy a regalar un peso. Pero yo necesitaba jugar, y si lo que había ahora eran 8 mil, dale”. Uno entiende que ningún jugador quiere ganar menos, siempre va a querer ganar más, como cualquier trabajador.
Pero está eso también de la falta de conciencia colectiva. Yo creo que ahí estamos fallando como Mutual, en ese trabajo que es la concientización del futbolista, el asesoramiento directo. Ir a los planteles y no esperar que surja el problema para que el futbolista venga, sino recorrer. Hoy cada seis meses varía el 60% de los planteles, cada vez hay más jóvenes, y tenemos que apuntar a generar conciencia en ese que está subiendo. Y ahí nos cuesta. Creo que estamos fallando como Mutual en las recorridas de los planteles. Eso es fundamental.
Existe una especie de disociación entre el futbolista y la Mutual. ¿Qué se puede hacer para revertir eso?
Se toma como que la Mutual fuera un Ministerio de Trabajo, por ejemplo. Yo creo que no, que este es tu sindicato. La Mutual a veces acciona como un Ministerio, porque vos venís, hacés el reclamo laboral acá, nosotros mismos te lo seguimos y te lo hacemos cobrar. Dejamos de ser el sindicato que te asesora y te deja en las manos del Ministerio.
Es verdad, me ha pasado con jugadores de mucha trayectoria, uno con quien tuve una discrepancia en una asamblea a fin de año, que me dijo “porque ustedes, la Mutual”. Yo dije “la Mutual son ustedes, nosotros somos la directiva, vamos a seguir lo que esta asamblea diga”. Cuando dijo “ustedes la Mutual”, me sonó fuerte porque parecía que nos daban toda la autoridad y la potestad para trabajar pero como a distancia. Igual, en ese caso era un jugador de cuadro grande que por lo general son los que menos precisan de la Mutual. Pero sonó un poco fuerte la manera en que me lo dijo.
Agustín Lucas habló de la necesidad de que dentro de cada plantel haya delegados. ¿Existen, hubo experiencias similares?
Los hay, para nosotros los hay. Nosotros tenemos gente, imagino como en todo ámbito gremial, que sentimos son delegados. Pero el delegado en realidad lo debería plantear el propio plantel. No sé si se está haciendo. Antes se hacía: arrancábamos el año diciendo “vos y vos son los delegados” para ir a la Mutual, pero también eran los que peleaban los premios.
¿Ustedes piden que eso exista año a año?
No, nosotros indirectamente citamos, cuando hacemos la reunión de delegados previa a cada torneo, dos o tres futbolistas por plantel que creemos son los que están más en condiciones por su moral, por la manera de comportarse a lo largo de su carrera; más que nada jugadores referentes que sabemos que van a trasladar las problemáticas y las inquietudes a los planteles. No podemos citar a un pibe que sabemos que al otro día no te va a armar una reunión de vestuario.
¿Se trabaja a nivel de juveniles, o al menos en las últimas etapas antes de Primera, para informar de los derechos que tienen, de que integran la Mutual?
Como Mutual no. Yo siento que eso partía desde los propios planteles. Cuando yo subí a Primera tenía dos o tres jugadores grandes que eran los que te decían más o menos por donde tenía que circular mi profesionalismo. Pero esto tendría que ser, haciendo un mea culpa, nosotros directamente con los planteles. Ir 15 o 20 minutos por semana de un plantel a otro, meternos en el vestuario y charlar. Visitar y concientizar un poquito.
¿Le falta fuerza a la Mutual institucionalmente para presionar, para trabajar respecto a estos temas? Quizá, plantear un paro dentro del fútbol, o alguna medida más fuerte que pueda generar conciencia.
Tenemos un estatuto que es el quinto mejor a nivel mundial reconocido por la FIFPro (Federación Internacional de Futbolistas Profesionales). Acá venís, reclamás y ganás. Tenés libertad de movimiento, reclamos salariales, libertad en el período de pases. El tema es cuando el futbolista no viene por otros intereses, porque está por renovar el contrato y no quiere entrar en conflicto con el club. El tema es cuando venís muy sobre la fecha y a los tribunales no les da por la cantidad de reclamos: este año hicimos 1300.
Con el tema del paro o la huelga, debemos ser muy cautelosos. Es algo que está en la Constitución, es algo que podemos hacer libremente. Pero hay que ver el motivo, qué hicimos para llegar a esa decisión (yo creo que hay que agotar todos los recursos para llegar a esa decisión). Normalmente acá se arreglan todos los temas antes de llegar a esa medida. Y también los perjuicios para el resto del colectivo. Hay veces que un jugador o un plantel, porque no vino y reclamó en tiempo y forma, después dice “hay que parar todo”. No, porque hay veinte clubes que vienen cumpliendo. El hilo es muy fino, hay que ser muy inteligentes y agotar todos los recursos para llegar a una medida extrema, y además después que empezás con eso, terminás parando a la Selección, eso lo tenemos claro.
Lo que interpretamos de esto es que si ustedes tienen un mensaje para los futbolistas es que si ellos reclaman, ganan.
Si reclaman en la Mutual ganan. Acá si venís el 11 y no cobraste, reclamás y si venís en tiempo y forma cobrás. Y el mes que no están cobrando, nosotros tenemos un subsidio –que muy pocos planteles lo piden- que la AUF, cuando un club no paga, es solidaria con los salarios mínimos de los futbolistas. Si hay un plantel que no cobró, viene y hace la denuncia, presentamos el día 15 la demanda pidiendo los subsidios de la Asociación y le tienen que pagar el salario mínimo al plantel.
La conquista del salario mínimo es un avance sustancial ¿se podría encontrar un mecanismo para que sea la Mutual la que cobre los mínimos y luego los distribuya?
En primer lugar, hubo un sondeo de algunos clubes de la B que quisieron pagar el dinero que les correspondía por televisión directamente a la Mutual o a los cajeros de los futbolistas. Que lo de la televisión fuera a la AUF, y de la AUF a la Mutual. 7 clubes dijeron que sí y los restantes que no. Eso lo que te marca a las claras es que si vos no le querés pagar al jugador y tenés la plata ahí, es porque algo hacés con el dinero. O vivís del fútbol como dirigente, de esos 10 u 11 mil dólares que recibís, o estás pagando otras cosas que te interesan más que pagarle al jugador, al trabajador.
Yo creo que esto se termina con esta nueva ley de bancarización para todos los trabajadores, o sea que todos los clubes deberían depositar los salarios completos en el banco. A partir del 1º de junio de 2016 debería funcionar así, y espero que tenga el contralor como el de cualquier empresa.
¿Qué pasa con los demás derechos de los futbolistas, como el estado de las canchas y las instalaciones, que no haya médicos, etc?
Con respecto a las condiciones laborales, siempre estamos atentos a los comentarios y denuncias de futbolistas. Siempre estamos atentos al tema de los médicos. Sabemos que en algunos clubes no participan toda la semana, porque no nos olvidemos que esto no es solo los sábados o los domingos, el futbolista está entrenando todas las mañanas en los planteles, arriesgando su físico continuamente, y muchas veces dejan solo al kinesiólogo. En el estatuto está claro, si el futbolista viene y reclama porque no tiene kinesiólogo, no hay ropa de entrenamiento, no hay buenas canchas, no hay pelotas, no hay ropa de abrigo, no hay vitaminas, no hay médico, el preparador físico no está recibido, nosotros intimamos al club a que cumpla con esas condiciones. Si no, el futbolista tiene pleno derecho de dejar de ir a entrenar.
Ahí pesa algo, que es trasversal a todo esto, que es la situación de los clubes. ¿Qué debería pasar, o qué cambios en el sistema actual debería haber para que no haya clubes en estas situaciones?
Acá hay que sincerarse. Esto lo digo a título personal, no como directivo de la Mutual: se es profesional o no se es profesional. Hay reglamentos dentro de la AUF que están vigentes y que no se quieren aplicar, como los avales y las garantías. Si yo tengo 35 contratos de mil pesos, tengo que tener un aval por esa plata que me asegure durante ese período; si no no podés jugar. ¿No tenés una cancha en buen estado? No podés jugar. Porque está bárbaro que los baños estén bien, que el tejido tenga dos metros, pero si después la cancha está destrozada no jodan con que quieren ver un buen espectáculo. El futbolista lo sufre.
Acá ha faltado una mano dura que diga “hay 6 equipos en la B que no tienen ni miras ni proyección de ser profesionales”. Que tendrán su personería jurídica, pero no tienen un estadio, una cancha, una historia que los avale, no tienen una masa de 250 socios… No pueden participar profesionalmente. Jugá en una liga amateur y cuando cumplas con todos estos requisitos venís a jugar. Claro, no sirve por el amiguismo, porque aquel me votó la otra vez a mí, y yo a él…
Si nos sinceramos, quedan 12 equipos buenos en Primera, 10 o 12 en la B, buenos, o de los que paguen por lo menos y que tengan una infraestructura, que tengan una cancha de entrenamiento, una cancha donde puedan formar futbolistas, una cancha donde puedas competir, una sede social digna donde haya un fax o una computadora para mandar un correo. Condiciones mínimas de ropa, pelotas, un ómnibus para trasladarse. Eso es un equipo profesional, o por lo menos lo que yo entiendo como profesional.
Hay clubes que no tienen ni la mitad de las cosas, que presentan un complejo pero es alquilado; mañana me voy, desaparezco y dejo clavados a 200 trabajadores. Es inviable, el fútbol uruguayo es inviable por las condiciones en que se trabaja. Nunca se salió a hacer un trabajo con las Intendencias de otros departamentos para fomentar un club, una movida en el departamento para que los apoye, para generar socios, buenas formativas. No se ha hecho un trabajo integral. Creo que no le ha interesado a ninguna Intendencia ni a ninguna directiva de la AUF.
Inevitablemente se asocia la realidad del fútbol uruguayo a Tenfield. ¿Fue positivo el ingreso de Tenfield al fútbol uruguayo? ¿Es redituable esta realidad para esa empresa? ¿Por qué no se puede cambiar? ¿Qué incidencia tiene Tenfield?
Mientras haya una televisación y los clubes dependan del dinero de la televisión, y sea de la única cosa de la que dependan. Porque cuando te hablo de los 10 mil dólares de la B son los que les da Tenfield. No hay 25 mil más que traen los dirigentes, no van a ningún otro lado a buscar plata. Yo sé que hay pocos lugares, pero salí a buscarlos. Los dirigentes están esperando que venga un representante y les diga “te compro a fulanito y te doy 30 o 40 mil dólares”, y después tienen seguro 10 u 11 mil dólares por mes de la televisión. Y después, si vas con el caballo cansado y le pedís plata, y esa plata hace que le sigas debiendo favores… Yo no lo voy a esconder, está más que visto. Acá había seis clubes que no iban a jugar en la B un viernes a las 6 de la tarde cuando el torneo empezaba el domingo. ¿De dónde sale el dinero? De algunos estoy seguro que sale de ahí, otros capaz que no. Incidencia tiene. ¿Le deben? Muchos le deben y no solo económicamente, están viviendo gracias a Tenfield. Después que no se quejen cuando aparece un jugador y se lo llevan, o en una votación les pidan un voto. Son favores que tenés que retribuir de alguna manera.
Hay un tema que escapa a lo económico, a las condiciones laborales y demás, que es cómo el jugador se siente ninguneado, oprimido, ridiculizado por los dirigentes, los periodistas, la gente, el hincha. Hay una violencia permanente sobre el jugador. ¿Vos lo sentís así? ¿Lo viviste como profesional?
Sí. Yo creo que ese es un tema social. Hay una falta de respeto por lo que siempre se habla, de que el futbolista no se instruye, no se educa. Yo estoy harto de ver cómo se insulta a los futbolistas, cómo se los escupe dentro de una cancha. Cuando vos vas a un restorán y no te gustó la carne, al cocinero no lo insultás ni lo escupís. Y el futbolista, si contesta, tiene penalidad. Si mirás para afuera o insultás al hincha que te agredió te expulsan y te dan 3 o 4 partidos. Y lo peor es que nos estamos acostumbrando.
Está en la guardia policial. Si yo insulto al mozo del bar de enfrente, o voy y le pego, o le tiro una piedra, ¿qué hace un policía si me está viendo en la parada? Seguramente me espose y me lleve a la comisaría. En la cancha es una gracia insultar al jugador, que está trabajando. Es una gracia hasta para los policías. Hay una falta de respeto muy grande pero creo que pasa porque nosotros no nos hemos hecho respetar.
En este protocolo de seguridad que tenemos, a los futbolistas les pedimos que no se dejen insultar directamente, que no se dejen salivar, que no se dejen agredir físicamente. “¿Me tirás una piedra?
Nos vamos. No importa si van 1 – 0 y quedan 20 minutos, a mí no me escupís más, no me tirás más piedras”. Los jueces ya están informados, lo mismo que los técnicos y el personal de recaudación. La policía está informada. Lo siento mucho, no tenés porque insultarme, yo estoy trabajando. Si a vos no te gusta cómo canta Luis Miguel no pagás la entrada y vas a tirar una piedra. Como soy hincha digo que lo puteo por pasión. No es por pasión; es por maleducado y porque no estás adaptado para vivir en una sociedad.
En el básquetbol no pasa. Hay unos muritos de nada y no pasa. Porque los clubes tienen su propio personal de seguridad, se habla, se trabaja muchas veces con los hinchas. En el fútbol no. Hay una libertad, que como estoy atrás de una reja te puedo hacer lo que quiera.
En el básquetbol hay sanciones importantes a los clubes también…
Acá hay, en el fútbol también hay. El futbolista, con el juez y los entrenadores, somos los que tenemos que dar el ejemplo en esto. Si yo juego de zaguero y al 9 rival le pegan una pedrada, ¿qué hacemos? Vámonos. No se sigue. No sé cuándo se sigue. Pero si empezamos con que no, con que estamos por descender, o que estamos por salir campeones, o que si pierdo hoy se me complica, no. Tenemos que hacer algo. Y el que pagó 200 pesos y no hizo nada, ese le va a tener que decir al otro “¿qué hacés?”. Y después se va a terminar, porque los propios hinchas le van a decir al tipo “¿estás loco? No tires más piedras”. O cuando se vayan detenidos. Si a vos te llevan y te comés tres meses… Porque si yo voy y rompo el vidrio del bar me como un proceso.
¿Creés que a los dirigentes les sirven los jugadores poco instruidos, los que no hablan, los que no protestan?
Sí, claro. Como pasa con cualquier gobierno y su sociedad. Cuanto menos pensás, menos hablás… Por eso hay cada vez menos mayores en los planteles, porque son los que muchas veces incentivan el reclamo, piden condiciones de trabajo. Por eso, cuánto más joven y más callado, mejor.
Yo discrepo un poco con eso de que el dirigente le falta el respeto al jugador. Se lo falta sí, cuando no le paga. Pero el futbolista muchas veces le da cabida a eso. ¿Por qué? Porque te viene formando, porque el club es tu segunda casa y a los 14 años está ese dirigente que te mima y aparece la figura del representante, ahora cada vez más temprano. Y todo eso lo tomás como una relación sana. Y en realidad no es sana. Después para ellos vas a terminar siendo la “materia prima”. Materia prima nada, son personas que trabajan.
Si te vas vendido a Europa son todos buenos y mandás pelotas y ropa. Pero la mayoría de las veces te pegan un cachetazo y te dejan tirado sin trabajo. Y a vos te cuesta porque pensabas que era buen loco, que te daba para adelante.
El hincha, o la sociedad, no ven al futbolista como un trabajador. ¿Por qué crées que sucede?
Que el jugador no sea considerado un trabajador creo que parte de la hipocresía social. Todos quisimos ser, pero como no pudimos, ninguneamos lo que nosotros tanto quisimos. Eso pasa mucho, muchas veces desde el periodismo, el hincha, el dirigente; todos quisimos estar ahí. El 80% de los varones de este país lo intentaron en algún momento. Y ahí se genera algo de amor y odio.
Quizá también porque es muy corto el tiempo de trabajo; la gente te dice “a las 12 estás en tu casa”. Y no, estás a la una, te levantaste a las 7 y a las 10 estabas durmiendo, no podías estar tomando cerveza o fumando, o en un cumpleaños.
Todo lo que se deja por esta profesión nadie lo toma en cuenta. Se piensa que vas de lunes a viernes a jugar a la pelota dos horas y después el fin de semana te sacás fotos, sudás jugando el partido de fútbol que cualquiera juega con los amigos. Por eso no se toma como un trabajo. Hay hipocresía en ese aspecto, y sin embargo hay muchísimo que no se sabe, que es lo que deja el futbolista durante su formación y en su etapa de sostén en Primera. Todo lo que se pierde es tremendo debido a la responsabilidad de ser futbolista.
¿No falta solidaridad entre los futbolistas cuando, llegado el caso, agreden a un jugador y un rival dice “no nos vamos”?
Ahí hay sanciones duras, drásticas de nuestra parte. Mucho más no podemos hacer. Gracias a Dios no ha pasado. Pero no es que falte solidaridad, más que nada es concientización. Yo se lo manifesté a los jueces, porque más allá de que los futbolistas digan “nos vamos” la orden la tiene que dar el juez, porque es quien maneja el juego. Recuerdo un caso que tiraron una bengala atrás de un arco. Lo tenés que terminar el partido. Porque si me cae arriba me quema todo. Vas a ver que si esa cancha se suspende, si ese hincha no viene más, se terminan. Los hooligans se terminaron porque había sanciones tremendas, que si se agarran a piñas te metían 4 años preso.
¿Y acá? Acá si tiraste una piedra y hay pruebas que lastimaste a alguien, tenés que cumplir con la ley. Parece que los estadios son embajadas donde no se puede tocar a la gente. El jugador se agarra a piñazos en la cancha y va preso, y el hincha no. ¿Por qué? ¿Por qué tenemos que ser “ejemplos”? No somos ejemplo. Algunos son ídolos de los niños, pero ejemplo no somos de nada. ¿Qué sabe la gente lo que hago de mi vida? “Los niños te toman como ejemplo” No; eso es problema de los padres. Yo no quiero que el ejemplo de mi hijo sea Forlán.
¿Por qué jugadores que la sufrieron y “llegaron” no miran para atrás y hacen manifestaciones de apoyo, aunque no haya un problema concreto?
Yo no digo que no las hagan. Creo que hacen cosas desde su tarea. No es bueno poner nombres, pero ejerciendo su profesión y trabajando están hablando de por sí. Creo que faltan más espacios de estos para los futbolistas. De poder charlar más mano a mano y hacerles preguntas de cómo llegaron, de qué piensan, de en qué les gustaría poder apoyar. Faltan más espacios para ese diálogo. Tampoco se lo ve a Forlán, por ejemplo, todos los días hablando. Al futbolista se le hacen notas el domingo después del partido, o el miércoles antes del clásico y se le hacen preguntas puntuales. Espacios de este tipo estarían buenos.
Nosotros tenemos la ilusión, más allá de que ahora tenemos radio, de poder invitar futbolistas y ex futbolistas a hablar de la realidad de la profesión y de lo doloroso que es muchas veces. Porque vos lo ves ahora a Luis (Suárez) y es divino, pero lo escuchás hablar de lo que le costó llegar. Y muchas veces en la vorágine, en el vértigo de la carrera, perdés la noción de quiénes son los que la vienen remando. Yo me imagino -en realidad sé porque he hablado con Luis montones de veces-, lo que siente por la profesión y por los colegas. Es un tipo muy sencillo, muy honesto, muy transparente y muy sensible a problemáticas de sus colegas. Pero creo que en un momento perdés la dimensión; estando allá en Europa, ¿le da tiempo para pensar en los muchachos de Canadian? Yo creo que no le da el tiempo. Sí tiene que haber alguien, de repente, que en algún momento le diga para dar una mano acá o allá, pero faltan más espacios abiertos de diálogo donde no sean notas de dos o tres minutos.
Por más que no sea la función principal de la Mutual, ¿no estaría bueno traer de vuelta, en el discurso, a los que “llegaron” para que se manifiesten en situaciones como las que les toca pasar a los muchachos de Progreso?
Sin dudas. Capaz que es una omisión nuestra. Porque no les cuesta nada muchas veces mandar un mensaje. Hoy la distancia no es excusa porque la tecnología lo permite, o cuando vienen al Complejo, 3 o 4 veces al año, se lo podés pedir. Twitteás un video de esos y lo ven seis mil personas en cinco minutos. Puede ser una omisión nuestra. Si bien no es nuestra principal función, sería un puente, un camino para alcanzar determinados derechos.
A veces nos falta tiempo para un montón de cosas. Como ven, esto es una “super organización” pero muchas veces, al ser honorario, nos falta mucho tiempo para trabajar con todo este monstruo.
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* Entrevista publicada en el marco de un informe sobre el gremialismo en el deporte, en la revista digital La Fatídica (número 2, diciembre 2015). Para leer todos los contenidos de la revista, suscribite al Club de Socios de PDA.
Anteriormente publicamos las entrevistas con "Bigote" López y Agustín Lucas. En esta ocasión, publicamos un fragmento de la entrevista con Fabián Pumar, presidente de la MUFP. Pumar se refirió entonces al funcionamiento de la Mutual, a los problemas de fondo del fútbol uruguayo y a la degradación que sufre el futbolista de parte de la sociedad.
En algún momento dijiste que el que firmaba y cobraba menos del mínimo era un traidor. ¿Lo dijiste así? ¿Lo sentís así? ¿Cómo es la situación en torno a esas circunstancias donde hay jugadores involucrados?
Sí, te aclaro. La palabra “traidor” hace tiempo no la uso, desde que estoy acá y aprendí un poquito. Los primeros años que estuve acá sí la usé. Después dejé de utilizarla porque me parece muy agresiva, y puesta en la realidad, viendo la realidad de todos los futbolistas, aprendiendo acá, no hay traiciones. Sí hay muchísimas necesidades y gente que juega con eso y expone a los futbolistas a esa situación. Yo creo que en el caso específico de los jugadores de Progreso (Duarte y Giordano, que se negaron a cobrar menos del mínimo), fueron víctimas de una situación y de un sistema que, primero que nada, nosotros no hemos podido combatir.
¿Creés que desde el entorno, desde los futbolistas como colegas, compañeros de su club o de otros equipos, estos jugadores recibieron el apoyo necesario? Por ejemplo, en declaraciones frente a los medios, que se solidarizaran con ellos.
Sí, hay un apoyo bastante intangible a la vista de todos, pero nosotros lo percibimos acá diariamente con los colegas que vienen. Ni que hablar de la pancarta que elaboraron Villa Española y Miramar Misiones en ese partido (Apertura 2015 de la B), tuvieron el apoyo público de esos dos planteles.
¿Por qué no vemos jugadores de Primera, referentes, cuya palabra tiene mucha fuerza frente a una cámara de televisión, después que termina un partido dedicarle unas palabras a colegas suyos?
Muchas veces porque no parte del periodista o quizá no es de interés cuando te parás frente a una personalidad de esas tan fuertes para el entorno del fútbol. A veces hay otras preguntas que priman, y es real que el futbolista en ese momento no se da cuenta, me imagino, pero sabemos que lo siente por dentro. Estaría bueno que alguien les preguntara sobre las actitudes que tomaron sus colegas y estoy seguro que no tendrían más que palabras de agradecimiento para la profesión.
¿Falta, como al momento de no dar apoyo públicamente, una conciencia de clase, del colectivo? ¿No se entiende que comparten los mismos derechos?
Creo que está sobre la mesa el tema de los derechos. Creo que si le preguntás al compañero que se está cambiando al lado sabe, es fácil de interiorizarse. ¿Qué pasa? Hay muchas veces –el otro día lo escuché en la reunión que tuvimos con futbolistas- que se dice “a mí 8 mil pesos me sirven”; “Yo vivo en condiciones que ustedes ni se imaginan”. Luego averiguamos y es verdad. “A mí esos 8 mil pesos me sirven y voy a reclamar, no voy a regalar un peso. Pero yo necesitaba jugar, y si lo que había ahora eran 8 mil, dale”. Uno entiende que ningún jugador quiere ganar menos, siempre va a querer ganar más, como cualquier trabajador.
Pero está eso también de la falta de conciencia colectiva. Yo creo que ahí estamos fallando como Mutual, en ese trabajo que es la concientización del futbolista, el asesoramiento directo. Ir a los planteles y no esperar que surja el problema para que el futbolista venga, sino recorrer. Hoy cada seis meses varía el 60% de los planteles, cada vez hay más jóvenes, y tenemos que apuntar a generar conciencia en ese que está subiendo. Y ahí nos cuesta. Creo que estamos fallando como Mutual en las recorridas de los planteles. Eso es fundamental.
Existe una especie de disociación entre el futbolista y la Mutual. ¿Qué se puede hacer para revertir eso?
Se toma como que la Mutual fuera un Ministerio de Trabajo, por ejemplo. Yo creo que no, que este es tu sindicato. La Mutual a veces acciona como un Ministerio, porque vos venís, hacés el reclamo laboral acá, nosotros mismos te lo seguimos y te lo hacemos cobrar. Dejamos de ser el sindicato que te asesora y te deja en las manos del Ministerio.
Es verdad, me ha pasado con jugadores de mucha trayectoria, uno con quien tuve una discrepancia en una asamblea a fin de año, que me dijo “porque ustedes, la Mutual”. Yo dije “la Mutual son ustedes, nosotros somos la directiva, vamos a seguir lo que esta asamblea diga”. Cuando dijo “ustedes la Mutual”, me sonó fuerte porque parecía que nos daban toda la autoridad y la potestad para trabajar pero como a distancia. Igual, en ese caso era un jugador de cuadro grande que por lo general son los que menos precisan de la Mutual. Pero sonó un poco fuerte la manera en que me lo dijo.
Agustín Lucas habló de la necesidad de que dentro de cada plantel haya delegados. ¿Existen, hubo experiencias similares?
Los hay, para nosotros los hay. Nosotros tenemos gente, imagino como en todo ámbito gremial, que sentimos son delegados. Pero el delegado en realidad lo debería plantear el propio plantel. No sé si se está haciendo. Antes se hacía: arrancábamos el año diciendo “vos y vos son los delegados” para ir a la Mutual, pero también eran los que peleaban los premios.
¿Ustedes piden que eso exista año a año?
No, nosotros indirectamente citamos, cuando hacemos la reunión de delegados previa a cada torneo, dos o tres futbolistas por plantel que creemos son los que están más en condiciones por su moral, por la manera de comportarse a lo largo de su carrera; más que nada jugadores referentes que sabemos que van a trasladar las problemáticas y las inquietudes a los planteles. No podemos citar a un pibe que sabemos que al otro día no te va a armar una reunión de vestuario.
¿Se trabaja a nivel de juveniles, o al menos en las últimas etapas antes de Primera, para informar de los derechos que tienen, de que integran la Mutual?
Como Mutual no. Yo siento que eso partía desde los propios planteles. Cuando yo subí a Primera tenía dos o tres jugadores grandes que eran los que te decían más o menos por donde tenía que circular mi profesionalismo. Pero esto tendría que ser, haciendo un mea culpa, nosotros directamente con los planteles. Ir 15 o 20 minutos por semana de un plantel a otro, meternos en el vestuario y charlar. Visitar y concientizar un poquito.
¿Le falta fuerza a la Mutual institucionalmente para presionar, para trabajar respecto a estos temas? Quizá, plantear un paro dentro del fútbol, o alguna medida más fuerte que pueda generar conciencia.
Tenemos un estatuto que es el quinto mejor a nivel mundial reconocido por la FIFPro (Federación Internacional de Futbolistas Profesionales). Acá venís, reclamás y ganás. Tenés libertad de movimiento, reclamos salariales, libertad en el período de pases. El tema es cuando el futbolista no viene por otros intereses, porque está por renovar el contrato y no quiere entrar en conflicto con el club. El tema es cuando venís muy sobre la fecha y a los tribunales no les da por la cantidad de reclamos: este año hicimos 1300.
Con el tema del paro o la huelga, debemos ser muy cautelosos. Es algo que está en la Constitución, es algo que podemos hacer libremente. Pero hay que ver el motivo, qué hicimos para llegar a esa decisión (yo creo que hay que agotar todos los recursos para llegar a esa decisión). Normalmente acá se arreglan todos los temas antes de llegar a esa medida. Y también los perjuicios para el resto del colectivo. Hay veces que un jugador o un plantel, porque no vino y reclamó en tiempo y forma, después dice “hay que parar todo”. No, porque hay veinte clubes que vienen cumpliendo. El hilo es muy fino, hay que ser muy inteligentes y agotar todos los recursos para llegar a una medida extrema, y además después que empezás con eso, terminás parando a la Selección, eso lo tenemos claro.
Lo que interpretamos de esto es que si ustedes tienen un mensaje para los futbolistas es que si ellos reclaman, ganan.
Si reclaman en la Mutual ganan. Acá si venís el 11 y no cobraste, reclamás y si venís en tiempo y forma cobrás. Y el mes que no están cobrando, nosotros tenemos un subsidio –que muy pocos planteles lo piden- que la AUF, cuando un club no paga, es solidaria con los salarios mínimos de los futbolistas. Si hay un plantel que no cobró, viene y hace la denuncia, presentamos el día 15 la demanda pidiendo los subsidios de la Asociación y le tienen que pagar el salario mínimo al plantel.
La conquista del salario mínimo es un avance sustancial ¿se podría encontrar un mecanismo para que sea la Mutual la que cobre los mínimos y luego los distribuya?
En primer lugar, hubo un sondeo de algunos clubes de la B que quisieron pagar el dinero que les correspondía por televisión directamente a la Mutual o a los cajeros de los futbolistas. Que lo de la televisión fuera a la AUF, y de la AUF a la Mutual. 7 clubes dijeron que sí y los restantes que no. Eso lo que te marca a las claras es que si vos no le querés pagar al jugador y tenés la plata ahí, es porque algo hacés con el dinero. O vivís del fútbol como dirigente, de esos 10 u 11 mil dólares que recibís, o estás pagando otras cosas que te interesan más que pagarle al jugador, al trabajador.
Yo creo que esto se termina con esta nueva ley de bancarización para todos los trabajadores, o sea que todos los clubes deberían depositar los salarios completos en el banco. A partir del 1º de junio de 2016 debería funcionar así, y espero que tenga el contralor como el de cualquier empresa.
¿Qué pasa con los demás derechos de los futbolistas, como el estado de las canchas y las instalaciones, que no haya médicos, etc?
Con respecto a las condiciones laborales, siempre estamos atentos a los comentarios y denuncias de futbolistas. Siempre estamos atentos al tema de los médicos. Sabemos que en algunos clubes no participan toda la semana, porque no nos olvidemos que esto no es solo los sábados o los domingos, el futbolista está entrenando todas las mañanas en los planteles, arriesgando su físico continuamente, y muchas veces dejan solo al kinesiólogo. En el estatuto está claro, si el futbolista viene y reclama porque no tiene kinesiólogo, no hay ropa de entrenamiento, no hay buenas canchas, no hay pelotas, no hay ropa de abrigo, no hay vitaminas, no hay médico, el preparador físico no está recibido, nosotros intimamos al club a que cumpla con esas condiciones. Si no, el futbolista tiene pleno derecho de dejar de ir a entrenar.
Ahí pesa algo, que es trasversal a todo esto, que es la situación de los clubes. ¿Qué debería pasar, o qué cambios en el sistema actual debería haber para que no haya clubes en estas situaciones?
Acá hay que sincerarse. Esto lo digo a título personal, no como directivo de la Mutual: se es profesional o no se es profesional. Hay reglamentos dentro de la AUF que están vigentes y que no se quieren aplicar, como los avales y las garantías. Si yo tengo 35 contratos de mil pesos, tengo que tener un aval por esa plata que me asegure durante ese período; si no no podés jugar. ¿No tenés una cancha en buen estado? No podés jugar. Porque está bárbaro que los baños estén bien, que el tejido tenga dos metros, pero si después la cancha está destrozada no jodan con que quieren ver un buen espectáculo. El futbolista lo sufre.
Acá ha faltado una mano dura que diga “hay 6 equipos en la B que no tienen ni miras ni proyección de ser profesionales”. Que tendrán su personería jurídica, pero no tienen un estadio, una cancha, una historia que los avale, no tienen una masa de 250 socios… No pueden participar profesionalmente. Jugá en una liga amateur y cuando cumplas con todos estos requisitos venís a jugar. Claro, no sirve por el amiguismo, porque aquel me votó la otra vez a mí, y yo a él…
Si nos sinceramos, quedan 12 equipos buenos en Primera, 10 o 12 en la B, buenos, o de los que paguen por lo menos y que tengan una infraestructura, que tengan una cancha de entrenamiento, una cancha donde puedan formar futbolistas, una cancha donde puedas competir, una sede social digna donde haya un fax o una computadora para mandar un correo. Condiciones mínimas de ropa, pelotas, un ómnibus para trasladarse. Eso es un equipo profesional, o por lo menos lo que yo entiendo como profesional.
Hay clubes que no tienen ni la mitad de las cosas, que presentan un complejo pero es alquilado; mañana me voy, desaparezco y dejo clavados a 200 trabajadores. Es inviable, el fútbol uruguayo es inviable por las condiciones en que se trabaja. Nunca se salió a hacer un trabajo con las Intendencias de otros departamentos para fomentar un club, una movida en el departamento para que los apoye, para generar socios, buenas formativas. No se ha hecho un trabajo integral. Creo que no le ha interesado a ninguna Intendencia ni a ninguna directiva de la AUF.
Inevitablemente se asocia la realidad del fútbol uruguayo a Tenfield. ¿Fue positivo el ingreso de Tenfield al fútbol uruguayo? ¿Es redituable esta realidad para esa empresa? ¿Por qué no se puede cambiar? ¿Qué incidencia tiene Tenfield?
Mientras haya una televisación y los clubes dependan del dinero de la televisión, y sea de la única cosa de la que dependan. Porque cuando te hablo de los 10 mil dólares de la B son los que les da Tenfield. No hay 25 mil más que traen los dirigentes, no van a ningún otro lado a buscar plata. Yo sé que hay pocos lugares, pero salí a buscarlos. Los dirigentes están esperando que venga un representante y les diga “te compro a fulanito y te doy 30 o 40 mil dólares”, y después tienen seguro 10 u 11 mil dólares por mes de la televisión. Y después, si vas con el caballo cansado y le pedís plata, y esa plata hace que le sigas debiendo favores… Yo no lo voy a esconder, está más que visto. Acá había seis clubes que no iban a jugar en la B un viernes a las 6 de la tarde cuando el torneo empezaba el domingo. ¿De dónde sale el dinero? De algunos estoy seguro que sale de ahí, otros capaz que no. Incidencia tiene. ¿Le deben? Muchos le deben y no solo económicamente, están viviendo gracias a Tenfield. Después que no se quejen cuando aparece un jugador y se lo llevan, o en una votación les pidan un voto. Son favores que tenés que retribuir de alguna manera.
Hay un tema que escapa a lo económico, a las condiciones laborales y demás, que es cómo el jugador se siente ninguneado, oprimido, ridiculizado por los dirigentes, los periodistas, la gente, el hincha. Hay una violencia permanente sobre el jugador. ¿Vos lo sentís así? ¿Lo viviste como profesional?
Sí. Yo creo que ese es un tema social. Hay una falta de respeto por lo que siempre se habla, de que el futbolista no se instruye, no se educa. Yo estoy harto de ver cómo se insulta a los futbolistas, cómo se los escupe dentro de una cancha. Cuando vos vas a un restorán y no te gustó la carne, al cocinero no lo insultás ni lo escupís. Y el futbolista, si contesta, tiene penalidad. Si mirás para afuera o insultás al hincha que te agredió te expulsan y te dan 3 o 4 partidos. Y lo peor es que nos estamos acostumbrando.
Está en la guardia policial. Si yo insulto al mozo del bar de enfrente, o voy y le pego, o le tiro una piedra, ¿qué hace un policía si me está viendo en la parada? Seguramente me espose y me lleve a la comisaría. En la cancha es una gracia insultar al jugador, que está trabajando. Es una gracia hasta para los policías. Hay una falta de respeto muy grande pero creo que pasa porque nosotros no nos hemos hecho respetar.
En este protocolo de seguridad que tenemos, a los futbolistas les pedimos que no se dejen insultar directamente, que no se dejen salivar, que no se dejen agredir físicamente. “¿Me tirás una piedra?
Nos vamos. No importa si van 1 – 0 y quedan 20 minutos, a mí no me escupís más, no me tirás más piedras”. Los jueces ya están informados, lo mismo que los técnicos y el personal de recaudación. La policía está informada. Lo siento mucho, no tenés porque insultarme, yo estoy trabajando. Si a vos no te gusta cómo canta Luis Miguel no pagás la entrada y vas a tirar una piedra. Como soy hincha digo que lo puteo por pasión. No es por pasión; es por maleducado y porque no estás adaptado para vivir en una sociedad.
En el básquetbol no pasa. Hay unos muritos de nada y no pasa. Porque los clubes tienen su propio personal de seguridad, se habla, se trabaja muchas veces con los hinchas. En el fútbol no. Hay una libertad, que como estoy atrás de una reja te puedo hacer lo que quiera.
En el básquetbol hay sanciones importantes a los clubes también…
Acá hay, en el fútbol también hay. El futbolista, con el juez y los entrenadores, somos los que tenemos que dar el ejemplo en esto. Si yo juego de zaguero y al 9 rival le pegan una pedrada, ¿qué hacemos? Vámonos. No se sigue. No sé cuándo se sigue. Pero si empezamos con que no, con que estamos por descender, o que estamos por salir campeones, o que si pierdo hoy se me complica, no. Tenemos que hacer algo. Y el que pagó 200 pesos y no hizo nada, ese le va a tener que decir al otro “¿qué hacés?”. Y después se va a terminar, porque los propios hinchas le van a decir al tipo “¿estás loco? No tires más piedras”. O cuando se vayan detenidos. Si a vos te llevan y te comés tres meses… Porque si yo voy y rompo el vidrio del bar me como un proceso.
¿Creés que a los dirigentes les sirven los jugadores poco instruidos, los que no hablan, los que no protestan?
Sí, claro. Como pasa con cualquier gobierno y su sociedad. Cuanto menos pensás, menos hablás… Por eso hay cada vez menos mayores en los planteles, porque son los que muchas veces incentivan el reclamo, piden condiciones de trabajo. Por eso, cuánto más joven y más callado, mejor.
Yo discrepo un poco con eso de que el dirigente le falta el respeto al jugador. Se lo falta sí, cuando no le paga. Pero el futbolista muchas veces le da cabida a eso. ¿Por qué? Porque te viene formando, porque el club es tu segunda casa y a los 14 años está ese dirigente que te mima y aparece la figura del representante, ahora cada vez más temprano. Y todo eso lo tomás como una relación sana. Y en realidad no es sana. Después para ellos vas a terminar siendo la “materia prima”. Materia prima nada, son personas que trabajan.
Si te vas vendido a Europa son todos buenos y mandás pelotas y ropa. Pero la mayoría de las veces te pegan un cachetazo y te dejan tirado sin trabajo. Y a vos te cuesta porque pensabas que era buen loco, que te daba para adelante.
El hincha, o la sociedad, no ven al futbolista como un trabajador. ¿Por qué crées que sucede?
Que el jugador no sea considerado un trabajador creo que parte de la hipocresía social. Todos quisimos ser, pero como no pudimos, ninguneamos lo que nosotros tanto quisimos. Eso pasa mucho, muchas veces desde el periodismo, el hincha, el dirigente; todos quisimos estar ahí. El 80% de los varones de este país lo intentaron en algún momento. Y ahí se genera algo de amor y odio.
Quizá también porque es muy corto el tiempo de trabajo; la gente te dice “a las 12 estás en tu casa”. Y no, estás a la una, te levantaste a las 7 y a las 10 estabas durmiendo, no podías estar tomando cerveza o fumando, o en un cumpleaños.
Todo lo que se deja por esta profesión nadie lo toma en cuenta. Se piensa que vas de lunes a viernes a jugar a la pelota dos horas y después el fin de semana te sacás fotos, sudás jugando el partido de fútbol que cualquiera juega con los amigos. Por eso no se toma como un trabajo. Hay hipocresía en ese aspecto, y sin embargo hay muchísimo que no se sabe, que es lo que deja el futbolista durante su formación y en su etapa de sostén en Primera. Todo lo que se pierde es tremendo debido a la responsabilidad de ser futbolista.
¿No falta solidaridad entre los futbolistas cuando, llegado el caso, agreden a un jugador y un rival dice “no nos vamos”?
Ahí hay sanciones duras, drásticas de nuestra parte. Mucho más no podemos hacer. Gracias a Dios no ha pasado. Pero no es que falte solidaridad, más que nada es concientización. Yo se lo manifesté a los jueces, porque más allá de que los futbolistas digan “nos vamos” la orden la tiene que dar el juez, porque es quien maneja el juego. Recuerdo un caso que tiraron una bengala atrás de un arco. Lo tenés que terminar el partido. Porque si me cae arriba me quema todo. Vas a ver que si esa cancha se suspende, si ese hincha no viene más, se terminan. Los hooligans se terminaron porque había sanciones tremendas, que si se agarran a piñas te metían 4 años preso.
¿Y acá? Acá si tiraste una piedra y hay pruebas que lastimaste a alguien, tenés que cumplir con la ley. Parece que los estadios son embajadas donde no se puede tocar a la gente. El jugador se agarra a piñazos en la cancha y va preso, y el hincha no. ¿Por qué? ¿Por qué tenemos que ser “ejemplos”? No somos ejemplo. Algunos son ídolos de los niños, pero ejemplo no somos de nada. ¿Qué sabe la gente lo que hago de mi vida? “Los niños te toman como ejemplo” No; eso es problema de los padres. Yo no quiero que el ejemplo de mi hijo sea Forlán.
¿Por qué jugadores que la sufrieron y “llegaron” no miran para atrás y hacen manifestaciones de apoyo, aunque no haya un problema concreto?
Yo no digo que no las hagan. Creo que hacen cosas desde su tarea. No es bueno poner nombres, pero ejerciendo su profesión y trabajando están hablando de por sí. Creo que faltan más espacios de estos para los futbolistas. De poder charlar más mano a mano y hacerles preguntas de cómo llegaron, de qué piensan, de en qué les gustaría poder apoyar. Faltan más espacios para ese diálogo. Tampoco se lo ve a Forlán, por ejemplo, todos los días hablando. Al futbolista se le hacen notas el domingo después del partido, o el miércoles antes del clásico y se le hacen preguntas puntuales. Espacios de este tipo estarían buenos.
Nosotros tenemos la ilusión, más allá de que ahora tenemos radio, de poder invitar futbolistas y ex futbolistas a hablar de la realidad de la profesión y de lo doloroso que es muchas veces. Porque vos lo ves ahora a Luis (Suárez) y es divino, pero lo escuchás hablar de lo que le costó llegar. Y muchas veces en la vorágine, en el vértigo de la carrera, perdés la noción de quiénes son los que la vienen remando. Yo me imagino -en realidad sé porque he hablado con Luis montones de veces-, lo que siente por la profesión y por los colegas. Es un tipo muy sencillo, muy honesto, muy transparente y muy sensible a problemáticas de sus colegas. Pero creo que en un momento perdés la dimensión; estando allá en Europa, ¿le da tiempo para pensar en los muchachos de Canadian? Yo creo que no le da el tiempo. Sí tiene que haber alguien, de repente, que en algún momento le diga para dar una mano acá o allá, pero faltan más espacios abiertos de diálogo donde no sean notas de dos o tres minutos.
Por más que no sea la función principal de la Mutual, ¿no estaría bueno traer de vuelta, en el discurso, a los que “llegaron” para que se manifiesten en situaciones como las que les toca pasar a los muchachos de Progreso?
Sin dudas. Capaz que es una omisión nuestra. Porque no les cuesta nada muchas veces mandar un mensaje. Hoy la distancia no es excusa porque la tecnología lo permite, o cuando vienen al Complejo, 3 o 4 veces al año, se lo podés pedir. Twitteás un video de esos y lo ven seis mil personas en cinco minutos. Puede ser una omisión nuestra. Si bien no es nuestra principal función, sería un puente, un camino para alcanzar determinados derechos.
A veces nos falta tiempo para un montón de cosas. Como ven, esto es una “super organización” pero muchas veces, al ser honorario, nos falta mucho tiempo para trabajar con todo este monstruo.
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* Entrevista publicada en el marco de un informe sobre el gremialismo en el deporte, en la revista digital La Fatídica (número 2, diciembre 2015). Para leer todos los contenidos de la revista, suscribite al Club de Socios de PDA.