Pablo Aprahamian tiene 30 años y está pronto para participar de sus primeros Juegos Olímpicos. La clasificación la obtuvo por ranking continental, ocupando el lugar que hasta último momento tenía su hermano Mikael, dos años menor.

El judoca del club Náutico contó cómo se dio la clasificación y cómo se vivió en la casa de los Aprahamian. Incluso contó qué relacion tiene su casa con la que conduce el popular "mundo de las mangueras".

Pensando en Río, Pablo confesó que pelear por una medalla "es muy difícil, pero es posible". "Voy a estar súper concentrado para aprovechar todas las oportunidades, porque se puede dar. Ha pasado y va a pasar", dijo, confiando en un batacazo.

Aunque, siendo realista, confesó: "Hay que ir con esa cabeza pero la realidad es complicada". Aprahamian compite en la categoría -100 kg. "Dentro de esa categoría soy de los más livianos", dijo.

Para prepararse mejor para Río, Pablo dejó su trabajo particular y se abocó totalmente al judo. "No era compatible", aseguró. Ahora irá un mes a Europa, puntualmente a Budapest y Casteldefels. "Sin dudas me va a dar un ritmo y competencia que acá no tengo", adelantó.

Obviamente no faltaron anécdotas sobre sus inicios en el deporte. "La cama de dos plazas de mis padres era un campo de batalla", tiró, y hasta narró la vez que jugó al básquetbol en un equpo de Luxemburgo.

Además, Aprahamian habló de la realidad política de la Federación Uruguaya de Judo y de su ausencia en los pasados Juegos Panamericanos. "Eso me dolió por parte de la Federación. No me gustó nada cómo se portaron conmigo", sentenció.

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