Nacer y empezar a correr

La tormentosa historia de Sudán del Sur, el país más joven del mundo, y su relación con el fútbol.

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Foto: tribunainterpretativa.com

El nacimiento de una jirafa no debe ser fácil. Las hembras paren de pie, lo que implica que el recién nacido llegue al mundo cayendo desde un metro y medio. Nacen con un saco protector que cuida a la cría en la caída. A la media hora ya se pueden sostener en pie, y a las 10 horas correr junto a la madre. No hay tiempo que perder cuando acechan depredadores de todo tipo.

Sudán del Sur nació como país de manera muy violenta. Su caída de metro y medio fue una Guerra Civil de casi 20 años con sus vecinos del norte, donde murieron 2 millones de personas y otras 4 millones fueron desplazados de sus hogares. Así se gestó Sudán del Sur, sin saco protector que pudiera contener esa caída.


Es el país más joven del mundo. El plebiscito que culminó con su independencia se celebró el 9 de junio del 2011, y solamente 24 horas después ya estaba jugando su primer partido de fútbol. Así de poderosa es la imagen de este deporte: con solo un día de vida, las autoridades se preocuparon de formar una selección.

Fue derrota 3 - 1 contra el Tusker FC, un equipo de la primera división de Kenia, Sudán del Sur comenzó ganando, pero dos goles en su propio arco cambiaron el marcador. No serían los últimos goles en contra que se marcaría Sudán del Sur.

Khamis Luyano, el autor del primer gol, le dijo a Xavier Aldecoa, periodista de la revista Panenka: "Quizás sorprenda que el primer gol de la historia de Sudán del Sur lo haya marcado alguien nacido en el norte, pero yo me considero de aquí, mi familia es sureña y siempre he deseado con todas mis fuerzas poder vivir en mi nuevo país".

El partido se jugó en un renovado estadio de la capital, Juba, financiado principalmente por China y Malasia, a los que poco les importa lo que pase adentro de la cancha, sino más bien las reservas de petróleo del nuevo país.

China era el receptor del 60% del crudo de Sudán (antes de separarse) y la encargada de financiar la infraestructura necesaria para transportar el petróleo desde los pozos del sur hasta el Mar Rojo. Ese es uno de los grandes problemas de la independencia, los pozos de petróleo quedaron al sur, pero las refinerías y los oleoductos en el norte. Dos países obligados a entenderse.


Los primeros pasos de la selección nacional sursudanesa estuvieron dirigidos por el local Malesh Soro pero, buscando una mejor proyección internacional, las autoridades del fútbol sursudanés recurrieron al serbio Zoran Dordevic.

Los tigres africanos

Zoran es un entrenador poco ortodoxo, el Julio Ribas de los países desconocidos. En su carrera supo pasar por 27 equipos y es de esas personas que lucha contra todo, sin importar el contexto en el que asuma.

Comenzó en el 2012 Sudán del Sur diciéndole, más bien gritándole, al presidente de la Federación que él era un tigre y los jugadores deberían ser tigres. Dos años antes había dirigido a Bangladesh y logrado un milagro: ser campeón de los Juegos del Sur de Asia por segunda vez en la historia. Se impuso en la final a Afganistán.

El objetivo era preparar a Sudán del Sur para su debut oficial a nivel internacional y su primera competencia: la Copa CECAFA (Consejo de Asociaciones de Fútbol para el Este y Centro de África), el torneo más antiguo del continente que nuclea a países como Uganda, Kenia, Etiopía y hasta la isla de Zanzíbar, que no es miembro de la FIFA. El documental Coach Zoran and his African Tigers retrata el año de gestión del entrenador serbio.


El primer partido internacional oficial fue todo un suceso. El rival fue la vecina Uganda en julio del 2012 y el encuentro servía para celebrar el primer año de independencia. El resultado final: un 2 - 2 que dejó a todos contentos.

El capitán y autor del primer gol oficial de la historia de Sudán del Sur fue Richard Justin Lado, un jugador que supo representar a Sudán hacía unos años. La historia de muchas de las personas que ahora vivían en el país nuevo. Dos países obligados a entenderse.

El jugador Mong Deng Atit explicó lo que sentía al sitio web de FIFA: "De alguna manera somos soldados, en el pasado cargamos armas para liberar nuestro país y ahora usamos botas de fútbol para representarlo".

Al auspicioso debut internacional no le siguieron buenos resultados. Al igual que al país, la alegría de la independencia duró casi lo mismo que esos 90 minutos contra Uganda.

"Nuestro país, como se sostiene hoy, es un animal cuadrúpedo pero sus patas están quebradas. Ahora mismo el animal está de pie sobre cuatro patas torcidas. Si no arreglamos estas patas, el futuro será muy, muy difícil", decía el ministro de cultura, Jok Madut Jok, en el momento de la independencia. Las cuatro patas eran: ejército, sociedad civil, prestación de servicios y unidad política.

Sudán del Sur nació pero jamás pudo ponerse en pie. El primer conflicto estalló en abril del 2012. Las autoridades del nuevo país, descontentas con el precio que Sudán pagaba por su petróleo, decidió cerrar sus refinerías. El 98% de los ingresos de Sudán del Sur provienen del petróleo, así que esa medida, más que presionar a Sudán, fue condenar a su propio país a la miseria.

Ese suceso pasó en los días previos de que Zoran y sus tigres fueran a participar en la Copa CECAFA. Luego de meses de preparación, la realidad era que no había fondos para costear el viaje a Uganda, un país fronterizo pero que de repente quedaba muy lejos. Finalmente la organización se hizo cargo de los gastos y Sudán del Sur pudo participar.

A esa altura las cosas estaban muy mal entre el entrenador y los dirigentes, tano que luego de perder los tres partidos que jugó, no le pagaron el billete de vuelta a Sudán del Sur y tuvo que volver por tierra y luego de varios días de viaje.


No parar de descender

Los resultados futbolísticos acompañaban el declive del país entero. Ya sin Zoran, Sudán del Sur volvió a perder los tres partidos que disputó en la Copa CECAFA del 2013 (Zanzíbar, Kenia y Etiopía). Días después de esa competición, estalló la guerra civil.

El 26 de diciembre del 2013 el presidente Kiir anunció que había desbaratado un intento de golpe de Estado encabezado por su vicepresidente Machar. Y ambos arrastraron a la población sursudanesa a una guerra de la que todavía no han salido. Como casi siempre sucede en África, el conflicto derivó en una guerra étnica: Kiir es Dinka y Machar, Nuer. La historia de siempre.

Hasta agosto del 2015, cuando se firmó un principio de paz, que poco tiene de principio y mucho menos de paz, se contabilizan unos 50 mil fallecidos, dos millones de desplazados y casi ocho millones se prevé que afronten inseguridad alimentaria. Ocho millones en un país de 12 millones de habitantes.


Durante todo ese conflicto no se dejó de jugar al fútbol. En el 2014 asume como DT el coreano Lee Sung-Jea, que venía de otro país en conflicto: había dirigido la sub 20 afgana. Jugaron por primera vez en su historia una clasificación a la Copa África (Guinea Ecuatorial 2015) y perdieron en primera fase en mayo del 2014 contra Mozambique, aunque el partido de vuelta jugado en Jartum, capital de Sudán, fue el primer partido oficial que Sudán del Sur no pierde.

Paradójico: el primer punto conseguido por Sudán del Sur lo logró en el país por el cual lucharon de independizarse, ya que no podían ser locales en su propio territorio. Dos países obligados a entenderse.

La paz firmada en agosto del 2015 parece que tuvo su espejo en la cancha. Comenzaban unas nuevas eliminatorias rumbo a la Copa África de Gabón 2017 y Sudán del Sur había perdido su primer partido contra Malí 2 - 0.

El segundo encuentro era contra Guinea Ecuatorial, que venía de tener una gran actuación en la Copa África del año anterior. Sorprendiendo a propios y ajenos, Sudán del Sur gana su primer partido en la historia: fue 1 - 0 con gol del juvenil Chol Peter Bentiu Daniel.

Con ánimo renovado encaraban la primera fase de la eliminatoria para Rusia 2018. Era octubre del 2015 y el rival, Mauritania. La ida, jugada en Sudán del Sur, fue empate 1 - 1. La vuelta, de visita, fue catastrófica: Mauritania ganó 4 - 0 y el sueño mundialista se terminó antes que siquiera empezara.

Desacuerdo de paz

Si bien se había firmado un acuerdo en agosto, ningún compromiso se puso en práctica hasta que en enero del 2016 el presidente Kiir volvió admitir a Machar como vicepresidente. Los mismos que en un momento impulsaron a Dinka y Nuer a matarse entre ellos, ahora volvían a compartir gobierno.

Ese acuerdo de paz establecía una distribución del territorio de Sudán del Sur entre gobierno y oposición, pero resulta que Kiir decidió llevar adelante una reforma y lo que antes estaba dividido en 10 provincias ahora pasó a dividirse en 28, todo para que los Dinka tuvieran más áreas de dominio. Eso tensa mucho el presente y amenaza con que se caiga nuevamente en otro conflicto.

La situación es tan terrible como desconocida para el mundo occidental, Stephen O'Brien, secretario general adjunto de la Oficina de Coordinación de Asuntos Humanitarios, la describe de la siguiente manera: "Estoy muy preocupado por las atrocidades que se siguen reportando. El nivel de crueldad que ha caracterizado a los ataques contra la población civil sugiere un odio profundo que va más allá de las diferencias políticas. Las denuncias incluyen asesinatos desenfrenados, violaciones, saqueos, secuestros, desplazamiento forzado e incluso actos horribles como la quema de personas en el interior de sus viviendas. Existen evidencias de ataques étnicos deliberados y de represalias contra mujeres y niñas".

El fútbol extrañamente ha logrado disociarse de la realidad del país. De la mano del coreano Sung, Sudán del Sur logró realizar su mejor Copa CECAFA, la de Etiopía 2015. Terminó invicto la fase de grupos, empatando con Sudán y ganándole a Malawi y Djibouti. En cuartos de final cayó por penales contra Sudán, por lo que abandonó el torneo sin perder en los 90 minutos.

Pero el buen momento no lo pudo continuar en las clasificatorias a la Copa África, donde en marzo del 2016 perdió los dos partidos que jugó contra Benín. En el primero de ellos contó con la visita de Gianni Infantino, que realizó su primer viaje como presidente de la FIFA a este país, de alguna manera devolviendo el gesto, ya que Sudán del Sur votó a Infantino a pesar que la Confederación Africana de Fútbol había decidido apoyar a al Jeque Al Khalifa.


El presidente de la Asociación de Sudán del Sur, Chabur Goc Alei, tiene claro la función de este deporte en su país: "Sabemos que tendremos que encarar muchos desafíos para desarrollar nuestro fútbol, pero eso solo afianza nuestro compromiso de trabajo con todas las asociaciones, echando mano del fútbol para combatir el hambre, la pobreza y la guerra".

El fútbol parece que es lo único que avanza en este país. Infantino inauguró la sede de la Federación, construida con dinero de la FIFA, y ese parece que es el camino. Si la comunidad internacional no se involucra en los problemas y ayuda en las soluciones, Sudán del Sur seguirá sin poder pararse. Eso en un mundo lleno de depredadores es peligroso.

Cuando a Khamis, el autor del primer gol de la historia del país, le preguntaron por aquel primer partido que perdieron, dijo: "¿El resultado? Este no es nuestro último partido, es el primero. ¡El primero! Tenemos toda la vida para ganar. Y ganaremos, ya verás". Quizá sea tiempo que los sursudaneses dejen de perder por goleada.

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Nota publicada en la revista digital La Fatídica del mes de abril. Para recibir mensualmente esta revista con contenidos exclusivos, hacete socio de PDA entrando acá.