"No es honesto prometer cualquier cosa"
Daniel Daners habló de la gestión del FA en materia de deportes y criticó las promesas de campaña de otros partidos.
Tras conocer las políticas deportivas que pretenden aplicar el Partido Nacional y el Partido Colorado, es turno de saber qué propone el Frente Amplio para su eventual tercer gobierno.
Daniel Daners es arquitecto y entrenador de waterpolo. Su vínculo con este deporte se ha desarrollado como jugador, como seleccionador nacional y, desde 2002, como entrenador del equipo del Club Banco República. Se considera un hombre “súper competitivo”. Desde el año 2008, Daners es director de Infraestructura y Administración General de la Dirección Nacional de Deporte (Dinade).
A través de su cuenta de Twitter, suele salir al cruce de aquellos que afirman que en Uruguay no hay políticas en materia de deportes, y admite que discutiendo se enoja con facilidad. Desde el Frente Amplio, Daners fue señalado como una referencia para hablar de las politicas deportivas que se han aplicado en los últimos años, y lo que vendrá en caso de que el FA vuelva a gobernar.
¿En Uruguay hay deportistas suficientes para sostener un Centro de Alto Rendimiento (CAR)?
No hay masa crítica para hacer un CAR. Por ejemplo en España, que tiene tres, están con problemas para mantenerlos, los tienen sub utilizados y están viendo de qué manera hacerlos sostenibles. La discusión está abierta, no es una decisión que esté tomada.
Es una obligación del Estado atender al deporte comunitario, a la iniciación deportiva, seguir disminuyendo el sedentarismo, que pasó de un 62% en el 2005 a un 50% en el 2014. Me parece que está bueno aclarar que no estoy renegando de la alta competencia, es una parte muy grande de mi vida, pero cuando analizo el rol del Estado, y miro todo el mapa, era un mapa que estaba desatendido.
Por algo hemos hecho las cosas así. Por ejemplo, multiplicamos por siete el presupuesto para el deporte -y sigue siendo insuficiente-. Hay directivas que han ido hacia darle un lugar de importancia a las políticas públicas de deporte. Ir al deporte de competencia o de alto rendimiento, es afinar muchísimo la lupa.
¿Qué costos y obligaciones genera construir un CAR?
¿Qué pasa con un CAR? Después que lo construiste es piedra que tiene que tener un contenido, y no podés construir para después darle contenido. Tenés que tener contenido para construir, es un tema de lógica de economía. ¿Cuál sería el CAR a construir? ¿A qué deportes apunta? ¿A los 32 olímpicos, a 10 o a 5? Hay que definir eso.
Sigamos con la hipótesis: se hace para los 32 deportes olímpicos, cuesta 50 millones de dólares. ¿Cuántos deportistas de élite tenemos que estén en los 30 primeros lugares de los JJOO? ¿En qué deportes? ¿Estamos justificando ese equipamiento de 50 millones de dólares y 7 millones al año de mantenimiento? Porque yo puedo tener la plata hoy para construirlo, pero después lo tengo que mantener. Mantenerlo y actualizarlo me cuesta entre un 15% y un 18% anual de lo que invertí.
¿Y pensar en apoyar a aquellos deportes cuyos deportistas puedan solventar sus carreras sin necesidad de becas?
Es una variable más. La potencia que tengas internacionalmente te facilita eventualmente ingresar a un circuito económico que tenga un retorno del cual vos te puedas sostener. Variables hay infinitas, por ejemplo desde la infraestructura existente. Lo que tenemos que hacer es gestionar, desde el análisis sistemático, las variables posibles.
Handball, un deporte que se puede jugar fácilmente, al que jugás casi en cualquier gimnasio. Tenemos necesidad de desarrollar el deporte en la mujer, y el handball nos permite achicar esa brecha de inequidad de género. Es fácilmente aplicable en las escuelas, se puede jugar todo el año, se puede hacer en playa. Empieza a tener valores y variables a favor. Después las opciones siempre son personales.
Vos y yo, con las mismas 10 variables, seguramente las valoremos de formas diferentes. Lo que no va a pasar es que alguien nos diga que lo resolvimos antojadizamente, o en el aire. Cuanto más estudiado esté y mayor información previa tengas, creo que el margen de error es menor.
¿Qué se necesita para apoyar a una disciplina?
Yo creo que a lo que tenemos que aspirar desde el Estado cuando decidamos apoyar a algunos deportistas de alto rendimiento, es generar el servicio de atención al atleta de alto rendimiento. En algún caso puede ser becarlo para que vaya a entrenar. Puntualmente algún deporte, como por ejemplo natación que tiene el Campus de Maldonado, potenciarlo como CAR para natación.
Como dice Juan Andrés Hernando, quien proyectó el centro de San Cugart, en Barcelona: “No nos podemos enamorar de la piedra”. El edificio no es el fin, el fin es lograr el servicio para que el atleta de alto rendimiento pueda entrenarse. Hagamos números gruesos, ¿tenemos 10 atletas de alto rendimiento? Son 10 mil dólares a cada uno por mes, 1,2 millones de dólares al año, contra los siete que nos costaría mantener un CAR de 50 millones de dólares, o contra tres millones que nos costaría mantener uno más acotado de 20 millones.
Es un tema de economía de escala. Yo creo que Uruguay no tiene una masa crítica para mantener un CAR.
¿Uno de los objetivos de construir un CAR no sería engrosar la “masa crítica” de deportistas de alto rendimiento?
Nosotros venimos de 20 o 25 años de no priorización de políticas públicas para el deporte, de no reconocimiento, de negación al deporte. Estamos recuperando un rezago importante. Si nosotros tuviéramos resuelta la atención al deporte comunitario, la atención en el sistema educativo, capaz que podemos priorizar el deporte de competencia.
En mi opinión no puede ser prioridad cuando en el 2005 el 17.3% de niños en el sistema educativo de primaria tenía educación física. En el 2009 logramos que fuera el 100%, con una frecuencia semanal y eso sigue siendo un déficit. Eso tiene que ser prioridad en el próximo período. Aumentar la frecuencia, la calidad, generar escuelas deportivas en el 50% de las escuelas que son de tiempo completo. Eso sí creo yo que son los cimientos para engrosar la masa crítica. Tenemos que construirlos antes de construir edificios.
¿De qué forma puede la Dinade brindar apoyo actualmente a la alta competencia?
Si yo tuviera que tomar la decisión, sería la de apoyar a los deportistas de élite que pueda, no todos. No puedo embarcar a todo el país en el apoyo a todas las selecciones. Desde la Dinade ejecutamos el 100% de la plata que tenemos para apoyar a las federaciones, no tenemos más. Si nosotros tuviéramos que apoyar a todas las selecciones, considerando solo las 32 olímpicas, eso nos da 6 millones de dólares al año (32 selecciones por dos géneros y por cuatro categorías -Primera, sub 19, sub 17 y sub 15- por un evento anual, promediando que cada delegación sean 15 y por 1500 dólares por persona).
Y eso para viajar a competir una vez al año. Te queda por fuera el apoyo de campeonatos que se hagan acá, apoyo a viajes de preparación, a traer técnicos, a becar deportistas. Esa plata no la tenemos. Yo escucho: “Nos merecemos apoyo del Estado”. Claro que se merecen. Si se pudiera, porque nadie obliga. La decisión de competir en tal deporte fue mía, no puedo embarcar a toda la sociedad y obligarla a apoyar. Pedirle sí, obligarla creo que es injusto.
¿Qué hace falta para que se ponga en práctica el Sistema de Alto Rendimiento y cuál es la planificación?
Países que apoyan a todos los deportes son muy pocos, y tienen con qué. No apoya a todos los deportes Colombia, que tiene bastante más plata que nosotros. No lo hace Argentina, que tiene un impuesto en las llamadas de celulares destinado únicamente para los deportes olímpicos. No lo tiene Chile. Lo tiene Brasil, por supuesto, lo tiene España, lo tiene EEUU, los que son potencias. ¿Por qué Uruguay tiene que hacer lo que no puede?
Primero priorizamos algunos deportes. La discusión va a ser cruel porque el que quede afuera se va a sentir desplazado. Después de eso desarrollás esos deportes y podés lograr un nivel que justifique la inversión. Precisamos un centro de entrenamiento que permita mejorar el nivel, desarrollar el deporte y que justifique luego la construcción de un CAR.
¿Cuál serían los plazos en un futuro gobierno del FA para armar la planificación y poner en práctica eso?
Lo que define muchas cosas es la discusión general del presupuesto. El presupuesto actual de deportes es cerca de 10 millones de dólares, dejando por fuera los salarios -que no los manejamos desde acá-. Luego hay partidas, refuerzo de rubros y esas cosas, que ajustan el presupuesto. Son 4 millones de dólares en salarios, docentes y no docentes. En el año 2011 el total fueron 18 millones de dólares. En el 2012 16 millones y en el 2013 13 millones. El promedio en este quinquenio fueron 15 millones y, si le agregás los salarios, cerca de 20 millones anuales.
¿En qué momento estamos de la planificación del Sistema de Alto Rendimiento?
Uruguay tiene por primera vez en la historia un equipo técnico trabajando en la atención al alto rendimiento. Son tres técnicos trabajando específicamente en atención a las federaciones, planificación de trabajo, monitoreo y evaluación de los deportistas, control de alto rendimiento, sugerir becas. Hay un metodólogo, un evaluador y una psicóloga deportiva que están trabajando desde la Fundación Deporte Uruguay para eso. La Fundación es un órgano cogobernado por el Comité Olímpico y la Dinade y está específicamente destinada a la atención al alto rendimiento. Las federaciones deberían -y no lo hacen- entregar la planificación anual de todo lo que van a hacer.
Ahí tenemos una punta a mejorar y a desarrollar, que es la gestión del deporte. Profesionalizar la gestión deportiva, eso no está hecho ni cerca. Los gestores en deportes no están especializados, hablando en términos generales, hay excepciones. Las federaciones no están gestionadas profesionalmente, yo estoy seguro que si le pido a las 32 federaciones olímpicas que me entreguen ahora un informe de cantidad de deportistas que tienen, cantidad de partidos y planificación de acá a tres años de los campeonatos, muy pocas lo pueden hacer.
El presupuesto se ejecuta dentro del año, y lo que no ejecutamos al 31 de diciembre se pierde. Además, la ejecución pública tiene algunas lentitudes, propias del control del gasto. Hacés un convenio, le pedís a las federaciones que te rindan cuentas y eso se audita tres veces. Nunca una transferencia de este tipo se hace en menos de un mes y medio. Las federaciones saben eso y todos los años decimos lo mismo: “Por favor, a fin de año presenten la planificación para el año que viene, las actividades que tengan, así vemos qué podemos apoyar”.
¿Fue lo que pasó con el Handball este año?
Claro, la federación priorizó hacer un Panamericano acá y pidió para eso 250 mil dólares y fue lo que se le dio. Nosotros no podemos adivinar cuál es la planificación de cada federación, ni lo que va a aparecer. Tenemos 60 millones de pesos al año para las federaciones, esa es la plata que tenemos, no tenemos más. Handball es el deporte más apoyado por escándalo desde acá. La octava parte de apoyo a las federaciones se la lleva el handball, que está bien. Lo que no me parece bien es que sigan reclamando. Es plata de la gente, no es plata que me quede yo, ni plata que nos ahorremos.
¿Se puede pensar en exigirle a las federaciones documentación que demuestre en qué gastan el presupuesto asignado y que sea de público conocimiento?
Lo que es público es en qué usamos los recursos nuestros. Debería saberse en qué se usa esa plata dentro de cada federación, porque es plata de la gente. Las federaciones son entidades privadas, nosotros no tenemos injerencia ni queremos tenerla. La transparencia debería ser una exigencia de los propios actores de cada federación.
¿Es cierto que los viáticos para los ODESUR de marzo se comenzaron a pagar en agosto?
En agosto se pagó una partida única para cada deportista que fue a los ODESUR de 300 dólares, no fueron viáticos. Es una partida única que no se había dado nunca en la historia. Todos los deportistas que fueron recibieron 300 dólares, tarde, pero recibieron esa plata. Los que sí se pagaron antes, fueron 500 dólares mensuales a algunos atletas que están en alto nivel de competencia.
¿La idea es repetir esta partida en los próximos ODESUR?
Si yo tuviera que tomar la decisión, habría que repetirlo
¿Solo para los ODESUR o hay posibilidad de hacerlo para otras competencias?
Habría que ver, si hubiera presupuesto sí. Ecuador tiene 100 millones de dólares por año para el deporte. Es lo que tenemos nosotros para un quinquenio. Si nosotros tuviéramos esa plata, habría más apoyo, pero la plata es la que hay. En julio del año que viene ya se va a saber con la plata que se cuenta hasta el 2020, no hay misterio.
¿Cuál es la posibilidad de que el presupuesto asignado a deportes siga creciendo en un eventual gobierno del FA?
Nosotros cuando hicimos el presupuesto anterior lo hicimos muy detalladamente, dijimos que íbamos a construir tantas piscinas, tantos gimnasios, tantas plazas siglo XXI. En un congreso en Río de Janeiro, donde habló el encargado de la infraestrctura de los JJOO de Londres, dijo una frase que me marcó: “La sostenibilidad es legado”. Nosotros no podemos construir lo que no podemos mantener. En el presupuesto lo que construimos fue lo que podemos mantener.
Al final del día la que paga la cuenta es la gente o esas estructuras terminan abandonadas, como es el caso de los JJOO de Grecia o China. Es una irresponsabilidad que no podemos cometer. Cuando elaboramos el presupuesto lo hicimos con esa cabeza.
Si me preguntas cuánta plata, toda la que se pueda. Nosotros tenemos 114 plazas en todo el país. Vamos a terminar el período habiendo hecho cosas en mayor o menor profundidad en 70 plazas. Siguen quedando 45 plazas en las que no hicimos nada. Se me cae la cara de vergüenza saber que, en algunos lugares, los gurises van a jugar a esas plazas que están hechas pedazos, pero no tengo más plata.
Cuando yo estaba fuera de la administración había muchas cosas que no entendía. Para mí la plata era plata y, como en cualquier casa, sacás plata de tu bolsillo para pagar el baño o para hacer las compras del súper. Acá tenés para cosas específicas. Alguna plata se puede pasar a otro rubro, pero no toda, y está bien que no se pueda. Es una ecuación con muchas variables, en la que te sentís embretado, pero es lo que le da solidez, certeza, equilibrio a lo que estás haciendo.
¿Por qué no funcionó la experiencia de transformar el Club Neptuno en un centro de entrenamiento?
Neptuno es una instalación enorme. Tiene un problema de gestión importante, un déficit constante. Yo estudié el edificio y lo dividí para que funcionaran con autonomía algunos espacios para uso de Neptuno y otros para uso de la Fundación Deporte Uruguay, con lugares de uso común. A Neptuno le servía porque se desprendía del 60% del gasto de funcionamiento, y a nosotros nos daba una instalación que no es de última generación, pero es arreglable. Algo que no tenemos hoy. No pudimos avanzar porque implicaba la aceptación de los socios de Neptuno. Volvemos a lo mismo, yo quiero mi CAR o mi club para mí, aunque no lo use y se esté fundiendo. Ahí quedaron caminos por recorrer y ojalá que se puedan destrabar.
En tu opinión, ¿en qué lugar está hoy el deporte de alto rendimiento uruguayo y qué posibilidades se pueden generar de acá a cinco años?
Hay un compañero acá, Arnaldo Gomensoro, que fue al primero que le escuché este concepto: en muchas actividades los países tienen facilidades, o compensan a raíz de sus debilidades, por ejemplo en las relaciones económicas. En el deporte no pasa eso. Uruguay, con tres millones de personas y 17 mil dólares per cápita de PBI, con las dificultades y carencias que hay, tiene que competir en igualdad de condiciones con potencias. No nos facilitan nada. No es un tema de quejarse, sino de mirar la realidad.
Creo que Uruguay tiene que apostar, en todos los deportes salvo el fútbol, a que su meta sean los ODESUR. Ya cuando incluís los Panamericanos, tenés a EEUU y a México. Y en los ODESUR ya tenés a Brasil que, tarde o temprano, no va a estar en ningún deporte debajo de los ocho mejores.
Todo lo demás que venga bienvenido, pero ponerme como meta ser campeón olímpico es frustrarme. Sería apostar a la frustración y sería un error. Uruguay debería, en esos ocho deportes que priorice, estar en los mejores 16 del mundo.
De acá a cinco años, ¿se puede pensar en eso?
No creo, habría que pensarlo, pero no creo. Las metas hay que ponerlas difíciles. Pongamos esa meta y después vemos qué pasa. El medallero olímpico es engañoso. Si Uruguay es cuarto en los 32 deportes olímpicos, ¿cómo queda en el medallero? Último. Pero es potencia deportiva.
Nuestro ámbito de competencia tienen que ser los ODESUR. En los últimos quedamos séptimos en el medallero, muy abajo. Eso tenemos que levantar. Sería una estupidez pensar que le vamos a ganar a Brasil, Colombia, Argentina y Venezuela, esos cuatro países ya están. La meta de Uruguay tendría que ser el quinto lugar en los ODESUR. Me parece razonable.
Tenemos ventajas. Cultura del deporte, de la competencia, la masificación de los deportes en las escuelas, cobertura de deportes comunitarios en todo el país. Hay fortalezas, tenemos un país accesible para todos, pero tenemos que trabajar planificado. No estamos trabajando de manera coordinada y planificada, hay dispersión en los aportes, en los trabajos. Uruguay tiene que generar una especie de ventanilla única para aportes al deporte.
Hay dos latiguillos o lugares comunes que se dicen. Primero: no hay política deportiva. Segundo: el Estado no apoya. Te voy a decir que los clubes deportivos están exonerados de contribución inmobiliaria, de contribución a BPS, a la DGI. El ISEF es universitario y gratis, tenés apoyo de ANTEL, ANCAP, UTE, Correo, Casinos. Tenés inversiones del MTOP, las intendencias que trabajan en deporte.
¿Dónde está el no apoyo del Estado? Hacé las cuentas y es una millonada. Porque la Dinade tiene 20 millones de dólares al año, pero todo eso ¿cuánto suma? No está sistematizado, y ese es un error que cometemos, no está la cuenta. Nadie sabe cuánto se aporta.
Te pongo un ejemplo. Hace tiempo, en Twitter, alguien ponía cuánto le daba Brasil al vóley. Fui a los números, dividí ese monto por la cantidad de brasileros e hice lo mismo con la cantidad de uruguayos y el aporte al vóley. Eso me dio que nosotros le dábamos cuatro veces más que Brasil en proporción. No podemos compararnos con otras realidades.
Seamos consistentes, no digamos bolazos. Hice las cuentas de cuánto cuesta lo que quiere construir Bordaberry. Le cuesta 467 millones de dólares. No podés prometer cualquier cosa, no es honesto.
Daniel Daners es arquitecto y entrenador de waterpolo. Su vínculo con este deporte se ha desarrollado como jugador, como seleccionador nacional y, desde 2002, como entrenador del equipo del Club Banco República. Se considera un hombre “súper competitivo”. Desde el año 2008, Daners es director de Infraestructura y Administración General de la Dirección Nacional de Deporte (Dinade).
A través de su cuenta de Twitter, suele salir al cruce de aquellos que afirman que en Uruguay no hay políticas en materia de deportes, y admite que discutiendo se enoja con facilidad. Desde el Frente Amplio, Daners fue señalado como una referencia para hablar de las politicas deportivas que se han aplicado en los últimos años, y lo que vendrá en caso de que el FA vuelva a gobernar.
¿En Uruguay hay deportistas suficientes para sostener un Centro de Alto Rendimiento (CAR)?
No hay masa crítica para hacer un CAR. Por ejemplo en España, que tiene tres, están con problemas para mantenerlos, los tienen sub utilizados y están viendo de qué manera hacerlos sostenibles. La discusión está abierta, no es una decisión que esté tomada.
Es una obligación del Estado atender al deporte comunitario, a la iniciación deportiva, seguir disminuyendo el sedentarismo, que pasó de un 62% en el 2005 a un 50% en el 2014. Me parece que está bueno aclarar que no estoy renegando de la alta competencia, es una parte muy grande de mi vida, pero cuando analizo el rol del Estado, y miro todo el mapa, era un mapa que estaba desatendido.
Por algo hemos hecho las cosas así. Por ejemplo, multiplicamos por siete el presupuesto para el deporte -y sigue siendo insuficiente-. Hay directivas que han ido hacia darle un lugar de importancia a las políticas públicas de deporte. Ir al deporte de competencia o de alto rendimiento, es afinar muchísimo la lupa.
¿Qué costos y obligaciones genera construir un CAR?
¿Qué pasa con un CAR? Después que lo construiste es piedra que tiene que tener un contenido, y no podés construir para después darle contenido. Tenés que tener contenido para construir, es un tema de lógica de economía. ¿Cuál sería el CAR a construir? ¿A qué deportes apunta? ¿A los 32 olímpicos, a 10 o a 5? Hay que definir eso.
Sigamos con la hipótesis: se hace para los 32 deportes olímpicos, cuesta 50 millones de dólares. ¿Cuántos deportistas de élite tenemos que estén en los 30 primeros lugares de los JJOO? ¿En qué deportes? ¿Estamos justificando ese equipamiento de 50 millones de dólares y 7 millones al año de mantenimiento? Porque yo puedo tener la plata hoy para construirlo, pero después lo tengo que mantener. Mantenerlo y actualizarlo me cuesta entre un 15% y un 18% anual de lo que invertí.
¿Y pensar en apoyar a aquellos deportes cuyos deportistas puedan solventar sus carreras sin necesidad de becas?
Es una variable más. La potencia que tengas internacionalmente te facilita eventualmente ingresar a un circuito económico que tenga un retorno del cual vos te puedas sostener. Variables hay infinitas, por ejemplo desde la infraestructura existente. Lo que tenemos que hacer es gestionar, desde el análisis sistemático, las variables posibles.
Handball, un deporte que se puede jugar fácilmente, al que jugás casi en cualquier gimnasio. Tenemos necesidad de desarrollar el deporte en la mujer, y el handball nos permite achicar esa brecha de inequidad de género. Es fácilmente aplicable en las escuelas, se puede jugar todo el año, se puede hacer en playa. Empieza a tener valores y variables a favor. Después las opciones siempre son personales.
Vos y yo, con las mismas 10 variables, seguramente las valoremos de formas diferentes. Lo que no va a pasar es que alguien nos diga que lo resolvimos antojadizamente, o en el aire. Cuanto más estudiado esté y mayor información previa tengas, creo que el margen de error es menor.
¿Qué se necesita para apoyar a una disciplina?
Yo creo que a lo que tenemos que aspirar desde el Estado cuando decidamos apoyar a algunos deportistas de alto rendimiento, es generar el servicio de atención al atleta de alto rendimiento. En algún caso puede ser becarlo para que vaya a entrenar. Puntualmente algún deporte, como por ejemplo natación que tiene el Campus de Maldonado, potenciarlo como CAR para natación.
Como dice Juan Andrés Hernando, quien proyectó el centro de San Cugart, en Barcelona: “No nos podemos enamorar de la piedra”. El edificio no es el fin, el fin es lograr el servicio para que el atleta de alto rendimiento pueda entrenarse. Hagamos números gruesos, ¿tenemos 10 atletas de alto rendimiento? Son 10 mil dólares a cada uno por mes, 1,2 millones de dólares al año, contra los siete que nos costaría mantener un CAR de 50 millones de dólares, o contra tres millones que nos costaría mantener uno más acotado de 20 millones.
Es un tema de economía de escala. Yo creo que Uruguay no tiene una masa crítica para mantener un CAR.
¿Uno de los objetivos de construir un CAR no sería engrosar la “masa crítica” de deportistas de alto rendimiento?
Nosotros venimos de 20 o 25 años de no priorización de políticas públicas para el deporte, de no reconocimiento, de negación al deporte. Estamos recuperando un rezago importante. Si nosotros tuviéramos resuelta la atención al deporte comunitario, la atención en el sistema educativo, capaz que podemos priorizar el deporte de competencia.
En mi opinión no puede ser prioridad cuando en el 2005 el 17.3% de niños en el sistema educativo de primaria tenía educación física. En el 2009 logramos que fuera el 100%, con una frecuencia semanal y eso sigue siendo un déficit. Eso tiene que ser prioridad en el próximo período. Aumentar la frecuencia, la calidad, generar escuelas deportivas en el 50% de las escuelas que son de tiempo completo. Eso sí creo yo que son los cimientos para engrosar la masa crítica. Tenemos que construirlos antes de construir edificios.
¿De qué forma puede la Dinade brindar apoyo actualmente a la alta competencia?
Si yo tuviera que tomar la decisión, sería la de apoyar a los deportistas de élite que pueda, no todos. No puedo embarcar a todo el país en el apoyo a todas las selecciones. Desde la Dinade ejecutamos el 100% de la plata que tenemos para apoyar a las federaciones, no tenemos más. Si nosotros tuviéramos que apoyar a todas las selecciones, considerando solo las 32 olímpicas, eso nos da 6 millones de dólares al año (32 selecciones por dos géneros y por cuatro categorías -Primera, sub 19, sub 17 y sub 15- por un evento anual, promediando que cada delegación sean 15 y por 1500 dólares por persona).
Y eso para viajar a competir una vez al año. Te queda por fuera el apoyo de campeonatos que se hagan acá, apoyo a viajes de preparación, a traer técnicos, a becar deportistas. Esa plata no la tenemos. Yo escucho: “Nos merecemos apoyo del Estado”. Claro que se merecen. Si se pudiera, porque nadie obliga. La decisión de competir en tal deporte fue mía, no puedo embarcar a toda la sociedad y obligarla a apoyar. Pedirle sí, obligarla creo que es injusto.
¿Qué hace falta para que se ponga en práctica el Sistema de Alto Rendimiento y cuál es la planificación?
Países que apoyan a todos los deportes son muy pocos, y tienen con qué. No apoya a todos los deportes Colombia, que tiene bastante más plata que nosotros. No lo hace Argentina, que tiene un impuesto en las llamadas de celulares destinado únicamente para los deportes olímpicos. No lo tiene Chile. Lo tiene Brasil, por supuesto, lo tiene España, lo tiene EEUU, los que son potencias. ¿Por qué Uruguay tiene que hacer lo que no puede?
Primero priorizamos algunos deportes. La discusión va a ser cruel porque el que quede afuera se va a sentir desplazado. Después de eso desarrollás esos deportes y podés lograr un nivel que justifique la inversión. Precisamos un centro de entrenamiento que permita mejorar el nivel, desarrollar el deporte y que justifique luego la construcción de un CAR.
¿Cuál serían los plazos en un futuro gobierno del FA para armar la planificación y poner en práctica eso?
Lo que define muchas cosas es la discusión general del presupuesto. El presupuesto actual de deportes es cerca de 10 millones de dólares, dejando por fuera los salarios -que no los manejamos desde acá-. Luego hay partidas, refuerzo de rubros y esas cosas, que ajustan el presupuesto. Son 4 millones de dólares en salarios, docentes y no docentes. En el año 2011 el total fueron 18 millones de dólares. En el 2012 16 millones y en el 2013 13 millones. El promedio en este quinquenio fueron 15 millones y, si le agregás los salarios, cerca de 20 millones anuales.
¿En qué momento estamos de la planificación del Sistema de Alto Rendimiento?
Uruguay tiene por primera vez en la historia un equipo técnico trabajando en la atención al alto rendimiento. Son tres técnicos trabajando específicamente en atención a las federaciones, planificación de trabajo, monitoreo y evaluación de los deportistas, control de alto rendimiento, sugerir becas. Hay un metodólogo, un evaluador y una psicóloga deportiva que están trabajando desde la Fundación Deporte Uruguay para eso. La Fundación es un órgano cogobernado por el Comité Olímpico y la Dinade y está específicamente destinada a la atención al alto rendimiento. Las federaciones deberían -y no lo hacen- entregar la planificación anual de todo lo que van a hacer.
Ahí tenemos una punta a mejorar y a desarrollar, que es la gestión del deporte. Profesionalizar la gestión deportiva, eso no está hecho ni cerca. Los gestores en deportes no están especializados, hablando en términos generales, hay excepciones. Las federaciones no están gestionadas profesionalmente, yo estoy seguro que si le pido a las 32 federaciones olímpicas que me entreguen ahora un informe de cantidad de deportistas que tienen, cantidad de partidos y planificación de acá a tres años de los campeonatos, muy pocas lo pueden hacer.
El presupuesto se ejecuta dentro del año, y lo que no ejecutamos al 31 de diciembre se pierde. Además, la ejecución pública tiene algunas lentitudes, propias del control del gasto. Hacés un convenio, le pedís a las federaciones que te rindan cuentas y eso se audita tres veces. Nunca una transferencia de este tipo se hace en menos de un mes y medio. Las federaciones saben eso y todos los años decimos lo mismo: “Por favor, a fin de año presenten la planificación para el año que viene, las actividades que tengan, así vemos qué podemos apoyar”.
¿Fue lo que pasó con el Handball este año?
Claro, la federación priorizó hacer un Panamericano acá y pidió para eso 250 mil dólares y fue lo que se le dio. Nosotros no podemos adivinar cuál es la planificación de cada federación, ni lo que va a aparecer. Tenemos 60 millones de pesos al año para las federaciones, esa es la plata que tenemos, no tenemos más. Handball es el deporte más apoyado por escándalo desde acá. La octava parte de apoyo a las federaciones se la lleva el handball, que está bien. Lo que no me parece bien es que sigan reclamando. Es plata de la gente, no es plata que me quede yo, ni plata que nos ahorremos.
¿Se puede pensar en exigirle a las federaciones documentación que demuestre en qué gastan el presupuesto asignado y que sea de público conocimiento?
Lo que es público es en qué usamos los recursos nuestros. Debería saberse en qué se usa esa plata dentro de cada federación, porque es plata de la gente. Las federaciones son entidades privadas, nosotros no tenemos injerencia ni queremos tenerla. La transparencia debería ser una exigencia de los propios actores de cada federación.
¿Es cierto que los viáticos para los ODESUR de marzo se comenzaron a pagar en agosto?
En agosto se pagó una partida única para cada deportista que fue a los ODESUR de 300 dólares, no fueron viáticos. Es una partida única que no se había dado nunca en la historia. Todos los deportistas que fueron recibieron 300 dólares, tarde, pero recibieron esa plata. Los que sí se pagaron antes, fueron 500 dólares mensuales a algunos atletas que están en alto nivel de competencia.
¿La idea es repetir esta partida en los próximos ODESUR?
Si yo tuviera que tomar la decisión, habría que repetirlo
¿Solo para los ODESUR o hay posibilidad de hacerlo para otras competencias?
Habría que ver, si hubiera presupuesto sí. Ecuador tiene 100 millones de dólares por año para el deporte. Es lo que tenemos nosotros para un quinquenio. Si nosotros tuviéramos esa plata, habría más apoyo, pero la plata es la que hay. En julio del año que viene ya se va a saber con la plata que se cuenta hasta el 2020, no hay misterio.
¿Cuál es la posibilidad de que el presupuesto asignado a deportes siga creciendo en un eventual gobierno del FA?
Nosotros cuando hicimos el presupuesto anterior lo hicimos muy detalladamente, dijimos que íbamos a construir tantas piscinas, tantos gimnasios, tantas plazas siglo XXI. En un congreso en Río de Janeiro, donde habló el encargado de la infraestrctura de los JJOO de Londres, dijo una frase que me marcó: “La sostenibilidad es legado”. Nosotros no podemos construir lo que no podemos mantener. En el presupuesto lo que construimos fue lo que podemos mantener.
Al final del día la que paga la cuenta es la gente o esas estructuras terminan abandonadas, como es el caso de los JJOO de Grecia o China. Es una irresponsabilidad que no podemos cometer. Cuando elaboramos el presupuesto lo hicimos con esa cabeza.
Si me preguntas cuánta plata, toda la que se pueda. Nosotros tenemos 114 plazas en todo el país. Vamos a terminar el período habiendo hecho cosas en mayor o menor profundidad en 70 plazas. Siguen quedando 45 plazas en las que no hicimos nada. Se me cae la cara de vergüenza saber que, en algunos lugares, los gurises van a jugar a esas plazas que están hechas pedazos, pero no tengo más plata.
Cuando yo estaba fuera de la administración había muchas cosas que no entendía. Para mí la plata era plata y, como en cualquier casa, sacás plata de tu bolsillo para pagar el baño o para hacer las compras del súper. Acá tenés para cosas específicas. Alguna plata se puede pasar a otro rubro, pero no toda, y está bien que no se pueda. Es una ecuación con muchas variables, en la que te sentís embretado, pero es lo que le da solidez, certeza, equilibrio a lo que estás haciendo.
¿Por qué no funcionó la experiencia de transformar el Club Neptuno en un centro de entrenamiento?
Neptuno es una instalación enorme. Tiene un problema de gestión importante, un déficit constante. Yo estudié el edificio y lo dividí para que funcionaran con autonomía algunos espacios para uso de Neptuno y otros para uso de la Fundación Deporte Uruguay, con lugares de uso común. A Neptuno le servía porque se desprendía del 60% del gasto de funcionamiento, y a nosotros nos daba una instalación que no es de última generación, pero es arreglable. Algo que no tenemos hoy. No pudimos avanzar porque implicaba la aceptación de los socios de Neptuno. Volvemos a lo mismo, yo quiero mi CAR o mi club para mí, aunque no lo use y se esté fundiendo. Ahí quedaron caminos por recorrer y ojalá que se puedan destrabar.
En tu opinión, ¿en qué lugar está hoy el deporte de alto rendimiento uruguayo y qué posibilidades se pueden generar de acá a cinco años?
Hay un compañero acá, Arnaldo Gomensoro, que fue al primero que le escuché este concepto: en muchas actividades los países tienen facilidades, o compensan a raíz de sus debilidades, por ejemplo en las relaciones económicas. En el deporte no pasa eso. Uruguay, con tres millones de personas y 17 mil dólares per cápita de PBI, con las dificultades y carencias que hay, tiene que competir en igualdad de condiciones con potencias. No nos facilitan nada. No es un tema de quejarse, sino de mirar la realidad.
Creo que Uruguay tiene que apostar, en todos los deportes salvo el fútbol, a que su meta sean los ODESUR. Ya cuando incluís los Panamericanos, tenés a EEUU y a México. Y en los ODESUR ya tenés a Brasil que, tarde o temprano, no va a estar en ningún deporte debajo de los ocho mejores.
Todo lo demás que venga bienvenido, pero ponerme como meta ser campeón olímpico es frustrarme. Sería apostar a la frustración y sería un error. Uruguay debería, en esos ocho deportes que priorice, estar en los mejores 16 del mundo.
De acá a cinco años, ¿se puede pensar en eso?
No creo, habría que pensarlo, pero no creo. Las metas hay que ponerlas difíciles. Pongamos esa meta y después vemos qué pasa. El medallero olímpico es engañoso. Si Uruguay es cuarto en los 32 deportes olímpicos, ¿cómo queda en el medallero? Último. Pero es potencia deportiva.
Nuestro ámbito de competencia tienen que ser los ODESUR. En los últimos quedamos séptimos en el medallero, muy abajo. Eso tenemos que levantar. Sería una estupidez pensar que le vamos a ganar a Brasil, Colombia, Argentina y Venezuela, esos cuatro países ya están. La meta de Uruguay tendría que ser el quinto lugar en los ODESUR. Me parece razonable.
Tenemos ventajas. Cultura del deporte, de la competencia, la masificación de los deportes en las escuelas, cobertura de deportes comunitarios en todo el país. Hay fortalezas, tenemos un país accesible para todos, pero tenemos que trabajar planificado. No estamos trabajando de manera coordinada y planificada, hay dispersión en los aportes, en los trabajos. Uruguay tiene que generar una especie de ventanilla única para aportes al deporte.
Hay dos latiguillos o lugares comunes que se dicen. Primero: no hay política deportiva. Segundo: el Estado no apoya. Te voy a decir que los clubes deportivos están exonerados de contribución inmobiliaria, de contribución a BPS, a la DGI. El ISEF es universitario y gratis, tenés apoyo de ANTEL, ANCAP, UTE, Correo, Casinos. Tenés inversiones del MTOP, las intendencias que trabajan en deporte.
¿Dónde está el no apoyo del Estado? Hacé las cuentas y es una millonada. Porque la Dinade tiene 20 millones de dólares al año, pero todo eso ¿cuánto suma? No está sistematizado, y ese es un error que cometemos, no está la cuenta. Nadie sabe cuánto se aporta.
Te pongo un ejemplo. Hace tiempo, en Twitter, alguien ponía cuánto le daba Brasil al vóley. Fui a los números, dividí ese monto por la cantidad de brasileros e hice lo mismo con la cantidad de uruguayos y el aporte al vóley. Eso me dio que nosotros le dábamos cuatro veces más que Brasil en proporción. No podemos compararnos con otras realidades.
Seamos consistentes, no digamos bolazos. Hice las cuentas de cuánto cuesta lo que quiere construir Bordaberry. Le cuesta 467 millones de dólares. No podés prometer cualquier cosa, no es honesto.