
Anóteme en la lista
Luego de criticar constantemente al "Maestro", es momento de reivindicarse.

Malos planteos tácticos. Pasividad a la hora de realizar cambios. Crear un fútbol netamente defensivo. No proponer. No salir a buscar la victoria. No adecuarse nuestro juego al de los demás…
A lo largo de estos años del “proceso”, me he encargado de criticar una y otra vez con alguna de esos argumentos al técnico de la Selección, Óscar Tabárez. Nunca tuve buen feeling con su forma de planificar los partidos y, si bien lloré lágrimas de emoción por todos los resultados cosechados, nunca había podido darle la derecha al “Maestro”. Hasta este martes…
Porque la victoria que Uruguay consiguió este martes ante Italia llegó, sin ninguna duda, gracias al DT. El planteo táctico, los jugadores elegidos para salir a la cancha, los cambios realizados en el momento que fueron realizados, el sistema de juego. Todo, todo estuvo llevado a la perfección.
Obviamente que luego, dentro del campo de juego, son los jugadores los que deben ejecutar ese plan; y por más que el técnico intente hacer variantes, si los jugadores no responden difícil será que encuentre soluciones. Pero la base la marca el técnico y hay que destacarla.
Para este partido Uruguay salió parado con un medio de la cancha muy poblado: el “Cacha” como cinco bien marcado por delante de la línea de tres y detrás del “Tata”, Lodeiro, “Palito” y el “Cebolla”. Este fue el primer acierto de Tabárez, que entendió que el juego italiano pasaba únicamente por Pirlo y que, al quitarle espacios, se lo podía controlar bastante.
Para ello, además hecho mano a su caballito de confianza en la marca ofensiva: Cavani. El delantero volvió a retrasarse varios metros para ejercer presión sobre el creador del juego italiano o sobre los posibles pases que este podía mandar.
Antes de empezar el encuentro (contándolo a modo de anécdota) le comenté a un par de amigos que este era un partido para los centrales. Godín o “Josema” estaban destinados a anotar un gol, porque las pelotas aéreas iban a ser importantísimas.
En esta clase de partidos, apretados y luchados, es vital aprovechar los balones detenidos; y más sabiendo que Uruguay resigna la pelota y deja que el rival proponga. Por lo tanto, los que son buenos cabeceando deben sobresalir en estos cotejos.
Por suerte eso fue lo que sucedió y el mejor zaguero del mundo en este momento, la mandó a guardar.
Si bien Suárez y Cavani son excelentes delanteros, este no era el partido ideal para ellos. La defensa italiana es muy pegajosa, dura, constante y para ellos es difícil encontrar un hueco. Además, cuando lo encuentran y logran rematar, se encuentran con uno de los mejores goleros de la historia en el arco. Porque la pelota que Buffon le saca a Luis es digna de un portero de inmensas condiciones.
Como decía anteriormente, uno de los puntos fuertes del “Maestro” fueron los cambios realizados, y más en el momento que fueron hechos. Primero, el “Mono” Pereira entró para la segunda mitad en lugar de Lodeiro, que no estaba jugando un buen partido. Dio aire a la marca y velocidad a la salida.
Luego, Stuani suplantó a “Palito”, que jugó un primer tiempo magnífico, pero que bajó su producción en los últimos minutos que estuvo en cancha. El medio, la recuperación y la presión siguió siendo el factor determinante para que se hiciese este correcto cambio.
Por último, Gastón Ramírez por Cristian Rodríguez. Uruguay no encontraba la manera, no podía entrarle a la “azurra”, que se abroquelaba en el fondo y no daba oportunidades a los volantes celestes de encontrar huecos. Mandó a la cancha a un jugador de buen pie, que supo encontrar el aire necesario y poner el freno justo en vez de salir descontrolado hacia adelante.
Para terminar, hay que destacar algo que ha logrado Tabárez en todos los partidos de su proceso y que ha sido reconocido infinitas veces. Uruguay se convirtió en un equipo al que le gustan las difíciles, que no conoce de imposibles, que se atreve a jugarle al que sea, como sea.
Para ganarle a este equipo lo van a tener que matar, porque no regalará ni un metro de ventaja, no cederá un centímetro al saltar ni irá a trancar sin ganas. Este Uruguay, que dirige Óscar Tabárez, es el fiel reflejo de nuestra sociedad y eso solo un técnico que entienda tanto el sentir uruguayo lo puede lograr.
A lo largo de estos años del “proceso”, me he encargado de criticar una y otra vez con alguna de esos argumentos al técnico de la Selección, Óscar Tabárez. Nunca tuve buen feeling con su forma de planificar los partidos y, si bien lloré lágrimas de emoción por todos los resultados cosechados, nunca había podido darle la derecha al “Maestro”. Hasta este martes…
Porque la victoria que Uruguay consiguió este martes ante Italia llegó, sin ninguna duda, gracias al DT. El planteo táctico, los jugadores elegidos para salir a la cancha, los cambios realizados en el momento que fueron realizados, el sistema de juego. Todo, todo estuvo llevado a la perfección.
Obviamente que luego, dentro del campo de juego, son los jugadores los que deben ejecutar ese plan; y por más que el técnico intente hacer variantes, si los jugadores no responden difícil será que encuentre soluciones. Pero la base la marca el técnico y hay que destacarla.
Para este partido Uruguay salió parado con un medio de la cancha muy poblado: el “Cacha” como cinco bien marcado por delante de la línea de tres y detrás del “Tata”, Lodeiro, “Palito” y el “Cebolla”. Este fue el primer acierto de Tabárez, que entendió que el juego italiano pasaba únicamente por Pirlo y que, al quitarle espacios, se lo podía controlar bastante.
Para ello, además hecho mano a su caballito de confianza en la marca ofensiva: Cavani. El delantero volvió a retrasarse varios metros para ejercer presión sobre el creador del juego italiano o sobre los posibles pases que este podía mandar.
Antes de empezar el encuentro (contándolo a modo de anécdota) le comenté a un par de amigos que este era un partido para los centrales. Godín o “Josema” estaban destinados a anotar un gol, porque las pelotas aéreas iban a ser importantísimas.
En esta clase de partidos, apretados y luchados, es vital aprovechar los balones detenidos; y más sabiendo que Uruguay resigna la pelota y deja que el rival proponga. Por lo tanto, los que son buenos cabeceando deben sobresalir en estos cotejos.
Por suerte eso fue lo que sucedió y el mejor zaguero del mundo en este momento, la mandó a guardar.
Si bien Suárez y Cavani son excelentes delanteros, este no era el partido ideal para ellos. La defensa italiana es muy pegajosa, dura, constante y para ellos es difícil encontrar un hueco. Además, cuando lo encuentran y logran rematar, se encuentran con uno de los mejores goleros de la historia en el arco. Porque la pelota que Buffon le saca a Luis es digna de un portero de inmensas condiciones.
Como decía anteriormente, uno de los puntos fuertes del “Maestro” fueron los cambios realizados, y más en el momento que fueron hechos. Primero, el “Mono” Pereira entró para la segunda mitad en lugar de Lodeiro, que no estaba jugando un buen partido. Dio aire a la marca y velocidad a la salida.
Luego, Stuani suplantó a “Palito”, que jugó un primer tiempo magnífico, pero que bajó su producción en los últimos minutos que estuvo en cancha. El medio, la recuperación y la presión siguió siendo el factor determinante para que se hiciese este correcto cambio.
Por último, Gastón Ramírez por Cristian Rodríguez. Uruguay no encontraba la manera, no podía entrarle a la “azurra”, que se abroquelaba en el fondo y no daba oportunidades a los volantes celestes de encontrar huecos. Mandó a la cancha a un jugador de buen pie, que supo encontrar el aire necesario y poner el freno justo en vez de salir descontrolado hacia adelante.
Para terminar, hay que destacar algo que ha logrado Tabárez en todos los partidos de su proceso y que ha sido reconocido infinitas veces. Uruguay se convirtió en un equipo al que le gustan las difíciles, que no conoce de imposibles, que se atreve a jugarle al que sea, como sea.
Para ganarle a este equipo lo van a tener que matar, porque no regalará ni un metro de ventaja, no cederá un centímetro al saltar ni irá a trancar sin ganas. Este Uruguay, que dirige Óscar Tabárez, es el fiel reflejo de nuestra sociedad y eso solo un técnico que entienda tanto el sentir uruguayo lo puede lograr.