Lo cierto es que el honor de escribir en este portal, se ve opacado por el olor, falta de espacio, pequeñas dosis de comida y un equipo de audio noventoso que trasmite un loop de todos los himnos del deporte uruguayo. Ese es el lugar (generoso concepto sobre lo que a mi entender es un calabozo) que se me ha encomendado para este proyecto.

La oferta mencionada en efectos prácticos consiste en mi mudanza a un aposento donado y provisto por el equipo de producción de PDA (una madre amorosa de uno de los columnistas y creador de la página junto con su hija, hermana del susodicho) por el término de dos meses en el sótano de la casa. Para mi situación actual, era ideal dejar de ver la luz por dos meses y abandonar un poco la calle que ya había visto por mucho tiempo, más de lo recomendado (insolaciones, hipotermias, situación de calle eran moneda corriente, es más eran las únicas monedas que veía), por lo que accedí a aceptar cualquier termino que me permitiese vivir saludablemente.

Día 1 - Reseña sobre los himnos y su vinculación al fútbol uruguayo

El himno es el sentimiento de pertenencia reflejado en lo musical. En el caso de las nacionalidades busca resaltar el patriotismo relatando las peripecias de la conformación de la nación tras haber logrado la independencia, las características del pueblo a tratar o simplemente exaltar al auditorio con un buen pasaje de música clásica que enmarca sentimiento nacionalista. Los resultados son dispares según la cultura, por ejemplo, en nuestro caso las instituciones por temas legales, políticos, etc. se empeñan en transmitirlo en fechas patrias o cuando juega Uruguay.

Esto nos lleva de lleno a pensar en fútbol donde el himno adquiere una importancia trascendental y nada tiene que ver con la letra del mismo, sino que se encuentra ligado al torneo que se esté jugando, al rival a enfrentar y al nivel de alcohol ingerido en la previa del partido, que determinará el fervor con el cual es cantando. Si el cotejo era de importancia y la victoria se consigue, puede ser que sea entonado en cualquier esquina de 18 de julio al término del partido, excepto en el cruce con Paraguay, por respeto a la selección guaraní

En el caso de los cuadros de fútbol, el himno es la identidad hecha canción que cualquier hincha podría hacer (sí, claro) si su palpitar, su emoción hacia la institución se pudiera transformar en corcheas, versos y marcha camión. La conformación del mismo es sencilla, se resume en una simple ecuación:

Ganas de tener un Himno + equipo uruguayo + reunión de directivos del club con una grappamiel – 2 dirigentes que se retiraron antes de tiempo por problemas estomacales + la intromisión de un par de amigos con guitarra de uno de los dirigentes más “jovatos” = La conformación de un himno oficial del club en versión netamente murguera que será transmitido en la radio en el momento en el cual se diga la formación del club antes de jugarse el cotejo.

Una vez obtenida esta versión murguera realizada por algún conjunto carnavalesco de la zona, puede venir una horda de artistas de bajo nivel popular en busca de algún que otro oyente a manchar la institución ya en ese entonces descolorida por el sin fin de versiones (incluida la original) del himno del club.

Teniendo en cuenta todos estos factores que hacen al himno deportivo una muestra más de nuestro folclore tercermundista, nos aproximaremos en próximas ediciones a las letras y audios de estas canciones, pero sin exponernos demasiado a esas frecuencias sonoras, ya que la sobreexposición puede tener contraindicaciones como cualquier persona sensata sabe. Por esta razón, nadie en su sano juicio escucha himnos deportivos de manera reiterativa, y como nadie en su sano juicio lo hace, no es de extrañar que la hinchada de Aguada entone el himno una y otra vez tras obtener una victoria.

Será hasta entonces, cuando el bombo suene y los platillos y redoblantes nos marquen la entrada, para analizar alguno de los himnos que mueven pasiones en nuestro Uruguay.