El deporte está lleno de personajes extremadamente particulares que merecen ser recordados cada tanto o, mejor dicho, que se hacen recordar mediante sus acciones. En esta columna vamos a homenajear a uno que hasta hace algunos años era uno de los grandes exponentes del fútbol mundial, pero que con el paso del tiempo fue dejando de estar en las primeras planas: el gran Edgar Davids.

¿Por qué él? Porque este fin de semana, a sus jóvenes 40 años, nos dio una demostración exquisita de qué hacer cuando el rival quiere sacar rápido una falta o quiere que le den la pelota para preparar el tiro libre.

El holandés, nacido en Surinam, juega actualmente para Barnet FC de la quinta división inglesa. Sí, sigue jugando al fútbol; y por si fuese poco lo hace con la camiseta n° 1 y de capitán. El fin de semana pasado, cuando su equipo se enfrentó a Wrexham, se le zafó la cadena.

Ganaban 1-0 a los 89’ y un compañero suyo hizo una falta cerca del área. Él, viejo bicho conocedor del asunto, lo primero que hizo fue a buscar la pelota para demorar el trámite y dejar que pase el tiempo.

Al verlo, uno de sus rivales (Steven Wright) lo fue a pechar y a pedirle la pelota para sacar rápido, a lo que nuestro querido Edgar lo hizo entrar en razón con un pulir-encerar-lustrar de película. Tremeeeendo codazo en la trompa y al suelo. Como para que no quiera sacar rápido nunca más en su vida.

Claramente que el chocolate no se hizo esperar y el pelado, con la boca sangrienta, no entendía nada. Lo malo es que el juez le regaló una roja a cada uno, cuando claramente el único que debía merecer ese premio era el moreno.

Eso sí, la jugada no le salió tan bien a Davids, que tuvo que ver desde afuera como de ese tiro libre salía el empate para el equipo rival.

Mirá que joyita: