
Día 1: Clase media
Una selección que resulta ser muy representativa de su país. El análisis de lo que dejó el primer día del Mundial.

Foto: facebook.com/fifaworldcup
Los analistas dicen que las protestas en Brasil son llevadas por una clase media pujante, que se vio acrecentada y busca mejoras sociales. El Brasil de Scolari es clase media trabajadora.
Es Oscar luchando una pelota en el primer gol y cediéndosela a Neymar. Es Ramires presionando a Rakitic y Oscar definiendo de puntín en el tercer gol. Y antes Julio Cesar y una buena tapada para que luego David Luiz bloqueara un disparo. Y también es Luiz Gustavo tapando todos los huecos en la mitad de la cancha.
Como buen integrante de clase media, tiene la posibilidad de darse un gusto de vez en cuando. Ese gusto se llama Neymar, un jugador que cuanto más se divierta más peligroso es. La creación y libertad en un equipo donde hasta el 9 es trabajador.
Brasil enfrentaba su vigésimo estreno: perdió los primeros dos (1930 y 1934) y nunca más lo volvió a hacer. Esta vez tuvo un rival durísimo, que ya lo ponía nervioso en la previa.
Olic, a espaldas de Dani Alves, se hizo un festín. El mediocampista izquierdo croata, con pinta de soldado partisano, había advertido que Brasil tenía puntos débiles en la defensa: los laterales suben mucho.
En este caso fue Dani Alves. El gol vino por su espalda y en el segundo tiempo Olic tiró el mismo centro rastrero, pero esa vez no hubo un Marcelo que la empujara. Los balcánicos tienen unas de las mejores parejas de volantes centrales: Rakitic-Modric, pero se toparon con una fuerte resistencia y una presión agobiante en la salida.
Comenzó ganando Croacia y la clase media decidió protestar. Oscar ajustó su juego, apareció más Neymar y llegó el empate. El segundo tiempo avanzaba y las cosas no salían, pero a riesgo de que las manifestaciones se desborden, Nishimura puso orden -como buen japonés- cobrando un penal por un mimo de Lovren a Fred.
El segundo gol de penal tuvo dos elementos que todo equipo campeón posee: la complicidad del árbitro y la suerte. La pelota pegó en la mano derecha de Pletikosa, para luego pegar en la izquierda y meterse.
Se fue la primera de varias jornadas de trabajo para este Brasil. Croacia mereció mejor suerte, pero su partido sigue siendo dentro de siete días cuando enfrente a Camerún.
Es Oscar luchando una pelota en el primer gol y cediéndosela a Neymar. Es Ramires presionando a Rakitic y Oscar definiendo de puntín en el tercer gol. Y antes Julio Cesar y una buena tapada para que luego David Luiz bloqueara un disparo. Y también es Luiz Gustavo tapando todos los huecos en la mitad de la cancha.
Como buen integrante de clase media, tiene la posibilidad de darse un gusto de vez en cuando. Ese gusto se llama Neymar, un jugador que cuanto más se divierta más peligroso es. La creación y libertad en un equipo donde hasta el 9 es trabajador.
Brasil enfrentaba su vigésimo estreno: perdió los primeros dos (1930 y 1934) y nunca más lo volvió a hacer. Esta vez tuvo un rival durísimo, que ya lo ponía nervioso en la previa.
Olic, a espaldas de Dani Alves, se hizo un festín. El mediocampista izquierdo croata, con pinta de soldado partisano, había advertido que Brasil tenía puntos débiles en la defensa: los laterales suben mucho.
En este caso fue Dani Alves. El gol vino por su espalda y en el segundo tiempo Olic tiró el mismo centro rastrero, pero esa vez no hubo un Marcelo que la empujara. Los balcánicos tienen unas de las mejores parejas de volantes centrales: Rakitic-Modric, pero se toparon con una fuerte resistencia y una presión agobiante en la salida.
Comenzó ganando Croacia y la clase media decidió protestar. Oscar ajustó su juego, apareció más Neymar y llegó el empate. El segundo tiempo avanzaba y las cosas no salían, pero a riesgo de que las manifestaciones se desborden, Nishimura puso orden -como buen japonés- cobrando un penal por un mimo de Lovren a Fred.
El segundo gol de penal tuvo dos elementos que todo equipo campeón posee: la complicidad del árbitro y la suerte. La pelota pegó en la mano derecha de Pletikosa, para luego pegar en la izquierda y meterse.
Se fue la primera de varias jornadas de trabajo para este Brasil. Croacia mereció mejor suerte, pero su partido sigue siendo dentro de siete días cuando enfrente a Camerún.