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Andy Murray consiguió el trofeo en París y es por vez primera el Nº1 del ranking ATP.

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Andy Murray se subió al Nº1 del Ranking ATP tras ganar en París.
Andy Murray llegó al número uno del mundo y al otro día se consagró campeón del Masters 1000 de Paris tras vencer al norteamericano Isner. El escocés trepa por primera vez en su carrera a la cima del ranking mundial y ahora se prepara para defenderlo con uñas y dientes en el Masters.

Después de un fin de semana soñado, Andy Murray se coronó en el Masters 1000 de Paris y se convirtió en el nuevo número uno del ranking mundial de la ATP. La historia comenzó el viernes, cuando Novak Djokovic cayó en cuartos de final y dejó abierta la puerta para que el último campeón de Wimbledon llegue a la cima.

El sábado, tras el retiro del canadiense Milos Raonic en semifinales, Andy accedió a la final sin necesidad de salir a la cancha y se transformó en el nuevo rey del tenis, al menos por un par de semanas. El domingo llegó la frutilla de la torta; el escocés derrotó al norteamericano John Isner en cifras de 6-3, 6-7(4), 6-4 para conquistar el trofeo número 43 de su carrera.

Cuando Nole cayó en cuartos de final frente al croata Marin Cilic, llegó un fuerte aroma a cambio de mando proveniente de tierras parisinas y la mesa quedó servida para que Andy diera el zarpazo al trono ostentado por el serbio durante 121 semanas consecutivas y 223 en total.

Para colmo de bienes, y como uno de esos guiños del destino, un día después amanecimos con el retiro de Milos Raonic (rival que prometía ser durísimo y verdugo de Cuevas en segunda ronda), y el consecuente acceso a la final del torneo por parte de Murray, a lo que se sumaba el tan ansiado arribo a esa cumbre esquiva durante tanto tiempo. Pero la semana perfecta tenía que terminar con broche de oro y con el título número 14 en torneos Masters 1000 para el escocés.

La víctima en la definición fue el potente John Isner, dueño de un saque temible y voleas ocasionalmente exquisitas, quien le dio lucha al flamante number one. El encuentro estuvo marcado por una enorme paridad, sin diferencias sustanciales y se inclinó hacia el lado de Murray debido a un mejor juego en los puntos claves. Isner tuvo seis oportunidades de quiebre, sin embargo el escocés salvó todas y cada una de ellas, sacando a relucir lo mejor de su repertorio en los momentos trascendentes.

Básicamente, esa es la diferencia entre los mejores y los simplemente buenos; saber manejar la presión en los momentos calientes del match. Así y todo, el norteamericano se quedó con el segundo set y llevó las cosas a un tercer parcial; pero a la corta o a la larga, en este segundo semestre del año todo parece ir a favor de Murray. Luego de dos chances de break desperdiciadas, la tercera fue la vencida y la ciudad luz lo vio coronarse, logrando su decimonovena victoria en forma consecutiva.

Podríamos decir que el pasado sábado, Andy Murray terminó de consolidarse como el último de los tan ponderados Cuatro Fantásticos del tenis contemporáneo, quienes han ejercido una hegemonía marcada sobre el resto. Él es una parte importante de ese cuarteto irrepetible desde hace varios años, junto a Roger Federer, Rafael Nadal y Novak Djokovic.

Sin embargo, hasta el pasado sábado había un examen que Murray no había aprobado y que los demás conocían de memoria; el británico era el único que aún no había estado en lo más alto del ranking mundial.

Desde el 2 de febrero del año 2004 hasta la fecha, el número uno del mundo no perteneció a otro que no fuese Rafa, Roger o Nole. Casi doce temporadas hechas símbolo inequívoco de un dominio aplastante y una era que quedará marcada a fuego en las retinas, corazones y mentes de los amantes del tenis.

Quizás atravesando un camino más sinuoso y largo que sus tres compañeros de hazañas, finalmente Murray pisó la cumbre y se convirtió en el segundo jugador con mayor edad en alcanzar por primera vez el número uno del mundo con 29 años; el australiano John Newcombe fue el más veterano en alcanzar dicha proeza a los 30 en la temporada de 1974. 73 partidos ganados de 82, ocho títulos y doce finales jugadas muestran a las claras la regularidad de una temporada brillante.

Ahora resta esperar si se trata de un "toco y me voy" o un "llegué para quedarme". ¿Paso efímero o comienzo de un reinado? El domingo arranca el Masters de Londres y Andy deberá comenzar a revalidar su posición nada menos que frente a su gente, con Djokovic a 405 puntos y experimentando la nueva sensación de mirarlos a todos por el espejo retrovisor.