Las estrellas que no fueron
¿Por qué no brillaron muchas de las “estrellas” en Brasil 2014?
Fotos: fifa.com
Cristiano Ronaldo, Mario Balotelli y Wayne Rooney se fueron en primera fase, sin brillar. Al igual que la constelación española. Hazard no tuvo un gran Mundial. Otros, quizá los principales, como Neymar y Messi, se fueron apagando durante el torneo. Robben fue decisivo… hasta cuartos.
¿Un Mundial sin brillo? No. Aparecieron otros. Otros que llegaron con menos expectativas, como James Rodríguez y Juan Cuadrado, Paul Pogba, Stefan De Vrij, Karim Benzema, la -previamente cuestionadísima- defensa argentina y el propio Mascherano. Además de los goleros, a quienes dedicamos el artículo anterior.
Sin dudas la principal diferencia a nivel mental radica en la presión con que llegaban aquellas “estrellas”, las expectativas que todo el entorno tenía sobre ellos (compañeros, hinchada, prensa, hasta las marcas que los auspician, etc.). Y esto se suma con factores físicos y futbolísticos, como venir de temporadas muy largas y desgastantes, de alguna lesión, etc.
¿Cómo podemos definir la presión? La física nos dice que es “la fuerza que se aplica sobre una determinada superficie”. En este caso esa fuerza serían las expectativas. Cuanto más se espera de un jugador, más se le exige, mayor presión. A Messi y Cristiano se les exige que lleven a sus equipos por ellos mismos, y que sean figuras principales siempre. Vaya exigencia.
Y la superficie sería entonces el propio jugador, y más bien la tolerancia a la presión de ese jugador (lo que diríamos “cuánta espalda” tiene para “bancar la presión”). Algunos jugadores soportan muy bien esa presión y brillan igual, a pesar de todo. A otros quizá les cuesta más soportar tanta presión.
Obviamente, la presión iba en aumento. Messi y Neymar fueron el mejor ejemplo. Ambos hicieron una muy buena fase de grupos, y fueron las figuras de sus equipos. Cuando empezó la fase decisiva –y por tanto de más exigencia para ellos– los dos tuvieron mucha más dificultad. No tuvieron buenos partidos desde Octavos hacia adelante. Y quizá la principal diferencia fue que en Argentina a falta de los “cuatro fantásticos” (Messi, Agüero, Di María e Higuaín) apareció todo lo que había llegado cuestionado, la parte defensiva del equipo. Por su parte en Brasil, que tenía también la presión de la localía, no apareció más nada.
En el caso de Holanda, su figura funcionó mucho más que otras veces. Llegó hasta Cuartos. Allí, tuvieron dificultades para aparecer tanto Robben como Van Persie. Mérito también de la defensa argentina. Y aquí también hay que decir que Holanda siempre arrastra la historia de que “llega hasta ahí”, y eso también genera una presión en sus jugadores por “hacer historia”. Esta generación, una vez más, estuvo cerca.
El segundo grupo, son jugadores que fueron con menos exigencia (por ende, menos presión). James Rodríguez hizo un gran Mundial, sin dudas. Pero tampoco fue con la presión del mundo, ni de la propia Colombia. Quizá esa presión hubiera sido de Falcao en caso de estar.
Seguramente de aquí en adelante se le empiece a exigir más, y tendrá que aprender a jugar con más presión.
Esto último es fundamental. Se aprende a jugar con presión. Por un lado, el deportista puede aprender a disminuir la presión que percibe. No va a modificar el entorno, pero sí la forma en que lo interioriza. Y este es un trabajo personal. Por otro lado, en el alto rendimiento los jugadores aprenden a rendir bajo presión, porque es absolutamente necesario. A tolerar cierto grado de presión (desarrollar esa “espalda”), y que eso no me perjudique a nivel de frustración ni ansiedad, sino que me pueda potenciar aún más.
Para terminar, el Campeón del Mundo. No hablamos de Alemania. Es cierto. Y me pueden cuestionar… ahí sí aparecieron sus figuras. Parcialmente verdad. ¿Quiénes eran las figuras de la Mannschaft? Sí la respuesta es una lista de seis o siete nombres, es claro por qué allí la presión es menor, porque se divide entre muchos jugadores.
La figura es el equipo. Cada uno sabe que puede brillar. Pero también cada uno tiene la tranquilidad, de que no tiene que brillar. No está obligado a hacerlo. Puede tener un buen funcionamiento y resultado, con el protagonismo de otro compañero, o en el mejor de los casos, con el equipo como protagonista. Darum ist Deutschland Weltmeister.
¿Un Mundial sin brillo? No. Aparecieron otros. Otros que llegaron con menos expectativas, como James Rodríguez y Juan Cuadrado, Paul Pogba, Stefan De Vrij, Karim Benzema, la -previamente cuestionadísima- defensa argentina y el propio Mascherano. Además de los goleros, a quienes dedicamos el artículo anterior.
Sin dudas la principal diferencia a nivel mental radica en la presión con que llegaban aquellas “estrellas”, las expectativas que todo el entorno tenía sobre ellos (compañeros, hinchada, prensa, hasta las marcas que los auspician, etc.). Y esto se suma con factores físicos y futbolísticos, como venir de temporadas muy largas y desgastantes, de alguna lesión, etc.
¿Cómo podemos definir la presión? La física nos dice que es “la fuerza que se aplica sobre una determinada superficie”. En este caso esa fuerza serían las expectativas. Cuanto más se espera de un jugador, más se le exige, mayor presión. A Messi y Cristiano se les exige que lleven a sus equipos por ellos mismos, y que sean figuras principales siempre. Vaya exigencia.
Y la superficie sería entonces el propio jugador, y más bien la tolerancia a la presión de ese jugador (lo que diríamos “cuánta espalda” tiene para “bancar la presión”). Algunos jugadores soportan muy bien esa presión y brillan igual, a pesar de todo. A otros quizá les cuesta más soportar tanta presión.
Obviamente, la presión iba en aumento. Messi y Neymar fueron el mejor ejemplo. Ambos hicieron una muy buena fase de grupos, y fueron las figuras de sus equipos. Cuando empezó la fase decisiva –y por tanto de más exigencia para ellos– los dos tuvieron mucha más dificultad. No tuvieron buenos partidos desde Octavos hacia adelante. Y quizá la principal diferencia fue que en Argentina a falta de los “cuatro fantásticos” (Messi, Agüero, Di María e Higuaín) apareció todo lo que había llegado cuestionado, la parte defensiva del equipo. Por su parte en Brasil, que tenía también la presión de la localía, no apareció más nada.
En el caso de Holanda, su figura funcionó mucho más que otras veces. Llegó hasta Cuartos. Allí, tuvieron dificultades para aparecer tanto Robben como Van Persie. Mérito también de la defensa argentina. Y aquí también hay que decir que Holanda siempre arrastra la historia de que “llega hasta ahí”, y eso también genera una presión en sus jugadores por “hacer historia”. Esta generación, una vez más, estuvo cerca.
El segundo grupo, son jugadores que fueron con menos exigencia (por ende, menos presión). James Rodríguez hizo un gran Mundial, sin dudas. Pero tampoco fue con la presión del mundo, ni de la propia Colombia. Quizá esa presión hubiera sido de Falcao en caso de estar.
Seguramente de aquí en adelante se le empiece a exigir más, y tendrá que aprender a jugar con más presión.
Esto último es fundamental. Se aprende a jugar con presión. Por un lado, el deportista puede aprender a disminuir la presión que percibe. No va a modificar el entorno, pero sí la forma en que lo interioriza. Y este es un trabajo personal. Por otro lado, en el alto rendimiento los jugadores aprenden a rendir bajo presión, porque es absolutamente necesario. A tolerar cierto grado de presión (desarrollar esa “espalda”), y que eso no me perjudique a nivel de frustración ni ansiedad, sino que me pueda potenciar aún más.
Para terminar, el Campeón del Mundo. No hablamos de Alemania. Es cierto. Y me pueden cuestionar… ahí sí aparecieron sus figuras. Parcialmente verdad. ¿Quiénes eran las figuras de la Mannschaft? Sí la respuesta es una lista de seis o siete nombres, es claro por qué allí la presión es menor, porque se divide entre muchos jugadores.
La figura es el equipo. Cada uno sabe que puede brillar. Pero también cada uno tiene la tranquilidad, de que no tiene que brillar. No está obligado a hacerlo. Puede tener un buen funcionamiento y resultado, con el protagonismo de otro compañero, o en el mejor de los casos, con el equipo como protagonista. Darum ist Deutschland Weltmeister.