Fútbol y memoria

El fútbol uruguayo y las fechas de la memoria.

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Es un ejercicio inútil. Lo sé. Pero hago tanta cosa carente de utilidad que una más no hará daño. Las fechas de la memoria, el 20 de mayo y el 27 de junio, espero sentado que los clubes de fútbol de Uruguay digan algo. En mayo fueron varios, muchos más que otros años, eso dice algo. En junio fueron pocos, muy pocos, y eso también dice algo.

De repente la cuenta de Twitter de la Comisión de Historia y Estadística del Club Nacional de Football escribió algo que duró poco en la red. Lo borraron. Lo mandaron borrar.

De las cuentas oficiales no se espera nada, a eso nos han acostumbrado. Todavía deben estar discutiendo si condenar un golpe de Estado es política partidaria o no. Tiempos eclesiásticos para instituciones del siglo XXI.

Este año un grupo de hinchas de Peñarol comenzó reclamos para que fueran expulsados del padrón de socios José Nino Gavazzo y Manuel Cordero. Nadie mató más que Gavazzo en este país, condenado por 28 homicidios. A Cordero se lo acusa de 11, entre ellos el del abuelo del futbolista de primera división Ezequiel Mechoso.

Gavazzo murió este fin de semana siendo socio de Peñarol. Lo que hizo el club a comienzos de junio fue presentar "un protocolo para que cualquier socio aurinegro pueda solicitar la pérdida de calidad de socio de personas que hayan cometido determinados delitos". Esos delitos son: de lesa humanidad, genocidio, terrorismo, homicidio en circunstancias agravantes especiales y muy especiales, incluido el femicidio, violación, abuso sexual, copamiento, secuestro o narcotráfico.

Un club no elige a sus hinchas, pero sí puede elegir a sus socios. Un detalle: el socio que denuncia a otro se debe ajustar al artículo 3 del estatuto: debe haber "prescindencia política y filosófica". Vaya a saber uno qué quiso decir el que escribió eso, y cómo se prescinde de filosofía, de cualquier filosofía, en la vida.

A ese anuncio le siguió el intento de asociar la baja de socios a esta medida. Desde el club aclararon que se vencen anualidades y no se renuevan, algo que la pandemia agravó. Pero el daño estaba hecho.

Ambos clubes, Nacional y Peñarol, se sacan cartel de su origen popular, parece que está claro lo que era popular a fines del siglo XIX, pero no tanto en la década del 70. Es imprescindible que en la construcción de memoria se involucre el fútbol, porque tiene la capacidad de llegar con fuerza a lugares donde otros fracasan.

Ojalá más temprano que tarde se entienda que hace rato esto dejó de ser "solo fútbol". Ojalá haya dirigentes que no solo atiendan el teléfono para hablar del arbitraje de turno y puedan hacer de sus clubes mejores lugares. Como lo hace el presidente de todos los uruguayos, que un 27 de junio, un aniversario del golpe de Estado, le pareció que lo más importante que tenía para decir era anunciar el cambio de un ministro de Ganadería. No se le pide al fútbol que haga política, en este caso se le pide que sea mejor que los políticos.