Basta de excusas

Para ser deportista o para formarlo, es necesario quitarnos nuestra propia limitación.

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Luis Suárez, un deportista talentoso formado en nuestra tierra.
Hay limitaciones, sin dudas. Tenemos una población menor a muchos países. En infraestructura, damos ventajas. Nuestra educación física de base no es la ideal. El aspecto organizativo muchas veces nos juega en contra, posiblemente. La competencia interna es escasa. Y así podríamos seguir, diciendo muchas verdades.

Pero si queremos formar deportistas, tenemos que salir de esa mentalidad. Si queremos ser deportistas tenemos que abandonar el camino de las excusas, por más reales que sean.

El único camino posible, es que cada actor haga todo lo que puede. Todo sobre lo cual tiene control. El deportista debe dedicarse al máximo. El entrenador, y todos los profesionales que puedan rodearlo, deben darle lo mejor a su deportista. El club o federación, debe brindar todo lo que está a su alcance.  

Aunque parezca poco. Aunque veamos que en otros países le dan más, o le dan mejor. Si todos le damos nuestro máximo, lo desarrollaremos mucho más de lo que pensamos.

Pero muchas veces optamos por el otro camino. El camino fácil. En lugar de cada uno dar el máximo, cada uno mira lo que falta, o lo que el otro no da. Excusas. Reales, pero excusas que limitan y desmotivan.  

Y por supuesto, para formar debemos entender que el centro es el deportista. Lo más importante no es el entrenador, no es el club, no es ganar el partido del fin de semana ni el torneo que se esté jugando. Es formar. Es desarrollar al jugador.

No digo no competir, al contrario. La competencia forma, si competimos bien. El jugador debe aprender a ganar y perder, a manejar su ansiedad y frustraciones, a rendir bajo presión, a controlar sus emociones y muchas variables que sólo la competencia le puede enseñar. Pero debemos competir para formar, y no simplemente usar las formativas para competir.

Este país nos ha mostrado que hay talento. Pero no podemos darnos el lujo de desaprovecharlo, porque tampoco sobra. Cuando lo detectamos, es nuestra obligación como actores del deporte ayudar a desarrollarlo. Creo que ese es el pensamiento indispensable para estar en este campo.

Las excusas son reales, pero nos limitan. Vamos a encontrar miles de formas de justificar cómo otros países desarrollan mejor a sus deportistas. Inversión, infraestructura, apoyo… excusas. Nos quitan del objetivo, nos hacen dar menos de lo que podemos.

Cambiemos nuestro pensamiento. Cada uno centrarse en sí mismo, en lo que puede aportarle a cada deportista en especial. Si alguien más apoya, excelente. Pero principalmente, estar convencidos que lo que yo le dé hará una diferencia sustancial en su formación.