Perfectos, gloriosos
Uruguay es el mejor país. El resto, “son todos putos”.
Las disculpas del caso a los hinchas de la foto. No sabemos si piensan como dice la columna.
“Son todos putos”. “Los odian en todos lados, por algo será”. “Ojalá los tape el agua”. Algunos comentarios acerca de la columna de opinión que hace unos días se publicó en PDA. ¿Complejo, no?
Yo intento pensar que estamos hablando de fútbol, solo de fútbol. Pero no, no hablamos solo de fútbol, lamentablemente. Aprovechamos el fútbol para soltar los disparates más grandes, el odio más puro y duro, nos aflora lo más rancio de nuestra sociedad y lo largamos, bien sueltos de cuerpo, hasta orgullosos de lo patriotas que somos.
“Que sean humildes, a ver si ganan algo”. ¿Eso que encierra? ¿Qué nosotros, los uruguayos, somos humildes? ¿Nosotros los uruguayos que sacamos a relucir todo el tiempo lo que ganamos, a ver si alguno la tiene más grande que nosotros? ¿Esa humildad? Vamos, que creamos que los chilenos, estrictamente en lo futbolístico, están agrandados, vaya y pase. ¿Y los argentinos? ¿Y los brasileros? ¿Y nosotros? Por favor, hinchamos por Alemania en la final del mundial. ¡Alemania! Claro, porque los argentinos babosean.
“La prensa chilena es insoportable”. Está bien, estoy de acuerdo. ¿Y la uruguaya, la imparcial, la perfecta, la que siempre da en el clavo con sus precisas afirmaciones? Tenfield chiquilines; Ovación, Fox Sports Radio. ¿Esa no es insoportable? Ah, no, porque defienden los viejos valores de la gloriosa celeste, son los más patriotas de la faz de la Tierra. En PDA intentamos hacer otra cosa, aunque a veces no nos salga, que no tiene nada que ver con eso.
“La gloria es para quien la merece”. ¿Y quién dice que nosotros la merecemos? ¿Quién dice que algunos no la merecen? ¿Es por mandato divino, por mandato de la FIFA, de quién? ¿De la historia? Seguro que entonces no la merecía España cuando fue campeón del mundo. ¿No? ¡Si no había ganado nada! ¡Como los chilenitos, como los colombianos y su “narco copa” -en palabras del ilustre periodista imparcial, sereno y sensato Sergio Gorzy-! No la merecían Defensor, ni Danubio, ni Central, ni Progreso, ni Bella Vista, ni ninguno de los cuadros chicos que no salieron campeones. Solo Peñarol y Nacional, ¿no?
“Soy uruguayo y anti chileno”. Bueno, qué podemos decir de esta afirmación. La tolerancia elevada a límites insospechados. Con el mismo criterio los españoles podrían decir “soy español y anti sudaca”, o “soy israelí y anti palestino”. Seguro que el enfermito que salió a matar negros en Estados Unidos pensó algo parecido: “soy yanqui del sur y anti negro”. Y no podríamos cuestionarlos. Total, es lo natural.
Hoy amanecieron los dedos de Punta del Este pintados de celeste y con consignas anti chilenas. ¡Pero hablando de fútbol nomás, eh! La convocatoria tuvo la siguiente consigna: “¿Sabías que la mano de Punta es obra de un chileno?”. En un programa matutino invitaron a una escritora chilena. Pueden imaginarse lo que sucedió.
Entonces, ¿hablamos de fútbol nada más? Ah, yo creo que no. Yo creo que nos comemos la pastilla del nacionalismo y el chovinismo más bajo que anda en la vuelta. Y eso, además de ser repugnante, es tremendamente peligroso. Pero en nombre del fútbol todo se legitima, parece.
Es legítimo estigmatizar. Es legítimo decir que en clásico los que rompieron todo son los hinchas de Peñarol porque claro, son pobres y mugrientos. Es legítimo jactarse de que “te matamos a uno”. Es legítimo decir que los rivales “son todos putos” y que yo no me como ninguna. Es legítimo que Goes le diga a Aguada que quiere “que se mueran todos”. Es legítimo agarrarse a las piñas con otro porque hincha por otro cuadro. Es legítimo porque lo agitan algunos y lo cantamos todos.
El fútbol es hermoso. Sí. Pero es fútbol. Es solo fútbol. No es la vida. Nos hemos creído que es así, nos lo han hecho creer y estamos comiendo del tupper. Tenemos que empezar a darnos cuenta, porque dentro de poco nos vamos a matar entre nosotros, y lo peor es que va a ser normal, va a ser legítimo. Bueno, en realidad ya empezamos a matarnos y a odiarnos entre nosotros hace rato. Pero es fútbol.
Yo intento pensar que estamos hablando de fútbol, solo de fútbol. Pero no, no hablamos solo de fútbol, lamentablemente. Aprovechamos el fútbol para soltar los disparates más grandes, el odio más puro y duro, nos aflora lo más rancio de nuestra sociedad y lo largamos, bien sueltos de cuerpo, hasta orgullosos de lo patriotas que somos.
“Que sean humildes, a ver si ganan algo”. ¿Eso que encierra? ¿Qué nosotros, los uruguayos, somos humildes? ¿Nosotros los uruguayos que sacamos a relucir todo el tiempo lo que ganamos, a ver si alguno la tiene más grande que nosotros? ¿Esa humildad? Vamos, que creamos que los chilenos, estrictamente en lo futbolístico, están agrandados, vaya y pase. ¿Y los argentinos? ¿Y los brasileros? ¿Y nosotros? Por favor, hinchamos por Alemania en la final del mundial. ¡Alemania! Claro, porque los argentinos babosean.
“La prensa chilena es insoportable”. Está bien, estoy de acuerdo. ¿Y la uruguaya, la imparcial, la perfecta, la que siempre da en el clavo con sus precisas afirmaciones? Tenfield chiquilines; Ovación, Fox Sports Radio. ¿Esa no es insoportable? Ah, no, porque defienden los viejos valores de la gloriosa celeste, son los más patriotas de la faz de la Tierra. En PDA intentamos hacer otra cosa, aunque a veces no nos salga, que no tiene nada que ver con eso.
“La gloria es para quien la merece”. ¿Y quién dice que nosotros la merecemos? ¿Quién dice que algunos no la merecen? ¿Es por mandato divino, por mandato de la FIFA, de quién? ¿De la historia? Seguro que entonces no la merecía España cuando fue campeón del mundo. ¿No? ¡Si no había ganado nada! ¡Como los chilenitos, como los colombianos y su “narco copa” -en palabras del ilustre periodista imparcial, sereno y sensato Sergio Gorzy-! No la merecían Defensor, ni Danubio, ni Central, ni Progreso, ni Bella Vista, ni ninguno de los cuadros chicos que no salieron campeones. Solo Peñarol y Nacional, ¿no?
“Soy uruguayo y anti chileno”. Bueno, qué podemos decir de esta afirmación. La tolerancia elevada a límites insospechados. Con el mismo criterio los españoles podrían decir “soy español y anti sudaca”, o “soy israelí y anti palestino”. Seguro que el enfermito que salió a matar negros en Estados Unidos pensó algo parecido: “soy yanqui del sur y anti negro”. Y no podríamos cuestionarlos. Total, es lo natural.
Hoy amanecieron los dedos de Punta del Este pintados de celeste y con consignas anti chilenas. ¡Pero hablando de fútbol nomás, eh! La convocatoria tuvo la siguiente consigna: “¿Sabías que la mano de Punta es obra de un chileno?”. En un programa matutino invitaron a una escritora chilena. Pueden imaginarse lo que sucedió.
Entonces, ¿hablamos de fútbol nada más? Ah, yo creo que no. Yo creo que nos comemos la pastilla del nacionalismo y el chovinismo más bajo que anda en la vuelta. Y eso, además de ser repugnante, es tremendamente peligroso. Pero en nombre del fútbol todo se legitima, parece.
Es legítimo estigmatizar. Es legítimo decir que en clásico los que rompieron todo son los hinchas de Peñarol porque claro, son pobres y mugrientos. Es legítimo jactarse de que “te matamos a uno”. Es legítimo decir que los rivales “son todos putos” y que yo no me como ninguna. Es legítimo que Goes le diga a Aguada que quiere “que se mueran todos”. Es legítimo agarrarse a las piñas con otro porque hincha por otro cuadro. Es legítimo porque lo agitan algunos y lo cantamos todos.
El fútbol es hermoso. Sí. Pero es fútbol. Es solo fútbol. No es la vida. Nos hemos creído que es así, nos lo han hecho creer y estamos comiendo del tupper. Tenemos que empezar a darnos cuenta, porque dentro de poco nos vamos a matar entre nosotros, y lo peor es que va a ser normal, va a ser legítimo. Bueno, en realidad ya empezamos a matarnos y a odiarnos entre nosotros hace rato. Pero es fútbol.