El deporte espectáculo proyecta ídolos a la cima de un mundo mediático, que a veces parece una fantasía. El público elige querer o mostrar rivalidad a los ídolos que la tele les muestra. Kobe Bryant es un caso paradigmático en esto del amor-odio, en esto de estar en la cima de la maquinaria mediática durante un par de décadas. 

En todo su tiempo como jugador, muchos de nosotros crecimos. Desde niños hasta adultos vimos a Kobe salir a la cancha y jugar partido tras partido, ganar varios títulos y conseguir cosas increíbles. Hoy, en el día de su retiro, elegimos con qué Kobe queremos quedarnos. Lo mismo pasó con Jordan, quien para la mayoría es el mejor jugador de básquetbol de la historia. Lo mismo pasó antes en la NBA con Larry Bird, Magic Johnson y tantos otros. El momento de su retiro es el momento final, es el instante donde cada espectador elige con qué parte de ese ídolo se queda. Una imagen que difícilmente cambie, porque ese ídolo ya no volverá a pisar la cancha.

Hoy será el turno de elegir cuál es el Kobe Bryant que queremos recordar para siempre. Puede ser el Kobe que viene arrastrando a los Lakers a temporadas desastrosas, puede ser aquel que montó una guerra con su compañero y amigo Shaq. También se puede elegir pensar que Bryant fue un jugador egoísta, que puso sus intereses por delante de los de la organización a la que defendió toda su vida. Otros dirán que fue el jugador que más tiros falló en la historia de la NBA. Y desde ciertas perspectivas, todo eso puede ser cierto. 

Pero también está el Kobe que llegó a la NBA con gran esfuerzo, sin portar un talento inhumano como muchos otros jugadores. El Kobe que trabajó y trabaja incansablemente hasta hoy, su último partido, para llegar lo más alto posible. Algunos recordarán el Kobe de los primeros años, desafiante, codeándose con los mejores de su tiempo para ganar títulos y poder considerarse uno de ellos. Otros pueden valorar al Nº24, el de la segunda época dorada. Cuando muchos creían que nada lo podría catapultar al éxito de nuevo. Él se reconstruyó y siguió trabajando duro para ganar dos títulos más de NBA, como líder absoluto de su equipo. 

En su última etapa, la de jugador veterano, empujó al límite su cuerpo y su mente para llegar a los objetivos que no alcanzó. Tal vez sea el Kobe del fracaso que muchos disfrutan ver, tras tantos años en la cima. Sin embargo pese a los tropezones, a las lesiones y las operaciones, siempre volvió a la cancha y tuvo la última palabra. Hoy dejará su carrera en pie, adentro del rectángulo, como se merecen los grandes. 

Las figuras son así, pueden generar sensaciones muy ambiguas en el público. Hoy es el turno de cada uno de nosotros, los amantes del básquetbol, de elegir qué Kobe Bryant vamos a recordar. Y es nuestro turno, porque el turno de Kobe ya pasó hace rato. Él ya eligió hace muchos años atrás, qué Kobe Bryant quería ser. Y si algo no falló en toda su carrera deportiva, fue el ser consecuente con ese plan, en la victoria o en la derrota.

Por eso para mí, más que un ganador, o un fenómeno, Kobe Bryant es uno de los ejemplos más grandes de superación, esfuerzo, dedicación, amor por la profesión y ética de trabajo que el deporte me ha mostrado en la vida.

Y vos, ¿qué Kobe Bryant elegís recordar?

Un Top 10 de Kobe con distintos momentos para recordar